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Hace tiempo que la clase dominante dejó de contar con un solo partido y aprendió a tener a su disposición, en la lucha por sus intereses, por lo menos a dos de ellos, alternando entre ellos el gobierno del país como estrategia de manipulación. El más destacado ejemplo de esta política es Estados Unidos, donde los monopolios están representados por dos grandes partidos a quienes confían la defensa de sus intereses y que se turnan en la presidencia del país. Muy buenos resultados han tenido el invento del imperialismo, que presume de la paz que impera en su territorio y se jacta de gobernar con una democracia modelo.
El método para simular elecciones democráticas ha sido copiado en México, país en donde por mucho tiempo compitieron dos grandes partidos que después abrieron la puerta a dos o tres más, y años después el sistema promovió que se ampliara la lista, hasta llegar a los siete competidores actuales. La burguesía mexicana, representada por todos ellos, aseguró su triunfo en la lucha política y económica, dándose el lujo de controlar organizaciones que se oponen al gobierno y hasta declaran ser de izquierda y representar a las clases populares.
La última elección presidencial en México favoreció a uno de estos partidos de oposición, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que está a punto de cumplir su primer año en el poder; su trayectoria de condena al gobierno y sus banderas populares le hicieron obtener la gran mayoría de los votos y la población se entusiasmó: un cambio de política, una nueva época parecía iniciarse; pero las pruebas de que el partido ganador era de la misma naturaleza que todos los anteriores pronto comenzaron a manifestarse. Las divisiones internas afloraron rápidamente, la falta de unidad, la diferencia de intereses, las diferencias ideológicas y las ambiciones personales se abrieron paso; otra vez surgieron grupos que se disputan el poder interno y, por supuesto, la administración de los cientos de millones de pesos con que el Estado financia a este partido. Y hoy, cuando ha llegado el momento de elegir una nueva dirigencia del partido en el poder, el conflicto se aproxima a su punto culminante.
Uno de los grupos que se disputan la presidencia de Morena saboteó el proceso, llegando a provocar connatos de violencia; otro de los grupos apeló a la autoridad electoral para cancelar la elección. La presidenta de Morena suspendió de inmediato las asambleas; los magistrados federales anularon el proceso; candidatos, grupos y seguidores de base exigen que se convoque nuevamente para renovar la dirigencia nacional de ese instituto político.
Es lo mismo que ocurre al interior de los otros partidos; cuando han perdido alguna batalla importante se enfrentan y se hacen pedazos; por lo que se ve, también sucede esto cuando ganan. No parece haber diferencia: ésa es la lucha interna por el timón, y desde luego, por administrar las jugosas prerrogativas que provienen del Estado burgués; lo mismo ocurre con otros muchos aspectos, como su apoyo a los recortes presupuestales, la utilización política de los apoyos sociales y su actuación en favor de los poderosos, hechos que confirman una vez más la naturaleza idéntica de los partidos grandes y chicos, los que han gobernado y los que esperan su turno y su “oportunidad de servir”.
“Los apoyos serán personalizados, va a haber una tarjeta, ya nada de intermediarios, no se va aceptar eso de que soy de la organización independiente Plan de Ayala y dame a mí y yo lo voy a entregar, que soy de la Antorcha mundial y yo lo voy a entregar.
El Presupuesto de Egresos de la Federación de 2020 aprobado por el Congreso de la Unión la semana pasada incluye recortes a programas que beneficiaban a campesinas, que representan el 50.4 por ciento de la población agraria en México.
Termina 2019, el primer año del gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T); el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) correspondiente al año que toca su fin, fue un presupuesto plagado de recortes.
Según el informe, otro de los riesgos que enfrenta México es el peligro de una “erosión de la cohesión social”.
Dicha acción podría dificultar una eventual defensa en caso de que los empleados sean sancionados por las autoridades, aseguró el sindicato.
AMLO quiere seguir estando en las nubes, pensando que la luna de miel continúa y para eso va a echar mano de todos los recursos que tenga, legales o no
El sector, ya en crisis ante la nula inversión pública, se agita más porque la obra privada está paralizada por la pandemia.
Las elecciones de 2021 deben hallarnos prevenidos: el enemigo no es solo Morena, sino los intereses de clase que representa.
Cabe señalar que el cumplimiento de estas condiciones tendrá una duración de 30 meses, las cuales fueron aceptadas por la imputada y su defensa.
López Obrador ha prometido un crecimiento económico promedio anual de cuatro por ciento; afirmación ésta sin base científica alguna, simple eslogan electoral. Hoy la práctica, criterio último de verdad, resuelve: en el primer trimestre del PIB cayó en dos
En declaraciones pasadas, López Obrador negó que esté realizando el trabajo que solicitó el presidente norteamericano.
Al paro de labores se sumaron jóvenes de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y otras instituciones educativas.
El mensaje del Segundo Informe del presidente López Obrador fue una extensión de sus conferencias matutinas y, por lo mismo, fue armado con declaraciones optimistas y reiterativas.
Kenia López Rabadán aseveró que el querer adueñarse del Poder Judicial “es autoritario”.
Morena concretó finalmente la desaparición de los fideicomisos –que operaban 64 mil millones de pesos (mdp), de los cuales 65 fondeaban investigaciones científicas.
Escrito por Redacción