Cargando, por favor espere...

Unidad de Inteligencia Financiera, la Santa Inquisición de la 4T
El triste personaje que representa Lozoya ha pasado de criminal a héroe de la 4T y convertido en un espectáculo circense por la atención que los medios brindan a sus dichos.
Cargando...

El deterioro del Estado de Derecho provocado por las acciones “jurídicas” del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) nos remonta a los tiempos de la Santa Inquisición. Si el lector quiere conocer los horrores de esta siniestra institución colonial puede hacerlo mediante la lectura de la novela Monja casada, virgen y mártir, de Vicente Riva Palacio, quien la retrata con singular maestría, o visitando en la Ciudad de México (CDMX) el museo de los aparatos de tortura que utilizaba para hacer hablar a sus víctimas. En su nacimiento, la Inquisición tuvo un objetivo “divino”: castigar a los idólatras, aunque en realidad su finalidad era política. Era un horrible instrumento de control, poder y extermino contra los enemigos políticos, pero también se le usó para confiscar la riqueza de los acusados. Mediante un procedimiento muy sencillo, bastaba con que cualquiera acusara a otra persona de prácticas demoniacas para que fuera capturado por los soldados del Santo Oficio. Infeliz el mortal que caía en sus manos porque una vez apresado, la única salida era la muerte. El único recurso de defensa para la víctima era aceptar su culpa y que la muerte fuera rápida, de no hacerlo así, cada uno de los instrumentos de tortura estaba diseñado para hacerlo morir lentamente. Esta abominable institución desapareció finalmente hace 200 años, pero los pseudo-izquierdistas que hoy están en el poder no han dudado en revivir con placer enfermizo esos monstruos del pasado para retener el poder e instaurar una dictadura moralista y absolutista. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), es uno de esos instrumentos.

El titular de esta institución, Santiago Nieto, se ha convertido en el Torquemada del Presidente, con el encargo de mantener bajo la lupa a sus adversarios políticos y actuar de manera hipócrita y complaciente con sus correligionarios. Este hombrecillo perverso es su brazo ejecutor y para ello tiene a su disposición a la misma Fiscalía General de la República (FGR). Y, como en la novela de Riva Palacio, es suficiente con que alguien de los inmaculados de la 4T acuse de corrupción a una persona para que descargue sobre la víctima toda clase de imputaciones que, difundidas por los medios de comunicación pagados por la Presidencia de la República, destruyan la reputación del acusado. Se juzga y declara culpable a éste con obediencia a las órdenes del todopoderoso Presidente. ¿Las pruebas? No son necesarias, pues se ponen los testigos a modo. Es decir, primero se acusa y con ello de forma automática el acusado ya es culpable, porque las pruebas son lo de menos y ya habrá tiempo para buscarlas o inventarlas. La Carta Magna nunca había sido tan vejada y prostituida como hoy lo está siendo por cuenta del gobierno de la 4T. El triste personaje que representa Lozoya ha pasado de criminal a héroe de la 4T y convertido en un espectáculo circense por la atención que los medios brindan a sus dichos. Poco importa que se viole la presunción de inocencia de los acusados o que existan instancias jurídicas dónde dirimir los casos. El acuerdo logrado con Lozoya le ha caído como anillo al dedo al titular del Ejecutivo y es éste quien, desde Palacio Nacional, señala quiénes deben ser los acusados para quitar del camino a sus distintos adversarios políticos, además de que crea un gran distractor para la opinión pública. El mismo Nerón envidiaría la estrategia del Presidente, porque hace escarnio de los culpables que necesita mediante inculpaciones de corrupción y no necesita incendiar Roma. El actual gobierno, como lo señaló el prestigiado diario inglés The Economist, es muy bueno para el espectáculo. Con entretenimiento quiere desviar la atención de la peor crisis económica de la historia reciente; de los de miles de muertos causados por la pandemia del Covid-19 y de la muy grave inseguridad pública que prevalece en el país. A estos problemas se agrega el intento del gobierno de la 4T de retener el poder a costa de lo que sea, incluidos los procedimientos ilegales para meter a la cárcel a personas inocentes y luchadores sociales. Y mientras miles de mexicanos elevan las cifras de muertos y contagiados de la pandemia y decenas de millones padecen hambre y empobrecen más cada día que pasa, en el subconsciente de esos pequeños y criminales personajes, solo se escucha una voz: ¡Ganar, ganar, ganar!

Pero nada es para siempre. Si el gobierno de la 4T está conduciendo al país hacia un baño de sangre y a la polarización de la sociedad, las contradicciones llegarán a su límite y nada podrá evitar su caída. Al tiempo.


Escrito por Capitán Nemo

COLUMNISTA


Notas relacionadas

A unos días de que inicien formalmente las campañas presidenciales, la corrupción será un reto para la siguiente administración, especialmente por el avance del crimen organizado en numerosas jurisdicciones del país.

Además de mentir y calumniar, el Presidente está haciendo algo mucho peor: empobrecer más al pueblo de México y gobernar para los ricos, quienes están bien y mejor porque mantiene “en calma” a los pobres.

La pobreza en nuestro país, la injusta distribución de la riqueza, que es el problema fundamental de nuestra patria, fue pasado a segundo o tercer término.

El señor de las mañaneras de Palacio Nacional señala con desdén a sus enemigos, emprende con afán su persecución y busca neutralizarlos o suprimirlos.

Si la población se sujeta cada vez más a estos apoyos, de transferencias monetarias, es porque con su trabajo no puede hacerse de lo más indispensable.

Entre los organismos “onerosos, (que) no sirven para nada, no le sirven al pueblo”, a creencia de AMLO, están el INAI, la Cofece, la CRE y el IFT, por mencionar sólo algunos.

Desde que López Obrador llegó a la presidencia se han añadido 3.8 millones de pobres, México pasó de tener 51.9 millones en 2018 a 55.7 millones en 2020.

Termina 2019, el primer año del gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T); el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) correspondiente al año que toca su fin, fue un presupuesto plagado de recortes.

En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.

Nuestra sociedad se encuentra sumergida en un ambiente que lejos de educar al individuo por el buen camino lo está llevando al individualismo, a ser un mexicano agresivo y autoritario

A un año del ejercicio del poder podemos concluir que el México que lleva la impronta de la 4T se encuentra roto y descuidado.

El desproporcionado aumento del gasto improductivo del gobierno a expensas del productivo solo ahondará la crisis; aunque crea una apariencia de mejora por el reparto de dinero, no es sustentable.

La pandemia sigue dejando en evidencia la fragilidad de nuestro sistema de Salud y la ineptitud de un gobierno que solo busca ahorrar para su próxima campaña electoral.

El candidato del PRI Adrián de la Garza, la FGR señaló violaciones a la ley electoral por la compra y coacción del voto a través de la entrega de la famosa “tarjeta rosa”.

Esta administración federal ha sostenido diversas controversias con las empresas generadoras de energías limpias.

Edición impresa

Editorial

El Gobierno y la clase empresarial


En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.

Síguenos en Facebook


Poesía

Sociedad anónima

Sociedad Anónima 1139