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El gobierno que, hasta el hartazgo y con gran derroche de dinero público, declara que está al lado del pueblo y que reiteradamente se autodefine como de “izquierda”, se desmiente en los hechos con sus tropelías y desatenciones hacia el pueblo. Su política económica es de corte capitalista, trasnochada y neoliberal; ya que está lejos de impulsar un capitalismo pujante que genere empleos y riqueza. Únicamente ha logrado frenar el desarrollo y provocar un mayor deterioro en el nivel de vida de los habitantes. Esto se observa todavía en sus obras de infraestructura más grandes, que son desechables y en las que, desde su inicio, surgieron denuncias de abusos y maltratos por cuenta de la administración federal.
Pero comencemos por hechos más recientes:
Es claro que, en el problema de la migración laboral hacia Estados Unidos (EE. UU.), el gobierno de México está “haciéndole el trabajo sucio” a su homólogo del país vecino mediante acciones de contención, persecución y acoso a los migrantes mexicanos, centro y sudamericanos. Estas prácticas, que con frecuencia causan “accidentes” fatales, están a cargo de militares, cuyo número aumentó de ocho mil a casi 30 mil en este sexenio. El Gobierno Federal, a través del Secretario de Defensa, Crescencio Sandoval, informó que uno de los acuerdos con el de EE. UU. fue precisamente incrementar aún más esta cifra para contener el flujo migratorio por cielo, mar y tierra.
El secretario argumentó que el objetivo consiste en localizar, rescatar, asistir y salvaguardar la integridad de los migrantes; pero también obligarlos a retornar a sus países. Sin embargo, los migrantes saben que lo único cierto ha sido la contención del 80 por ciento del flujo de personas; que la migración mexicana se ha incrementado debido a las crisis sanitaria, económica, de violencia generalizada; y que el único apoyo que reciben del gobierno es la colocación de letreros en la franja fronteriza donde se les advierte del alto riesgo que enfrentan, si saltan el muro edificado por las autoridades estadounidenses.
Otro evento significativo ocurrió el 21 de julio: la declaración de huelga en la empresa Teléfonos de México (Telmex), de la que es dueño Carlos Slim, uno de los asesores financieros del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y uno de los principales beneficiados por la pandemia del Covid-19, debido a que dicha telefónica monopoliza los servicios digitales. El suceso fue relevante también porque, desde hace 37 años, Telmex no había llegado a un paro de labores; y porque desde que Slim la compró al Estado mexicano, su fortuna creció exponencialmente y muy pronto llegó a acumular 1.88 billones de pesos, según estimaciones de América Economía.
Los trabajadores de la telefónica exigieron al oligarca que les respete el sistema de pensiones, las contrataciones y que incremente sus salarios; pero con respecto a esta última demanda, uno de los hombres más ricos de México y el mundo arguyó que la empresa ha disminuido sus ingresos y que el cumplimiento de esta exigencia la condenaría al cierre. Y aunque es cierto que la telefónica ha reducido sus ganancias, también es verdad que, gracias a ella, el hábil empresario creó otras empresas que hoy acaparan los servicios digitales como América Móvil, y que han dejado a Telmex solo los servicios básicos.
Es decir, todo parece indicar que Slim está violentando los derechos laborales de los telefonistas con base en una estrategia diseñada para aniquilar su sindicato e ir desarmando Telmex, confiado en que el servicio está automatizado y garantiza su funcionamiento a los usuarios. Frente a este hecho, el Presidente (enemigo encarnizado de disidentes, niños con cáncer, feministas, sindicatos, organizaciones sociales e iglesias no evangélicas) calla ante los atropellos y abusos del empresario, renegando en los hechos de las simpatías que afirma tener hacia los trabajadores.
¿Qué queda para los trabajadores de un país donde no hay empleos, y quienes los tienen ven violados sus derechos laborales? ¿Seguirán permitiendo pasivamente que jueguen con sus vidas como si éstas no valieran nada? ¿O ha llegado el momento de organizarse y luchar verdaderamente para que haya un gobierno de los trabajadores? La clase obrera tiene la última palabra.
Los partidos políticos viven de las subvenciones del Estado e incumplen con sus obligaciones de pagar sus cuotas.
Para tener un sistema de salud como Dinamarca no basta decretarlo como “universal”, sino en que también el gasto que el Gobierno Federal destina a la salud debe parecerse al de Dinamarca.
Hace más de seis décadas que Líbano intenta sortear la agitación geopolítica regional, la omnipresencia de Francia –su exmetrópoli–, la avaricia estadounidense y los conflictos de sus vecinos Siria, Libia e Irak.
buzos habla esta semana de la situación de los trabajadores de Apps y de la lucha de un sindicato al que se han sumado miles de choferes, ciclistas y motociclistas inscritos en plataformas de reparto para hacer valer sus derechos laborales.
Desde primera hora de este lunes, las candidatas a la gubernatura por el Edomex, Delfina Gómez, por Morena; y Alejandra Del Moral, por el PRI, dieron arranque a sus campañas electorales.
Semejante cuestionamiento no puede encontrar salida fácil; para hacerlo, habría que iniciar señalando que, como todo alumbramiento y desarrollo de creación de las ciencias, el nacimiento de la ciencia histórica sólo fue posible bajo circunstancias determinadas.
El Programa “Comerciantes Rumbo a la Formalidad”, presentado hoy por la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, se basa en tres ejes y va dirigido a los trabajadores No asalariados o informales.
Según Clara Brugada, la encuesta realizada por NuupConsultores señala que ella cuenta con el 40% de la opinión positiva, mientras García Harfuch tiene 39%.
Urge implementar nuevas acciones que coadyuven en la protección física y patrimonial de los mexicanos; más aún con el proceso electoral que se efectuará este 2024: José Abugaber.
David Monreal Ávila, en Zacatecas, y Marina del Pilar Ávila, en Baja California, son los gobernadores que peores resultados tienen en materia de seguridad, empleo y gestión de la pandemia de Covid-19.
Precisamos soberanía, y un gobierno con la voluntad política real de conquistarla. No basta la voluntad, pues para tener independencia política debe construirse una base económica firme, que le dé solidez y permanencia.
Pareciera que todo se ha tornado más suave y civilizado, que la explotación se ha atenuado, coligiéndose de ahí que las cosas tienden a mejorar para los pobres; sin embargo, eso es una mentira.
En una defensa a ultranza del Estado, quienes se oponen a la dialéctica revolucionaria, arguyen que su desaparición es imposible, puesto que siempre será necesario un aparato de administración de los asuntos públicos, si no, la sociedad se hundiría en el caos. Esto es falso.
¡Por fin!, "todo esto listo", para la "consulta" sobre el NAIM. Este lunes 15 de octubre se presentó la pregunta que se hará en la consulta pública
Sin fecha precisa de reapertura al tramo elevado de la Línea 12 del Metro, diputados locales y federales exigieron “una sanción ejemplar” al Grupo Carso e ICA por retrasos en las obras.
Putin actualiza doctrina que permite respuesta nuclear a un ataque contra Rusia
Brasil impulsa la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza con objetivos para 2030
Sheinbaum y Biden se reúnen en Brasil; abordan migración, seguridad y economía
Trump amenaza con utilizar al Ejército para deportación de migrantes
El teatro, un arte que debe despertar al pueblo
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA