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Es casi imposible imaginar que la historia de México tenga a un mandatario nacional que no haya sabido qué hacer y hacia dónde dirigir el gasto público de su gobierno. La generación ciudadana actual ha constatado que las administraciones federales priistas más recientes y las dos panistas manejaron los recursos de la Federación con el control de la Cámara de Diputados y usted, querido lector, podrá decir si ésta lo hizo bien, mal o solo simuló hacerlo.
Pero ahora, fiel a su estrategia distractora para ocultar su pésima operación de la crisis del coronavirus (Covid-19) –pandemia que ha infectado ya a más de 120 mil mexicanos y está matando a 100 por día– el presidente morenista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pretende asumir el control absoluto de los recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) mediante una iniciativa de ley que le permita reasignarlos hacia donde él decida, sin la autorización de la Cámara de Diputados y a partir de cierto porcentaje mínimo del PEF (cinco por ciento).
¿Se imagina usted, inteligente lector, qué pasaría y hacia dónde se orientaría ese dinero si AMLO logra tal control? ¿Por qué el Presidente se interesa en este asunto en vez de escuchar a los mexicanos que padecen hambre y están recibiendo mala atención médica durante la crisis sanitaria generada por el coronavirus? ¿Por qué ignora a los gobernadores estatales que le demandan financiamiento extra para enfrentar la epidemia?
Ahora, cuando ya ha transcurrido casi año y medio de la actual administración federal, puede hacerse un balance aproximado de su gestión y visualizar con alto grado de certeza que AMLO no está interesado en atender a la inmensa mayoría de la población mexicana, a la cual prometió sacar de la pobreza y la miseria extrema y con ello colocarla en lo alto del cielo junto a las estrellas.
¿Por qué AMLO tiene tanto interés en cambiar las leyes y lograr su objetivo de manejar a discreción los recursos del país sin la intervención del Congreso? Hay dos respuestas. La primera, para satisfacer su enfermiza soberbia personal mediante la demostración de que solo él es quien manda en México; es decir, para probar que el “poder es él” y que ahora, cuando ha empezado a exhibirse como un dictador bananero, ningún gobernador estatal, político de partido, dirigente social o periodista debe criticarlo so pena de exponerse a sus amedrentamientos.
La otra respuesta es esta: que ni AMLO ni su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han perdido de vista las elecciones federales y locales del año próximo y, para enfrentarlas de la mejor manera, pretenden disponer de más dinero del Estado con la descarada compra de votos mediante las tarjetas de sus programas sociales. Es decir, ante su caída en las preferencias ciudadanas y la de su partido –¡Hasta las benditas redes están olvidándose de él!– el señor López Obrador desde ahora intenta manipular la conciencia de muchos electores mexicanos.
Ante esta situación es necesario que la oposición partidista se unifique e intente frenar las intenciones autoritarias del Presidente pues, de lo contrario a mediados de este mes, él y su gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) lograrán su objetivo y creado una situación inédita en el país mediante un “lindo obsequio” de Mario Delgado a su jefe: la reforma del Artículo 21o de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para que el Ejecutivo Federal reoriente el gasto público a su antojo en emergencias económicas, como la que ahora ha provocado el Covid-19. ¡Vaya forma con la que AMLO y su 4T quieren ayudar a los mexicanos!
Este cambio podría ser revertido con la interposición de demandas de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque no cabe duda que la iniciativa presidencial violenta una de las facultades de la Cámara de Diputados, la autonomía del Poder Legislativo y altera el sistema de los tres poderes de la Unión. El manejo unilateral de la Federación por cuenta del titular del Ejecutivo afectaría también a los Estados y Municipios de la república.
Otorgar el control integral de los recursos financieros a AMLO solo generará más problemas, ya que ahora hay elementos suficientes para asegurar que el Presidente y su 4T no saben gobernar; que sus políticas gubernamentales son facciosas y que, sobre todo, no tiene la intención de cumplir su lema de “primero los pobres”. México caería en un desastre mayor si López Obrador logra controlar absolutamente los recursos de la Nación, los cuales pertenecen a todos los mexicanos. Por el momento, querido lector, es todo.
En representación del presidente de México, AMLO, asistió a la rendición de protesta la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
México tocó el índice más alto de corrupción del presente sexenio.
Muchos de los actuales legisladores buscarán su reelección –según la reforma aprobada por Morena el pasado 18 de marzo– y este hecho disminuirá la oferta interna.
Hizo un llamado a todos los liderazgos para actuar con altura de miras y en unidad de propósitos, a fin de enfrentar al verdadero adversario que es el gobierno autoritario de Morena.
“La mayor parte son campesinos temporaleros que esperan el tiempo de lluvias para cultivar sus tierras, ya empezó el temporal".
Ciudad Cuauhtémoc, es el cuarto municipio en donde en menos de una semana renuncian los agentes de Seguridad Pública.
Además de la FGR, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que encabeza Santiago Nieto también está al servicio del presidente para amedrentar a los candidatos.
México se mantiene en el puesto 53, la última de las economías clasificadas. Israel, el líder mundial en inoculaciones, está proporcionando pruebas del mundo real de que las vacunas experimentales de ARNm funcionan.
La ilusión de la 4T como “la esperanza de los pobres contra los desmanes de los ricos”, se ha diluido en poco tiempo; hoy, la única forma de evitar que México se fracture a causa de la incompetencia de Morena es la organización política del pueblo.
Everardo Moreno recordó que antes de la reforma, los ministros supervisaban directamente a los juzgados de distrito.
Para el líder nacional del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, el neoliberalismo que el expresidente Andrés Manuel López Obrador declaró muerto desde Palacio Nacional al inicio de su gestión sigue imperando.
El mandatario hizo este anuncio con una defensa al creciente rol de las fuerzas armadas en la seguridad pública de México, que tuvo los dos años más violentos de su historia en los primeros dos del sexenio de López Obrador.
Los manifestantes con pancartas en mano, corearon “el presidente miente”, “no queremos moches”, “no somos intermediarios”
La división y el encono no pueden ser la hoja de ruta para superar las crisis. El camino es -y será siempre- el diálogo, poniendo por delante el bien común.
2 años de la 4T; dos mundos paralelos: el primero es golpeado por la realidad y el otro es besado por la mentira.
Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).