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No hay atención para víctimas de inundaciones en Morelia
"Entre mis hijos y yo sacamos el agua que quedó cuando bajó el agua. Aunque pedimos apoyo a Raúl Morón, nunca obtuvimos respuesta”.
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“Tengo 24 años viviendo en Prados Verdes y siempre es lo mismo. No hay año que no nos inundemos cuando llueve fuerte; y es curioso, porque la calle que topa con el cárcamo es una de las que peor se inundan. El nivel del agua ha tapado la mitad o un poco más de la mitad de los carros de los vecinos. Los políticos en campaña siempre prometen y prometen que van a ver esta situación, pero no hacen nadaˮ, cuenta a buzos Rogelio Villela, uno de los cientos de afectados por las inundaciones que año con año se presentan en el estado de Michoacán.

En la última década, el número de sequías e inundaciones ha aumentado considerablemente debido a que dos grandes ríos atraviesan la entidad: el Lerma y el Balsas, que forman parte de la región centro occidente de la República Mexicana. Morelia, capital de Michoacán, es una de las zonas con mayor riesgo de desastres por fenómenos hidrometeorológicos, lo que perturba el bienestar social, la calidad de vida y la economía de sus habitantes, según el diagnóstico del 21° Encuentro Nacional sobre Desarrollo Regional en México.

“El agua se mete por las puertas, las coladeras y la taza de baño; cuando el río va lleno busca una salida y se cuela por la tubería de las casas. Aunado a esto, las coladeras se tapan con basura e inundan las calles; muchas veces no nos damos abasto sacando el agua; la sacamos por un lado y se nos mete por el otro”, narra Villela, quien fue damnificado por las inundaciones desde hace 24 años, cuando llegó a la colonia Prados Verdes, a la orilla del río Grande, que encauza aguas del río Chico y el dren Barajas.

“Por lo general mis pérdidas han sido de muebles y aparatos eléctricos. Sería bueno que el Ayuntamiento o el gobierno estatal ayuden a mantener limpio el río desde antes de la temporada de lluvias, ya que por lo general lo hacen, pero ya en plena temporada, y eso no es suficiente”, indicó a buzos. Los afectados insisten en que este problema se debe al incumplimiento de los compromisos que los políticos hicieron en campaña.

En efecto, investigadores y analistas de estos problemas aseguran que entre los principales factores de las inundaciones se hallan la elaboración de los planes de desarrollo urbano y la desatención al comportamiento de los recursos hidrológicos, que se modifican debido al cambio ambiental en todo el planeta. Todo esto se refleja en los constantes desastres por inundaciones en las ciudades y comunidades rurales.

La revista de Geología Aplicada a la Ingeniería y al Ambiente, ha detallado la forma en que la cuenca cerrada del lago de Cuitzeo, que se localiza al norte de Morelia y ocupa una superficie cercana a los cuatro mil kilómetros cuadrados, recibe las aguas de los ríos Grande y Chico, que atraviesan Morelia y en tiempos de lluvia rebasan sus niveles habituales, provocando severas inundaciones.

El río Grande fue canalizado a finales del Siglo XIX debido a sus frecuentes desbordamientos. Se origina en el municipio de Pátzcuaro, recorre 26 kilómetros hacia Morelia, atraviesa su cabecera municipal y desemboca en el lago de Cuitzeo, el segundo más grande del país. Se alimenta con los escurrimientos de cerros y montañas que encauzan los arroyos de Lagunillas, Tirio y la barranca de San Pedro.

inundaciones

El río Chiquito cuenta con 25 kilómetros de longitud; es el principal afluente del Grande, se origina en los montes de la Lobera y Lechuguilla y se adhiere a los arroyos la Cuadrilla, Agua Escondida, el Salitre, el Peral, Bello y el Carindapaz.

Las precipitaciones extremas y las intervenciones antrópicas han ocasionado importantes inundaciones en las colonias que colindan con estos ríos, cuya modificación en el pasado ha propiciado que incrementen la frecuencia e intensidad de las inundaciones sobre áreas que antes formaban parte de sus cauces y ahora están ocupadas por viviendas e infraestructura urbana.

Paulina, otra habitante afectada por las inundaciones en la colonia Prados Verdes, ha llegado al grado de tirar muebles y electrodomésticos de su sala, comedor y cocina, porque es común que el agua entre a su hogar por las coladeras y la entrada de la calle. En varias ocasiones se ha visto forzada a refugiarse en un albergue mientras baja el nivel de la inundación.

El dren Barajas es un cauce de aguas sucias que va desde tenencia Morelos y desemboca en el río Grande de la ciudad. Cuando se desborda, sus aguas negras se dirigen hacia la unidad deportiva Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; las casas vecinas y a gran parte del estacionamiento de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Ana Carmina Barraza, habitante del fraccionamiento El Vergel, que colinda con el dren Barajas, advirtió a buzos que cuando en la zona del deportivo baja el nivel del agua, el paso se vuelve muy complicado con el lodo generado por la inundación y, sobre todo, por el fuerte olor de las aguas sucias:

“Cuando se inundan las canchas de futbol y ya no hay tanta agua es complicado entrar al fraccionamiento por ahí, ya que se hace muchísimo lodo y además empieza a oler horrible. Si ya de por sí es complicado pasar por el dren por el olor, cuando llueve es peor. Aunado a esto hay muchos mosquitos, lo que es peligroso para las personas porque, como se sabe, son transmisores de algunas enfermedades”, comentó.

Entre las colonias más afectadas por las inundaciones de los tres cauces de agua citados se encuentran el fraccionamiento El Vergel, la colonia Los Ejidos, Manantiales, Lomas del Valle, la avenida Periodismo, La Colina, Primo Tapia, Prados Verdes, la Industrial, el Centro, Carlos Salazar, avenida Poliducto, avenida Pedregal, Torreón Nuevo, El Realito, avenida Tecnológico y avenida Michoacán, por mencionar algunas.

“Cuando se inunda afecta bastante a distintas zonas de la ciudad de Morelia, ya que se ralentiza muchísimo el tráfico y esto hace que los automóviles se expongan, porque si se llega a mojar el motor se quedan parados y a muchos les suele pasar. Normalmente siempre hay muchos carros varados con gente adentro; luego muchas veces el agua comienza a meterse dentro de los automóviles y esto puede llevar a muchos automovilistas y pasajeros a perder la calma, además de que se corre el riesgo de que se dé una pérdida total del auto, ya que sale caro repararlos”, cuenta Ana Carmina.

Raúl Morón no atiende a damnificados

El año pasado, tras una fuerte tromba que azotó a Morelia y dejó a varias colonias bajo el agua, el coordinador municipal de Protección Civil, Rogelio Rangel Reguera, explicó que las inundaciones y los congestionamientos viales se producen, en su mayoría, por la gran cantidad de basura que tiran los ciudadanos: “desafortunadamente la gente sigue tirando cantidades grandísimas de basura, por mucho trabajo que hagamos de desazolve y de limpieza, necesitamos que nos ayuden con el tema de la basura”.

Morelia

El edil de Morelia, Raúl Morón Orozco, sostuvo que, en 2019, la lluvia fue más intensa que en otros años; que su gobierno estaba preparado para atender las afectaciones y aseguró que funcionaban al 100 por ciento las áreas correspondientes al Ayuntamiento, como cárcamos y bombas. Pero el nueve de junio de 2020, una tromba, acompañada de una fuerte granizada que duró casi dos horas, azotó nuevamente a Morelia con inundaciones severas en varias colonias –incluido el Centro Histórico–, derribó espectaculares y árboles, afectó el techo del Hospital Civil Dr. Miguel Silva, donde el agua se filtró a los consultorios y a la sala de espera, convirtió en ríos calles y avenidas en las colonias del norte y el poniente de la ciudad y cubrió casi al tope a varios automóviles.

Elementos de Protección civil prestaron auxilio en las áreas afectadas; la Guardia Nacional y el ejército activaron el Plan DN-III, especialmente en colonias cercanas a la Ciudad Industrial, donde también se resintió particularmente la caída de granizo. Algunas vialidades debieron cerrar para evitar mayores daños y para limpiarlas participaron los afectados, personal del Organismo Operador de Agua Potable de Morelia (OOAPAS) y rescatistas del municipio de Morelia y del gobierno estatal.

J. Melchor Tapia Monge fue uno de los vecinos afectados. Él lleva 15 años sufriendo los estragos de las inundaciones en su propiedad y afirma no haber recibido ningún apoyo por parte del gobierno en todo este tiempo, además de que ha tenido que modificar su casa para prevenir los desbordamientos del río Grande. “Considero que la labor del presidente municipal Raúl Morón en estos casos es encender los cárcamos a tiempo; la solución es limpiar coladeras y prender de inmediato los cárcamos, eso ayuda a que el agua no se acumule y no se meta a las casas”, comentó a buzos.

Otra eterna afectada por las inundaciones es Lilia Tello, quien vive en la colonia Industrial: “Hace un año quedé atrapada en la segunda planta porque todo el primer nivel se inundó; el agua me llegaba a medio cuerpo, entró por las coladeras y la entrada principal de la casa. Libreros, libros, la sala, las sillas del comedor, la mesa y el refrigerador los tuve que tirar; la madera se pudrió y no me quedó de otra. Entre mis hijos y yo sacamos el agua que quedó cuando bajó el agua. Aunque pedimos apoyo a Raúl Morón, nunca obtuvimos respuesta”.

basura

Ana Carmina, por su parte, afirma: “se podrían mejorar muchísimas cosas, como una correcta pavimentación de las calles y no nada más rellenar los hoyos con chapopote, porque es lo que siempre hacen y sale peor. Otra forma de ayuda del gobierno podría ser que se hiciera una inversión fuerte en los camiones de basura porque, okey, recogen la basura; pero la van tirando por todo el camino y eso es algo que propicia que las coladeras se tapen, además de la que nosotros incorrectamente tiramos y que no debería ser así”.

Además de las causas ya citadas –falta de planes urbanos e hidrológicos, basura y negligencia gubernamental– las inundaciones de cada año y los graves estragos económicos sufridos por las familias se deben a las corruptelas y a la mala construcción de viviendas y pavimentación de las calles.

 Según el estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México sobre los riesgos de desastre causados por fenómenos meteorológicos en múltiples países, regiones y ciudades, éstos se deben a la negligencia gubernamental y falta de planificación urbana adecuada. En el caso de Morelia, la ausencia de soluciones se debe a “la débil capacidad del gobierno municipal para enfrentar las dificultades generadas por una urbanización acelerada”. (Ávila, 2014: 125).

Desde hace algunos años se ha demostrado que el proceso o procesos de desarrollo muestran una gran vinculación con la presencia de desastres; ante este panorama, Romero y Mendonça sostienen que es importante “incorporar en la planificación de los territorios, espacios naturales y urbanos, en los cuales los riesgos se precisen en forma clara y explícita para que se proceda a la instalación de las poblaciones más vulnerables en sitios realmente seguros, y se puedan generar zonas de protección y alivio frente a la ocurrencia de eventos climáticos extremos”.

Por lo tanto, los planes o proyectos que pueden reducir los riesgos de desastre deben sustentarse en una eficiente gobernabilidad, que siempre estará a tiempo para demostrar a los ciudadanos su real capacidad de brindar respuestas efectivas a problemas públicos con base en hechos y no con palabrerías y promesas de campañas electorales, que jamás se cumplen.

 


Escrito por Laura Osornio

colaboradora


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