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Han pasado casi nueve meses desde que en China, en la ciudad de Wuhan, se diera a conocer la aparición de una extraña enfermedad. No pasó mucho tiempo antes de que la comunidad científica reconociera un nuevo virus llamado SARS-CoV-2 como el causante de dicho padecimiento. A esta nueva enfermedad se le denominó Covid-19 y es la responsable de la actual pandemia que cursamos.
La aparición de este nuevo virus ha representado, sin duda alguna, un acontecimiento catastrófico para la raza humana debido a la alta mortalidad que presentan los pacientes al contraer este padecimiento. Pero si reflexionamos sobre nuestra situación antes de la pandemia, podremos darnos cuenta que ya estábamos enfermos cuando llegó el SARS-CoV-2.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha señalado que el 84.4 por ciento de las 722 mil 611 defunciones registradas durante el año 2018 en México, se debieron a enfermedades y problemas relacionados con la salud. Las principales enfermedades relacionadas con estos decesos son los problemas de corazón y la diabetes, y de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), ambas enfermedades forman parte de las principales causas de muerte en México, tanto en hombres como en mujeres. Esto no es de extrañarse en un país con una sociedad sedentaria sin buenos hábitos de alimentación, donde a los niños se les alimenta con bebidas de alto contenido calórico y en donde el sobrepeso y la obesidad representan un problema que está presente en todos los sectores de la población. Pero no solo estábamos enfermos en este nivel, también padecíamos un trastorno todavía más peligroso que conocemos hoy en día como desinfodemia (información errónea), puesto que constantemente somos bombardeados a través de los medios de comunicación y redes sociales con publicidad engañosa y con información errónea.
El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha referido a la gran cantidad de información errónea en torno a una enfermedad como un factor importante en la propagación de la misma. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe a la diabetes como un padecimiento crónico que se origina cuando el páncreas no produce la cantidad adecuada de insulina (hormona que regula la cantidad de glucosa en la sangre) o cuando nuestro organismo no utiliza eficazmente esta hormona; esto trae como consecuencia el aumento del nivel de glucosa en la sangre, pudiendo provocar: ceguera, insuficiencia renal, impotencia sexual, etc. La diabetes tipo 2 se asocia a menudo con una mala alimentación o estilo de vida; debido a esto, los médicos recomiendan, entre otras medidas, tener actividad física constante, una dieta rica en fibra y evitar las bebidas azucaradas. Sin embargo, a pesar de las recomendaciones emitidas por expertos en salud, todos los días estamos expuestos a ambientes que favorecen el desarrollo de enfermedades, como la publicidad que nos incentiva a creer que los alimentos procesados son saludables, por presentar imágenes de frutas o verduras, pero no advierten de las altas cantidades de grasas, sal y/o azúcar que presentan.
Todo esto se suma al hecho de que también estamos expuestos a información no verificada llena de mitos y falsedades que podemos llegar a creer e implementar y por consiguiente empeorar nuestra salud. Por mencionar algún ejemplo, basta con recordar lo ocurrido a principios de 2020 en un programa televisivo donde se daban recomendaciones para curar con azúcar el pie diabético. Sin duda alguna, los mitos e información errónea representan un problema de salud, tanto como una mala alimentación. Esto resulta particularmente preocupante debido a que estas malas prácticas pueden influir sobre la forma en que percibimos lo que nos parece normal en contraste con la realida; por lo que resulta especialmente importante la regulación de los ambientes poco saludables y desinformativos a los que estamos expuestos y nos enferman día con día, así como la promoción y disponibilidad de alimentos sanos por sobre los alimentos “chatarra”.
Fenómeno que no se repetirá hasta el año 2040.
El gran pensador griego demuestra que el continuo no puede estar hecho de un conjunto de indivisibles (átomos) o de puntos (“aquello indivisible en partes”), como lo habían planteado Leucipo, Demócrito y Euclides.
La alquimia árabe resultó ser una inspiración a Roger Bacon y, más tarde, a Isaac Newton.
Ahora se sabe que la homosexualidad está presente en todo el mundo natural, desde los seres vivos más sencillos hasta los más complejos. Protozoarios, algas, plantas, animales invertebrados y vertebrados poseen comportamientos homosexuales.
Las buenas noticias disparadas desde Palacio Nacional, que pintan a un México próspero y “feliz”, parecen no corresponderse con las estadísticas del INEGI.
En las siguientes líneas podrán leer sobre el olivo, una de las plantas más representativas que se mencionan en La Biblia. Su primera mención aparece durante el Génesis 8:11.
El empresario advirtió la existencia de un gran peligro de que las redes sociales se dividan entre extrema derecha y extrema izquierda, lo que generaría "más odio y división en nuestra sociedad".
Para muchos es normal que en la época de fin de año las temperaturas sean bajas. Esto se debe, en gran medida, a la inclinación de 23.5 grados del planeta con respecto a su eje, que va del polo norte al sur.
Este 14 de octubre ocurrirá un eclipse anular de sol, mismo que no se veía desde 1984. Para apreciarlo mejor, el IPN regalará más de 2 mil 500 lentes certificados en dos lugares. Te decimos dónde.
Esta red impulsará la creación de ciudades inteligentes y permitirá realizar cirugías a distancia
Alguna vez escuché decir que la matemática no es una ciencia al no someterse al método científico, pero en ciertos trabajos se ha exigido a los estudiantes utilizar el método científico, ¿cómo es posible? Aquí explico.
En teoría, si inventamos un sistema formal del contenido de Don Quijote de La Mancha, lo matematizamos; por lo tanto, lo convertimos en un objeto matemático.
En nuestra época, los alimentos se conservan mejor en refrigeración o en envases.
Investigadores analizaron 5 mil 853 alimentos y los clasificaron por su carga de enfermedades nutricionales. Tales alimentos van desde los 74 minutos de vida perdidos hasta 80 minutos ganados por ración.
Astrónomos encontraron señal de vida en lo alto de la atmósfera de Venus: indicios que puede haber extraños microbios viviendo en las nubes cargadas de ácido sulfúrico.
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Escrito por Luis Alfredo Herbert Doctor
COLUMNISTA