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El sofisticado sentido común del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) ha ganado terreno al pensamiento crítico. Hay innumerables ejemplos en estos 18 meses de conductas, dichos y hechos del ejecutivo que nos llevan a concluir que la ciencia no es su prioridad. Entre estas conductas destacan los rituales para pedir permiso a la madre tierra para construir el Tren Maya; llevar amuletos para enfrentar a la pandemia y a los enemigos; no usar cubrebocas ni respetar la sana distancia. Y entre sus declaraciones más afortunadas figuran: que es muy fácil gobernar; que el crecimiento económico no es importante; que el Covid-19 es puro “cuento neoliberal”. Y si tales conductas y afirmaciones no bastaran, ahí están los hechos: los atentados contra la autonomía y presupuesto de las universidades; el recorte del 13.6 por ciento al presupuesto destinado a ciencia y tecnología en 2019 y 2.1 por ciento menos en términos reales para el 2020; la extinción, por decreto, de fideicomisos relacionados con la ciencia y la cultura. Son innumerables los ejemplos, usted querido lector sin duda recordará algunos más.
En relación con la pandemia y la crisis económica que día con día se agudiza, el gobierno de la 4T exhibe su ineficiencia. El Presidente ha señalado que México tomó de manera anticipada las medidas contra la pandemia y que cuenta con los recursos para enfrentar al Covid-19; esto es, unos 400 mil millones de pesos (es el país que menos presupuesto destina a la pandemia en Latinoamérica). Los constantes reclamos de gobernadores, médicos y de la población en general demuestran que los recursos no llegan, ¿pero dónde están?
Se deja ver por todos lados el ingenio “gandalla” de los morenistas para hacerse de dinero: en Puebla, con el pretexto de evitar la movilidad de la gente, se implementó el no circula; la CFE subió la tarifa de la luz eléctrica; y en el caso de la ciencia, esa “ciencia neoliberal” a la que el Presidente condena para avalar sus engañosas cifras, también se le ha pasado la navaja. Resulta que la secretaria ejecutiva del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), hace un llamado urgente a los científicos del país, cito textualmente el párrafo medular del comunicado: “a la solidaridad de la comunidad científica del país con el pueblo de México a través de la donación voluntaria de uno, dos o tres meses del estímulo que reciben.
La aportación de la comunidad científica podría representar una ayuda significativa a las necesidades más urgentes del sistema de salud. En el caso de que todos los miembros del SNI decidiéramos aportar el monto propuesto, representaría aproximadamente 550 millones de pesos (mdp) mensuales, y por tres meses sumaria (sic) un total de 1650 mdp”. Preocupa a la comunidad científica la maniobra del gobierno de la 4T a través de su vocera, pues el mismo Presidente muchas veces se ha referido a los lujos excesivos de los académicos, y pareciera que el comunicado solo confirma esta creencia. El Presidente debería conocer la situación real de los científicos mexicanos.
La mayor parte de los científicos jóvenes del país no cuenta con una plaza permanente de trabajo, laboran en condiciones precarias y por contratos cortos, el salario promedio es de 12 mil pesos mensuales, muchos no cuentan con vivienda propia, viven al día y con la incertidumbre de que no les renueven el contrato. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) los somete a constantes competencias para bajar recursos a la investigación, cuando éstos deberían estar disponibles para atender las prioridades científicas y tecnológicas del país.
La ciencia, para mejores resultados, requiere constancia, equipamiento, infraestructura y recursos suficientes para realizar investigación de calidad. La actual pandemia pone al desnudo su abandono, por ello dependemos de otros países para la adquisición de ventiladores y de la vacuna. Muchos de los resultados actuales de la ciencia se deben a la tenacidad de los investigadores y que no solo ponen su tiempo, sino sacrifican sus salarios para realizar su labor. El estímulo económico otorgado por el Conacyt a los miembros del SIN, de ninguna manera, otorga lujos y una vida holgada, simplemente les brinda un poco de condiciones para hacer mejor su trabajo.
Si los médicos (que también son científicos) salen a las calles a denunciar públicamente que este gobierno los está matando “al mandarlos a una guerra” sin ninguna garantía de salir con vida, es hora de que los científicos se solidaricen con ellos y con el pueblo para que las calles se vuelvan focos de denuncia y no de contagio.
Marx incluyó en su obra El Capital las características de la agricultura capitalista, la cual extraía más nutrientes del suelo de los que le devolvía, dejando a las tierras infértiles.
Debido a la decisión del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T), de recortar presupuesto al sector de la ciencia, el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) corre peligro de dejar de funcionar a partir del primero de septiembre.
El pequeño Pablo contó con la asesoría de la profesora Laura Julia Sánchez; su proyecto se centra en la conservación de una especie crucial para la biodiversidad y los ecosistemas acuáticos de las barrancas de Cuernavaca.
Desde el punto de vista filosófico, D’Álembert era partidario de la unidad del saber, proponía el progreso de la humanidad a través del desarrollo de la ciencia, unificadas por una filosofía desprendida de los mitos y creencias transcendentales.
Este miércoles, la Ciudad de México fue reconocida como la ciudad con más puntos conectados a internet en el mundo, superando incluso a Moscú, Rusia. En contraste, también ostenta el primer lugar en mayor desigualdad.
Este sistema de producción agrícola forma un hábitat para la biodiversidad acuática de la zona y brinda un paraje paisajístico para residentes y turistas.
Aunque la predicción del reconocido científico menciona específicamente a los Estados Unidos, los temas que reflexiona tienen alcance global.
Este telescopio espacial fue lanzado el sábado mediante el cohete Ariane 5 y es un proyecto liderado por la NASA.
Alrededor de 20 especies de ciempiés podrían ser clave en el desarrollo de nuevos tratamientos médicos.
Ota Benga fue un congoleño de 1.25 metros de alto que llegó en 1906 al zoológico de Nueva York. Fue vendido como esclavo y comprado por Samuel Verne, un antropólogo que viajaba para colectar “razas exóticas” para una feria en EE. UU.
Es la era del “dominio humano sobre los procesos biológicos, químicos y geológicos de la Tierra”.
El estudio de Venus en la década de 1960 alertó a la comunidad científica sobre las consecuencias ambientales por el aumento de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera terrestre.
El término “transgénico” significa la inserción de un gen extraño en un organismo, acción propia de la tecnología biológica que consiste en transferir un fragmento del ADN de una célula a otra.
¿Cómo es que estos genes pasaban de los padres a los hijos?
No es raro encontrar bosques enfermos: aquéllos con hojas amarillas o cafés, troncos llenos de grumos resinosos, follaje manchado y, en los casos más graves, la presencia masiva de plantas o insectos parásitos.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA