Los bombardeos de Estados Unidos (EE. UU.) en el Caribe contra lo que llaman “narcolanchas” y la aproximación de la armada estadounidense a aguas venezolanas es en realidad una cortina de humo para ocultar el verdadero propósito.
Cargando, por favor espere...
En diciembre de 1900, en Leipzig, se editó por primera vez Iskra, un periódico promovido por el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Dejar la promoción de Iskra en el partido en lo general sería injusto para su creador intelectual y principal actor: Vladimir Ilich Lenin.
Aunque el POSDR se fundó en 1898, lo cierto es que su actividad no era unificada, sino que cada círculo que conformaba el partido actuaba según los problemas que localmente enfrentaba. Cada lucha que el círculo de alguna región daba por alguna demanda particular era acompañada por volantes, mismos que se repartían ilegalmente al interior de las fábricas, buscando atraer a más trabajadores; en estos volantes se denunciaba la situación que había llevado a los trabajadores a manifestarse contra ciertas condiciones del trabajo. Para el año en que sale la primera edición de Iskra, el POSDR no había alcanzado una acción en conjunto, una práctica unificada que hilara lo que acontecía en todos los focos obreros de Rusia y pudiera realizar una manifestación más efectiva en su lucha contra el zarismo ruso. Así como no se había establecido una acción unificada, hasta antes de Iskra, tampoco había una difusión unificada de lo que sucedía en cada lugar con actividad del POSDR. Fue Lenin quien comenzó a plantear que era necesario editar un periódico del partido que pudiera superar los límites locales y llegar a toda Rusia.
Iskra quiere decir chispa, el lema que acompañaba al título era “una chispa puede encender la llama”. La metáfora mostraba la intención política: era importante que el periódico alcanzara la mayor parte del territorio ruso, que llevara las noticias de lo que acontecía, que llevara la perspectiva que el partido tenía sobre cierto problema nacional o local, porque con esa chispa que llegaba era posible comenzar a construir la revolución. Lenin tuvo claro que Iskra no podía ser un periódico que se limitara a recibir las denuncias de lo que acontencía en cierta fábrica y transmitirlo a otra; el periódico debía mantener esta función, pero sin perder de vista los problemas compartidos por todos los explotados de Rusia, buscando demandas compartidas que crearan una lucha nacional; el periódico también debía ser capaz de llegar no sólo a las fábricas, sino a todos los grupos que notaran y sufrieran la represión política, logrando así que el partido fuera el faro para todas las personas inconformes con el régimen.
El periódico tuvo a importantes revolucionarios en su primer comité de redacción: Pléjanov (el padre del marxismo ruso), Axelrod, Vera Zazulich, Mártov, Potresov y Lenin. Los tres primeros eran viejos revolucionarios rusos del grupo Emancipación del Trabajo; los tres segundos eran jóvenes que formaron la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera. Al principio, el sexteto formado por jóvenes y viejos trabajó más o menos en la dirección que Lenin propuso originalmente, dando una lucha teórica importante contra posturas economicistas que empezaban a permear en las luchas revolucionarias. Iskra desenmascaraba los límites sindicales del economicismo, señalando lo fundamental que es la lucha política y teórica para el movimiento obrero.
Los primeros tres años de Iskra funcionaron con el comité original (Plejánov, Axelrod, Zazulich, Mártov, Potresov y Lenin); sin embargo, debido a las luchas al interior del partido, Lenin tuvo que abandonar la redacción. Sin Lenin, Iskra continuó siendo el periódico principal del POSDR, y aunque la línea teórica tendió hacia el reformismo, el periódico continuó siendo un referente de la lucha nacional rusa, cumpliendo así uno de los propósitos con que se fundó.
Los bombardeos de Estados Unidos (EE. UU.) en el Caribe contra lo que llaman “narcolanchas” y la aproximación de la armada estadounidense a aguas venezolanas es en realidad una cortina de humo para ocultar el verdadero propósito.
El proceso revolucionario de 1910-1917 es un momento constitutivo del carácter capitalista del Estado mexicano.
El relanzamiento del casi fenecido Partido Acción Nacional (PAN) representa un intento más de la derecha mexicana ultraconservadora de salir a flote después de la derrota que le impuso Morena en 2018.
Donald Trump y Volodímir Zelenski se reunieron recientemente en la Casa Blanca.
Marx afirma que “la humanidad se plantea siempre únicamente los problemas que puede resolver, pues el propio problema no surge sino cuando las condiciones materiales para resolverlo ya existen o, por lo menos, están en vías de formación”.
Todos nos hemos enterado del genocidio al que Israel está sometiendo al pueblo palestino; aunque algunos se nieguen a creerlo y otros traten de ocultarlo o justificarlo, la realidad está ahí.
Uno de los efectos menos visibles, pero más profundos, del capitalismo es la atomización de la sociedad.
No hay duda de que Israel está cometiendo un genocidio en Palestina. Tampoco hay respuestas contundentes de la Organización de las Naciones Unidas, ni intervenciones sólidas de otros Estados para frenar la masacre.
La sociedad capitalista es una sociedad basada en la ciega lucha de intereses egoístas, una sociedad cuyo desarrollo está sujeto exclusivamente a la “presión de las carencias”; por eso, es –como decía Marx– el verdadero “reino de la necesidad”.
Entre las 10 subsidiarias eliminadas en este 2025 tras la reforma constitucional de 2024 que las fusionó otra vez a la paraestatal, destaca CFE Telecomunicaciones e Internet Para Todos, ahora “CFE Telecom”.
En algún lugar, Marx plantea una idea que, aunque se refiere al Siglo XIX, podemos decir que sigue siendo útil para analizar nuestra realidad.
Otra vez suena el réquiem. Intelectuales nostálgicos, analistas de la prensa hegemónica y políticos de derecha entonan lamentos por la supuesta muerte de la democracia mexicana
Un denominador común de conflictos actuales como los de Ucrania, Gaza o Irán, es, indudablemente, la tendencia hacia el empleo cada vez más extremo de la violencia.
Históricamente, la región de América Latina ha sido sometida a los intereses de diferentes potencias coloniales.
Parte del pensamiento geopolítico occidental está atravesado por un interés básico: controlar Eurasia.
¡Golpe a los jubilados! Delfina Gómez propone aumentar edad de retiro de 62 a 65 años
“La vida cultural antorchista se construye ante nuestros ojos”: alcalde de Tecomatlán
Línea 4 del Cablebús costará más de 4 mil mdp
Retiran bloqueos carreteros tras negociación de 13 horas
Empresa de Altagracia Gómez niega manipular precios del maíz
Cae producción de refinería Dos Bocas durante octubre
Escrito por Jenny Acosta
Maestra en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana.