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2024: ¿qué política seguirá y a quiénes beneficiará?
La suerte de los mexicanos no cambiará mientras no unamos esfuerzos y, entre todos, construyamos un partido de nuevo tipo, con políticos de nuevo tipo y que ponga a gobernantes que salgan del mismo pueblo.
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Con la desfachatez y el descaro que lo han caracterizado, en Sonora, hace un año y medio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que “se ayuda también a los de arriba, yo les pude decir que no hay un rico de México que en el tiempo que llevamos gobernando haya perdido dinero... al contrario, les ha ido bien”; hoy, ya en la recta final del sexenio, los mexicanos podemos decir, con entera seguridad, que lo que dijo es completamente cierto, pero también que ninguna de sus políticas, en primer lugar los programas sociales que ha implementado, combaten la pobreza y la desigualdad, pues son programas para comprar votos y consciencias.

Los hechos muestran que a quienes más ha beneficiado AMLO es a esos que llama “los de arriba”, a los empresarios y a los ricos; las cifras ahí están: la fortuna de 15 millonarios mexicanos fue récord al concentrar, en 2022, 160 mil 900 millones de dólares; a la cabeza de ellos estaba Carlos Slim, con una fortuna de 81 mil 200 millones de dólares, que al terminar 2023 alcanzó los 101 mil 500 mdd y se encuentra en el lugar número 11 de los más ricos del mundo.

Para poder dimensionar un poco mejor esto, Carlos Brown, director de Investigación de Oxfam México ha señalado que la riqueza de Slim supera la suma total de las fortunas de los otros 14 mil millonarios mexicanos; o imagine usted, buen lector, los 204 millones de pesos que fue el premio mayor de la Lotería Nacional del pasado 24 de diciembre pasado, el magnate mexicano lo gana en 10 días.

AMLO tenía razón, ningún rico ha perdido dinero, los dueños de las grandes fortunas han ganado aún más en su sexenio; pero los que siguen perdiendo son los cerca de 100 millones de pobres que hay en México, esos que no cuentan con empleo, cuyos recursos son insuficientes para adquirir la canasta básica alimentaria y tampoco pueden acceder a servicios de salud o educación de calidad para sus hijos. El slogan “Por el bien de todos, primero los pobres” fue demagogia durante los cinco años del sexenio morenista, de lo contrario las grandes fortunas de los millonarios mexicanos no habrían crecido como lo hicieron, y menos sin la ayuda y aprobación AMLO. Nos debe quedar claro que los ricos se hacen más ricos a costa de un empobrecimiento de los trabajadores mexicanos.

Los programas sociales, la austeridad republicana y el supuesto combate a la corrupción no han disminuido la pobreza ni la desigualdad; por el contrario, las han aumentado. Y a esto se suma la constante inflación que merma el salario de los trabajadores, encarece los bienes y productos de primera necesidad poniendo más difícil la vida de la población.

Arrancó el 2024 y los pronósticos económicos para el país no son muy alentadores, el crecimiento, de darse, será minúsculo y la inflación seguirá en línea tendencial hacia arriba, dejando sin efecto real el incremento al salario, mientras la carestía y el empobrecimiento seguirán pegando a las familias. El sexenio de AMLO terminará siendo un total fracaso, pero no se podía esperar otra cosa, porque la política implementada está equivocada y, a decir de economistas competentes, la única salida para atacar la pobreza y desigualdad tendría que ser una mejor distribución de la renta nacional, pero esto sólo se lograría con una reforma fiscal progresiva, con mayores impuestos a las fortunas más grandes (a los ricos), y que cobre menos, o casi nada, a las clases trabajadoras, porque sus posibilidades de hacerlo son nulas. Pero como dijimos arriba, AMLO ayuda a la clase rica y se ha negado y se negará en este año a instrumentar una reforma fiscal encaminada a lo que los economistas plantean.

Hoy los partidos políticos están en crisis al no tener verdaderos proyectos encaminados a conquistar una justa distribución de la riqueza; ellos están dedicados a buscar el poder para servir a los ricos y no a los pobres. Cada seis años vemos lo mismo, promesas, ilusiones y esperanzas que siembran en la mente de los mexicanos sin posibilidad de realizarse. Los partidos actuales no representan al pueblo mexicano y el sistema político seguirá en crisis porque el hambre de ganancia del capitalismo se ha topado con pared y los partidos, usando erróneamente la democracia, sirven para sojuzgar y someter a la clase trabajadora, por esa razón sólo hablan de votos y no de verdadera justicia social.

La elección federal del próximo dos de junio será un simple trámite porque Morena continuará en el poder y la suerte de los mexicanos no cambiará mientras no unamos esfuerzos y, entre todos, construyamos un partido de nuevo tipo, con políticos de nuevo tipo y que ponga a gobernantes que salgan del mismo pueblo. Ésa es la tarea, ésa es la meta, porque la política que seguirá en México en los próximos seis años será la misma de Morena y no va a beneficiar, como no lo ha hecho hasta ahora, a los más pobres. Por el momento, querido lector, es todo.


Escrito por Miguel Ángel Casique

Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).


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