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Por primera vez en la historia del imperialismo estadounidense, un país sometido a más de mil medidas coercitivas le arrebató la presa (157 migrantes) y, al rebasar las sanciones, vendió su petróleo. En esto consiste la asertiva diplomacia antifascista de Venezuela.
Como la célebre película del polaco Andrzej Wajda, valorar el contexto político-social venezolano a 12 meses de la elección presidencial significa observar a una nación que resiste la ofensiva multidimensional del neofascismo imperial –guerra híbrida–, de quinta generación, antinarcoterrorista, tecnológico-cibernética, mediática y antiinsurgente.
Pese a esa colosal acometida, el plan estratégico del gobierno se ha cumplido paso a paso; y hoy, paradójicamente, el agresivo hegemón está aislado y está perdiendo el escaso prestigio que tenía, mientras que Venezuela representa el epicentro de foros de reflexión político-tecnológica, solidaridad e intercambio en América Latina.
Sólo en julio llegaron a Caracas más de dos mil delegados de todos los continentes para participar en el Foro Internacional por una Humana Humanidad, la Cumbre de los Pueblos por la Paz y en Contra de la Guerra, el Foro Testimonial de Madres de Menores Secuestrados y para el Acompañamiento Internacional de las Elecciones Municipales.
El denominador común en estos encuentros consistió en el balance de daños ocasionado por el imperialismo corporativo estadounidense y sus aliados. Y es que, desde el 20 de enero, las primeras acciones de Donald Trump como 47º presidente de EE. UU. han conmocionado al mundo e impactado la geopolítica, defensa, el comercio y la migración.
La geopolítica del magnate estadounidense parece deambular por un laberinto de dos vías: una radica en la necesidad de mantener el favor de los radicales sectores políticos y sociales que lo eligieron; y otra tiene que ver con su afán por proyectar toda la violencia de su menguante hegemonía ante el imparable avance de sus rivales en la escena internacional: China y Rusia, acompañadas por el Sur Global.
Para ese imperialismo, el triunfo de Nicolás Maduro Moros el 28 de julio de 2024 representó una victoria que luego fue validada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), pues implica que pierde el control del país con la primera reserva mundial del petróleo que yace en la Faja Petrolífera del Orinoco.
Desde 1998, sus antecesores intentaron asfixiar al gobierno bolivariano de Hugo Chávez Frías y su visión antihegemónica basada en la soberanía del crudo. A ese mal cálculo, republicanos y demócratas sumaron otro error con las sanciones a la exportación de crudo ruso desde 2022, y dejaron de recibir ese barato combustible.
La necesidad energética de la superpotencia es proverbial. Y aunque al asumir su segundo mandato Trump aseguró que no quiere ese crudo, resulta imperioso para su economía; de ahí las aparentes contradicciones de la Casa Blanca ante Venezuela; una de ellas consiste en que el 25 de julio extendió a Chevron la licencia “restringida” para reanudar su participación en la producción petrolera mediante contratos especiales en Venezuela.
La tenebrosa Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) –aplicada por las extraterritoriales sanciones de Washington sobre gobiernos non gratos– concedió la nueva licencia (Chevron III) “para producir y exportar crudo” a la corporación texana que hace 102 años opera en Venezuela.
Analistas, críticos y prensa corporativa estimaron impropia tal autorización, a la que calificaron como “dinámica difícil de entender”, porque beneficia a la “tiranía del régimen” y le abre un canal de financiamiento. No obstante, al paso de los días, se diluyó su inconformidad.
Otra aparente contradicción que aturdió a “expertos” proimperiales fue el diálogo directo entre la Oficina Oval y Miraflores, que se concretó con la liberación de 252 migrantes venezolanos, retenidos ilegalmente en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador. Por supuesto, Nayib Bukele quedó fuera de la negociación.
Ese ejercicio del softpower amplió el alcance sociopolítico del Estado bolivariano en los sectores marginales, blanco de la campaña imperial que por años alentó la emigración. Los venezolanos saben que EE. UU. maltrató a sus seres queridos; que Trump desdeñó las órdenes de jueces y los deportó con la obsoleta ley de Enemigos Extranjeros (de 1798) para que Bukele los aceptara a cambio de dinero.
Conmocionados, millones vieron a sus paisanos y familiares esposados y confinados en un segundo país sin haber cometido ningún delito. Ahí inició la cruzada por su rescate; y el 18 de julio, la ejemplar diplomacia bolivariana logró su regreso a casa, tras canjear a EE. UU. 10 de sus sicarios procesados por delitos graves en Venezuela.
En esa negociación binacional se dio otro esfuerzo titánico: el rescate y retorno de 31 menores, de entre uno y 15 años, retenidos en EE. UU. víctimas de la estigmatización de los venezolanos e inhumana visión imperial migratoria.
Los niños llegaron ahí con sus familiares, precarizados por las medidas coercitivas de Washington al grado de verse obligados a emigrar al país agresor con la idea de mejorar su economía. Los menores fueron víctimas de violentos operativos por agencias migratorias que los separaron de sus familiares y confinaron en campos de concentración o con “familias sustitutas”.
Las familias y el gobierno de Venezuela organizaron la cruzada por el rescate de esos menores. Entre muchas acciones desplegadas, y ante la inacción de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Maduro pidió al presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, contactar al nuncio apostólico para solicitar la intercesión del Papa León XIV.
Una menor simbolizó ese secuestro imperial: Maikelys Antonella Espinosa Bernal, la niña de dos años, separada de su madre Yorely Bernal de 20 años, deportada desde Texas el 25 de abril de 2024. Agentes del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. (HSD) le prometieron que, en cuanto subiera al avión que la regresaba a Venezuela sin su consentimiento, le entregarían a su hija, pero nunca sucedió.
Maikelys fue entregada a una familia de custodia que la retuvo pese a reclamos de su madre y su familia en Venezuela. El HSD alegó que separaron a la niña porque sus padres “pertenecen al Tren de Aragua” acusación sin pruebas y que ya ha sido refutada. El gobierno logró el rescate de la niña, quien llegó a su país el 16 de mayo.
El 18 de julio, víspera del Día del Niño y la Niña –celebrado el 19 en Venezuela–, siete menores más y decenas de adultos retenidos en El Salvador volvían a su país desde Houston, Texas. Secundada por las madres de los pequeños, la presidenta de la Gran Misión Vuelta a la Patria, Camilla Fabri, anunció “Aún faltan –otros menores–; los traeremos a todos aquí, a Venezuela”.
El 26 de julio, ante las madres y sus menores recuperados, decenas de delegados extranjeros atestiguaban el Encuentro Internacional de Madres Víctimas del Fascismo, realizado en la emblemática Casa Amarilla, Antonio José de Sucre de Caracas.
Ahí, Fabri advirtió que el imperialismo ve a los niños como mano de obra barata o como un problema a eliminar. El hecho de que las madres enfrentaran el odio político y ese día abrazaran a sus familias, representa un ejemplo de cómo vencer al fascismo.
En ese foro antifascista, Aleida Guevara, la pediatra cubana e hija de Ernesto Guevara de la Serna, recordó la mentira imperialista y cruel maniobra psicológico-política de EE. UU., llamada Operación Peter Pan, que indujo a los cubanos a desprenderse de sus hijos creyendo que la Revolución los enviaría a la Unión Soviética.
La también Embajadora para el Retorno a Palestina y defensa de los niños, llamó a buscar un mecanismo que frene la acción criminal de Israel para que niños y mujeres palestinas retornen a su patria, como los niños venezolanos.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Carmen Arias, denunció al gobierno de Javier Milei porque impide la democracia y paz en Argentina, pues “hambrea, persigue y endeuda por generaciones a los pobres”. Es así porque el imperialismo estadounidense está en crisis terminal y actúa violentamente; por ello nuestra América lucha contra ese fascismo y la injerencia extranjera, sentenció.
Tras el rescate de los menores, la Casa Blanca evidenció nuevamente su dualidad política. El 27 de julio, y sin prueba alguna, el secretario del Departamento de Estado, Marco Rubio, afirmó que existe una relación mafiosa entre el presidente Maduro y el Cártel de los Soles.
Hizo esa burda afirmación cuando Venezuela elegía dos mil 806 cargos públicos (335 alcaldes y dos mil 471 concejales) con obvia intención de socavar la credibilidad del resultado de la jornada.
El provocador Rubio imitó el modelo subversivo de 2024, cuando la oposición, encarnada por María Corina Machado, siguió el guion impuesto por Washington y Bruselas de rechazar el triunfo de Nicolás Maduro y alegar la victoria de su candidato, que nunca hizo campaña propia y se autoexilió.
A un año de esos hechos, en Venezuela existe gobernabilidad. Los perpetradores del odio racista se desvanecieron; pero no porque abandonaran su objetivo disruptor, sino porque el actual huésped de la Casa Blanca cortó temporalmente su línea de financiamiento.
Detrás de esa victoria está la estrategia bolivariana de empoderar a la población, que comenzó hace años con el atractivo proyecto de comunas rurales y urbanas para enfrentar la estructura de más de mil medidas coercitivas extraterritoriales estadounidenses.
Todas están diseñadas para sofocar la economía venezolana e incitar a la rebelión civil. Por más de dos décadas, el hegemón normalizó esa táctica punitiva que incluye el bloqueo económico-financiero al proceso político-social que surgió de la Revolución Bolivariana.
Para redondear el acoso, think tanks estadounidenses fraguaron la estrategia de humillación que exhibe a los venezolanos como inferiores, incapaces de relacionarse civilizadamente por ser proclives a cometer actos delictivos y al populismo.
Tales medidas propagan discursos para manipular sentimientos y crear la idea de un pueblo venezolano inferior. A la vez, esparcen el miedo para alentar una crisis de credibilidad en las autoridades, que se suma a la percepción de angustia y desesperanza que impide a hombres y mujeres aspirar a un mundo mejor.
Esa campaña distorsiona la realidad, falsifica la voz e imagen de figuras gubernamentales y del propio pueblo con inteligencia artificial y algoritmos. Para desmantelar tal estructura de mentiras, el presidente Maduro anunció el lanzamiento del nuevo sistema denominado “Calles, Redes, Medios, Paredes y Radio Bemba”, resistencia activa que corre a cargo de jóvenes venezolanos.
La falaz argumentación de Marco Rubio y la persistente campaña de difamación intentan borrar logros venezolanos como la actividad petrolera del país, que subió 12 por ciento sin la operación de Chevron. Además, el aumento de inversión extranjera que confirma la solidez económica.
Por ello vale recordar la célebre expresión de James Carvile “¡Es la economía, estúpido!”, dirigida por el estratega de campaña de William Clinton en 1992, a George H.W. Bush, cuando su país sufría recesión económica y había roto récord en desempleo.
Hoy, la riqueza de Venezuela resulta fundamental para el capitalismo corporativo estadounidense, que tiene puesta la mira no solamente en el petróleo, sino en sus importantes yacimientos de oro y diamantes. El territorio venezolano posee enormes riquezas destinadas a conducir el desarrollo de los 28.5 millones de venezolanos.
Entre ese potencial figuran las llamadas “tierras raras”, de las que posee 15 indispensables para fabricar dispositivos de alta tecnología y potencialmente explotables. La mayoría están al norte, según estudios geológicos.
A ello se suman grandes reservas del estratégico oro azul o coltán, como anunció Hugo Chávez ante la Asamblea en 2010. Y según el Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico, posee importantes yacimientos de bauxita, hierro, níquel, carbón, grafitos, fosfatos y feldespatos.
Apoderarse de esos recursos venezolanos resulta primordial para el capitalismo corporativo estadounidense. De esa ambición se nutre la geopolítica de temor, desesperanza y humillación contra la valiente resistencia del pueblo venezolano.
CARACAS, julio de 2025.– Somos mil 400 veedores nacionales y extranjeros invitados para verificar las elecciones de alcaldes, concejales y el voto de 37 mil 80 proyectos propuestos por jóvenes para su comunidad. Nos recibió el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, quien aseguró que nuestra presencia ante el pueblo venezolano representa una de las múltiples garantías de pulcritud del proceso.
Ésta es la elección 33 en 26 años. La víspera se comprobó que estaban listos 15 mil 731 centros de votación, los paquetes de material y las máquinas de votación que esperan 21 millones 524 mil 126 electores.
Desplegados en el estado Miranda vimos que votar no lleva más de 50 segundos y consta de cuatro pasos: 1. Se presenta la cédula de identidad y el lector electrónico “captahuella” autentifica los datos; 2. Se marca en la máquina el partido a elegir y sale la boleta impresa; 3. Se deposita la boleta en la urna, y 4. Se firma y marca la huella digital.
Al final de la jornada, el CNE confirmó el triunfo del Gran Polo Patriótico en 285 de las 335 alcaldías, en 23 de 24 estados y en el Distrito Capital.
Juan José Ramos aclara que Donald Trump miente; pues él no pertenece a ninguna pandilla, ni es terrorista internacional; lo detuvieron agentes migratorios al ver una calcomanía de Venezuela en su auto y supusieron que era criminal. Como cientos de venezolanos cazados en EE. UU. y deportados a El Salvador el 15 de marzo, habla desde su país.
Están desconcertados, asustados y enojados; les cuesta describir el abuso físico y mental sufrido en su ilegal prisión; coinciden en que su liberación prueba que EE. UU. no tenía motivos para apresarlos. Leonardo Colmenares quiere difundir que fue torturado cuatro meses en el CECOT; que los guardias le pisaban las manos, echaban agua sucia en los oídos y amagaban con golpearlo si no se arrodillaba con otros reclusos, que lo obligaron a lamerles la espalda.
Blanco llegó a EE. UU. cuando quebró su negocio de comestibles –en parte por las sanciones– y solicitó asilo en Texas, donde repartía comida. En 2024 notificó su cambio de domicilio y fue detenido por su tatuaje (un padre abraza a un hijo tras los rieles de un tren).
Todos fueron acusados de ser criminales, aunque la mayoría no tiene antecedentes penales; su infracción fue ingresar a ese país sin documentos. En El Salvador, los golpearon con porras de madera, les dispararon perdigones a quemarropa y patearon con botas de seguridad. Estudian pedir indemnización, pues sus familias también sufrieron al no saber si ellos vivían o no, y si volverían a verlos.
Hoy se conoce el testimonio por la investigación de periodistas venezolanos y estadounidenses.
La emergencia multipolar en el actual sistema internacional ya reúne a gran diversidad de actores, estatales y no estatales, cuya relación se apuntala en tres ejes: cooperación, respeto y confianza. Ese proceso, inédito en la historia, ya es irreversible.
El Presidente es sólo una pieza en el engranaje del control político.
Además del paro de labores, también se está preparando una manifestación para el próximo 20 de enero en el parque de la Torre del Agua.
La India atraviesa una crisis en desigualdad económica.
El fenómeno natural fue el resultado de una tormenta solar geomagnética originada por el ciclo solar actual.
Trump aseguró que destinará al menos seis mil millones de dólares para la ampliación del muro, .
La otanización del conjunto de Europa pasa también por “americanizar” la economía y la sociedad europeas, lo que es sinónimo de completar su conversión al capitalismo salvaje. La UE y su Constitución y Tratados se vienen encargando de ello.
Los miembros de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) son antihegemónicos, privilegian a las mayorías y no a corporaciones u oligarquías.
Entre los 11 detenidos se encuentran los cuatro ejecutores directos del crimen atroz, como ha sido calificado por la Cancillería rusa. Datos preliminares revelan que intentaban escapar hacia Ucrania.
El Embajador Zhang Run expresó sus condolencias y solidaridad con las zonas afectadas por el huracán Otis, e indicó que China está junto con México en este momento difícil.
Las protestas se extenderán desde Seattle hasta Miami y desde Nueva York hasta Los Ángeles, aseguró la coalición No Kings.
El mundo tiene una guerra en puerta, casi con los dos pies dentro de la sala.
La humillación que el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, recibió de su homólogo estadounidense Donald Trump tuvo un doble mensaje.
Vladímir Putin asegura su permanencia en el Kremlin tras darse a conocer los primeros resultados de las elecciones presidenciales de la Federación de Rusia.
El simulacro fue exitoso y reafirmaron su cooperación ante provocaciones occidental.
Escrito por Nydia Egremy
Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.