Autopartes, juguetes y artículos de papelería serán los más afectados.
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En marzo del presente año, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para prohibir la aplicación TikTok, a menos que se desligue de su empresa matriz china, ByteDance, o sea vendida a capitales norteamericanos. El argumento es que supuestamente puede estar siendo financiada por el Partido Comunista de China, aunque después se dijo que su “poca privacidad” permitía la recopilación de datos de los usuarios, que se usaba para manipularlos, espiarlos y emplear la información “indebidamente”.
Sin embargo, ninguno de estos argumentos se sostiene. Al igual que la mayoría de las empresas que existen en el mundo capitalista, Tiktok es un conglomerado formado por capitales de diversos países. Los capitales que conforman la filial son: 60 por ciento de inversionistas que compran acciones en el mercado de valores a través de empresas que manejan dichas inversiones, 2 por ciento del cofundador Zhang Yiming y 20 por ciento de otros empleados de la empresa. Además, es importante puntualizar que la recopilación de datos de TikTok no es diferente a la de otras aplicaciones cuyos dueños son ciudadanos norteamericanos. Por ejemplo, en TikTok se puede saber lo que los usuarios copian y pegan en el portapapeles al igual que en Reedit, Linkedln, The New York Times o BBC; además, la recopilación de otro tipo de datos es similar a Meta (como Instagram y Facebook), Google y X (antes Twitter). De hecho, no es un secreto que existen los data brookers, que son empresas que recopilan grandes bases de datos sobre las preferencias e información personal de sus usuarios para venderlas a terceros, sólo que las aplicaciones antes mencionadas no las venden, sino que las “ceden” a terceros. A fin de cuentas, ambos emplean esta información para promover la compra de mercancías de diversas empresas, así como para facilitar información útil para ver qué tan beneficioso puede ser el establecimiento de una empresa en tal o cual ciudad y, aún más importante, para visualizar las preferencias políticas de quienes les pagan y censurar a aquellos que no comparten opiniones similares.
Por ejemplo, ¿cuántos usuarios no encuentran comerciales en YouTube, filial de Google, de la compañía de baile Shen Yun tratando de desprestigiar al gobierno de China, además de que la misma aplicación prohibió los canales de RT y Sputnik cuando comenzó la guerra en Ucrania (que dicho sea de paso promovió EE. UU.); X restringió a usuarios que supuestamente trabajaban para el gobierno ruso o los marcó con la leyenda de “Medios afiliados al gobierno de Rusia”; o cuántos no ven letreros amenazantes en X y Facebook cuando quieren acceder a una noticia proveniente de medios de comunicación rusos? Es decir, pues, que la empresa TikTok no está haciendo actividades distintas a las de las empresas comunes y corrientes en el modo de producción capitalista, particularmente aquellas grandes plataformas del entretenimiento pertenecientes a ciudadanos norteamericanos. O sea que, desde la lógica de “Occidente” y sus élites, quienes pueden lucrar en el capitalismo son únicamente las empresas de los norteamericanos y europeos que piensan como ellos y no representan competencia en sus mercados y, por lo tanto, no merman sus ganancias.
Lo que sí resulta sospechoso es que quieran arrebatar TikTok a ByteDance cuando sus ganancias se han ido incrementando exponencialmente; en 2019, sus ingresos eran de 350 mdd y en 2023 pasaron a 14 mil 345 mdd, es decir, un crecimiento a una tasa media anual de 110 por ciento (Statista, 2024). Asimismo, cabe recalcar que TikTokemplea tecnología china muy avanzada; a decir del analista Richard Windsor, la popularidad de TikTok radica en que el algoritmo creado por ByteDance es el mejor del mundo para caracterizar videos y recomendarlos con usuarios con dichos gustos.
Es decir, pues, que EE. UU. quiere arrebatar la filial TikTok a la empresa ByteDance por cuestiones como la superioridad tecnológica y el crecimiento exponencial de sus ganancias y usuarios, y no por la supuesta utilización de los datos por el gobierno chino. Ésta es sólo una cortina de humo con la que intentan justificar sus acciones de represión a la propiedad privada de ciudadanos chinos.
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Escrito por Ollin Vázquez
Maestra en Economía por la UNAM.