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En estos días se cumplen ciento cincuenta y cuatro años del nacimiento de Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin, el revolucionario más importante de la historia del Siglo XX. Este año también se cumplió un centenario de su fallecimiento. Es por eso que, en el año de Lenin, ha llegado la hora de traerlo de nuevo a la palestra para recuperar sus enseñanzas por la construcción de un mundo mejor.
Lenin es seguramente el nombre propio sobre el que más se han vertido carretadas de desinformación; el símbolo más vilipendiado, perseguido y sojuzgado; ridiculizado, desactualizado, ninguneado y enterrado. En todos los planos se ha intentado minimizar su estela; en la política lo han llegado a caracterizar como el tenebroso inventor del totalitarismo y en la teoría lo han empequeñecido y, tanto “amigos como enemigos”, han escatimado su capacidad como filósofo.
Es tan temido como odiado por las clases dirigentes contemporáneas, que guardan en un recoveco de su memoria la conflagración proletaria de 1917 y el arrebato del poder que les hizo la Revolución Bolchevique. Las élites económicas, políticas y religiosas de la vieja Europa languideciente han advertido a los jóvenes dirigentes del mundo, al capital financiero y beligerante estadounidense, sobre el peligro de una revolución comunista. Y se han aliado en santa cruzada para combatir por todos los medios la influencia y la memoria del revolucionario ruso.
De esta manera, su reivindicación parece despertar el rechazo y la sorna de los académicos y los políticos contemporáneos. Como escribía Slavo Sisék, antes de convertirse en parte del soft power otanista: “La primera reacción pública ante la idea de reactualizar a Lenin es un ataque de risa sarcástica: Marx vale; hoy en día incluso hay en Wall Street gente que le adora –Marx, el poeta de las mercancías; Marx, el que proporcionó perfectas descripciones de la dinámica capitalista; Marx, el que retrató la alienación y reificación de nuestras vidas cotidianas– Pero Lenin no, no puedes ir en serio”.
Y aun así, Lenin sigue ganando las batallas filosóficas y políticas que sus enemigos libran contra él. Y las gana como el Cid Campeador; muerto, para mayor gloria del vencedor. Porque de alguna manera, muchos teóricos militantes marxistas han sido recuperados, reinterpretados, edulcorados y modelados para comprender problemas teóricos de la sociedad contemporánea. Pero sólo han logrado eso, mejorar la forma de explotación y de dominio del sistema capitalista, incluso echando mano de pensadores como Marx, Gramsci o Rosa Luxemburgo. Pero con Lenin la cosa es distinta. Es un hueso duro de roer; no se le puede separar de su praxis política; no se puede edulcorar la praxis leninista, ni hormar, ni encorsetar.
Y quizá sea ésa la lección histórica más importante que lega Lenin a los moviminentos sociales contemporáneos y al proletariado como sujeto histórico de la revolución comunista. El compromiso a prueba de fuego para destruir la sociedad burguesa hasta sus cimientos. A ese Lenin hay que aferrarnos porque la única esperanza de victoria que tiene el proletariado se encuentra en la recuperación, en el redescubrimiento y en la reinterpretación de Lenin y de su praxis revolucionaria.
Hay que recordar que Lenin es el adversario que le ha plantado guerra de manera más clara al capitalismo; es el enemigo más formidable a que se ha enfrentado la burguesía en el ámbito internacional. La revolución comunista de octubre de 1917 es, sin duda, el campo de batalla en donde mayores victorias se han obtenido para los desheredados de la tierra. Y Lenin fue el innegable artífice de la Revolución del 17.
Lenin leyó como nadie dentro de los revolucionarios rusos la oportunidad de reventar el tiempo histórico. Ha sido el mejor intérprete del Kairos, del tiempo discontinuo, de la oportunidad y de la posibilidad de la Revolución. Ése es Lenin, nuestro Lenin, nuestro maestro, nuestro guía, a quien tanto debemos y que tanto tiene para decirnos hoy. Lenin sigue vivo, invicto en los combates. Es preciso recuperarlo, en todos sus sentidos, y desafiar a las clases dirigentes de la sociedad contemporánea con sus estandartes de lucha.
Ante el avance de las negociaciones para el acuerdo de neutralidad y el estatus no nuclear de Ucrania, el Ministerio tomó la decisión de disminuir cardinalmente la intensidad de la operación militar en las áreas de Kiev y Chernígov.
La conferencia que impartirá el Ing. Aquiles Córdova, destacará la vigencia del pensamiento del líder de los bolcheviques que, a 100 años de su muerte, su pensamiento aún resuena en millones de hombres y mujeres que buscan una sociedad más justa para todos.
Los relatos del autor denuncian los actos abusivos de los principales protagonistas y la burocracia oficial de la oligarquía que encabezó el dictador Porfirio Díaz Mori entre 1877 y 1910.
La conferencia Rusia-América Latina es de gran trascendencia para el mundo entero. La construcción de un mundo multipolar es fundamental y amerita los esfuerzos de todos los pueblos, los partidos progresistas y las clases gobernantes.
En el supuesto de que la maniobra de EE. UU. tuviera éxito, ¿qué ocurriría? Hay quienes piensan que habría un baño de sangre cuya primera víctima sería el propio presidente Putin.
El mandatario ruso Vladimir Putin afirmó que la humanidad se enfrenta a dos opciones: "seguir amontonando una carga de problemas o encontrar juntos una solución", por lo que "tarde o temprano" Occidente deberá dialogar para abordar un futuro común.
En los juicios de Nuremberg, los fiscales abordan el tema del holocausto. Presentan a varios testigos que vivieron en los campos de concentración, quienes señalaron que a diario eran asesinadas de 10 a 12 mil personas en las cámaras de gas.
Según el presidente ruso, las acciones tomadas en Rusia para frenar la propagación del Covid-19 "están en línea con el nivel de amenazas que representa para los ciudadanos".
Por años, el establishment (sistema) occidental ha intentado silenciar a RT porque no podía dejar que sus audiencias decidieran por sí mismas qué creer sobre los acontecimientos en Rusia y el mundo, afirmó en exclusiva, la actual editora en Jefe de RT, Anna Belkina.
Es muy probable que Rusia gane la guerra. Pero esto no ocurriría como una victoria decisiva, sino más bien relativa, en la que EE. UU. quedaría humillado y Ucrania dividida e incapacitada para contratacar, sostiene el politólogo John Mearsheimer.
En esta guerra la reacción de Rusia fue eminentemente defensiva, por los bombardeos de los nazis ucranianos sobre la población rusa del Donbás, la violación de Kiev a los Acuerdos de Minsk y la amenaza mortal que representa el cerco de la OTAN.
El libro invoca con frecuencia el índice de oportunidad, el cual plantea que si todos los individuos murieran a la misma edad y tuvieran el mismo número de hijos no habría selección natural porque ésta es propiciada por la mortalidad.
La información que llega al público permite concluir que no. Esto a pesar de que EEUU cuenta con las fuerzas de guerra más poderosas y uno de los arsenales nucleares más grandes del mundo.
"Si prosigue el envío de armas es poco probable que las conversaciones den algún resultado, pero quiero recalcar que estamos comprometidos con una solución negociada, con el alto el fuego", afirmó Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia.
Hoy se confirma que Siria fue el campo donde las potencias extrarregionales instigaron a las élites locales, socavaron el poder estatal y tramaron con fuerzas antigubernamentales para imponer un Estado confesional.
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Escrito por Aquiles Celis
Maestro en Historia por la UNAM. Especialista en movimientos estudiantiles y populares y en la historia del comunismo en el México contemporáneo.