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Los suelos son indispensables para los humanos, ya que de su condición depende la producción de alimentos, fibras, materiales para vestido y calzado, sustancias químicas que permiten la elaboración de celulares, computadoras y medicamentos. Los suelos son producto de largos procesos, como la desintegración de rocas superficiales, la acumulación de materia orgánica y algunos metales, la presencia de agua, los cambios de temperatura, así como la actividad de la flora y fauna que los habitan. Un centímetro de suelo necesita de cientos a miles de años para formarse.
La fertilidad de los suelos depende de la cantidad de materia orgánica que se acumula. En presencia de agua, los microorganismos (lombrices, ácaros, hongos, bacterias) desencadenan series de reacciones biogeoquímicas e hídricas que dotan al suelo de nutrientes para su mejor funcionamiento. Las raíces de árboles y arbustos forman agregados de tierra más sólidos, evitando que las partículas del suelo se desprendan y erosionen; así un suelo con abundante vegetación retiene nutrientes y agua que luego es transportada por diferentes vías para su consumo humano. Si estas características funcionales de los suelos están presentes, éstos son capaces de sostener cultivos agrícolas y ganaderos abundantes por varios años.
Sin embargo, las actividades humanas, como la deforestación, han dejado los suelos expuestos al aire y a la lluvia, incrementando su pérdida y la de sus nutrientes. La aplicación de agroquímicos altera la actividad microbiana y aumenta la acumulación de metales pesados, que son dañinos para la vida de todos los organismos, incluidos los humanos. La implementación de maquinaria pesada compacta el suelo, impidiendo el flujo de oxígeno, la germinación y el crecimiento de las plantas. Por otro lado, su explotación excesiva, el poco tiempo que se le deja descansar y la no rotación de cultivos (el uso de plantas que modifican de manera diferente el suelo) tienen como resultado su esterilización durante miles de años.
Esta agricultura abusiva comenzó a extenderse a raíz de la Revolución Industrial, debido a la necesidad de producir “mucho en poco tiempo” y obtener las “máximas ganancias”. Sin embargo, la degradación de suelos ha conducido al mundo a situaciones peligrosas, cuyas consecuencias son sufridas hoy por todos los ecosistemas y por las personas, principalmente aquellas cuya subsistencia depende de las cosechas y los recursos forestales maderables y no maderables. En esta situación se hallan los grupos indígenas y algunas de sus prácticas agrícolas tradicionales que obedecen a otra mentalidad y otros intereses.
Organizaciones y académicos pugnan por la optimización del sistema en general (plantas-animales-microbios-hombre), más allá de la obtención de “más producto (dinero) en menos tiempo”, ya que, de este sistema de explotación, los suelos salen estériles en el corto plazo y las amenazas al bienestar humano y a los ecosistemas. La agroecología y la agroforestería son dos de las principales herramientas que han sido estudiadas y propuestas en este sentido.
Los suelos deben ser tratados de manera distinta a como los hemos tratado al día de hoy, en la agricultura y la ganadería. Por ejemplo, deberían suprimir el uso de productos agroquímicos de alto impacto y sustituirlos por otros no tan peligrosos o bien por los biofertilizantes; practicar métodos más sostenibles, como los cultivos rotativos, que consisten en la siembra de diferentes alimentos en ciclos distintos para que no se agoten los nutrimentos y no se perpetúen enfermedades en los cultivos; crear cortinas rompevientos, que son series de árboles alrededor de los cultivos para protegerlos del aire y los rayos solares, para mantener la humedad y evitar la desecación o el estrés hídrico. Si no se aplican estas mediadas en la cantidad y la calidad suficientes, los problemas de la humanidad se agudizarán; en primer lugar, por la falta de alimentos ya que, con suelos destruidos o empobrecidos, la agricultura será muy raquítica; otra de las consecuencias más obvias será el deterioro de la salud humana en las generaciones actuales y las venideras.
La reducción de la mariposa monarca en bosques mexicanos, las cuales ocuparon 2.10 hectáreas de terreno -en el primer trimestre del 2021-, respecto a las 2.83 hectáreas registradas en 2019.
La vida de Mendel es un ejemplo clásico de perseverancia. Aunque al principio sus observaciones no tuvieron relevancia para la comunidad científica, biólogos y botánicos llegaron a sus mismas conclusiones décadas después de su muerte.
El resto de glaciares mexicanos desaparecerán en las próximas décadas si no se toma acciones para frenarlo, aseguraron los especialistas.
“No creo que quienes nunca lo escucharon puedan darse cuenta de lo magnífica que fue la enseñanza de Hermite; desbordante de entusiasmo por la ciencia, que parecía cobrar vida en su voz y cuya belleza nunca dejaba de comunicarnos".
Thales de Mileto utilizó el razonamiento para establecer leyes generales; fue el primero en formular teoremas matemáticos como los conocemos hoy.
Durante la última década en el Reino Unido, se han identificado 19 nuevos mecanismos genéticos de resistencia en bacterias.
A pesar de todas las riquezas que posee África (y que aquí menciono), la gran mayoría de la población vive una situación muy deplorable, lo que representa una gran contradicción.
Los primeros vestigios del conocimiento matemático de especies de Homo sapiens, capaces de establecer marcas en los huesos de animales para recordar hechos importantes, datan de hace 30 mil años.
El término “física térmica” causa curiosidad debido a que, en la división clásica de la física, no existe una rama como tal.
Alan Turing no fue un estudiante brillante, pero si talentoso, perseverante en los problemas que quería resolver. Se hizo famoso cuando inventó una máquina capaz de descifrar los códigos secretos de comunicación usados en la SGM.
La datación de las rocas es milenaria, surgieron de eventos geológicos en la génesis del sistema solar. Las capas terrestres de los primeros elementos de polvo estelar que formaron los planetas hace cuatro mil 500 millones de años.
El pan y la sal comparten una historia íntimamente relacionada desde su descubrimiento y uso en la alimentación; la cultura los tiene como emblemas relevantes en la vida cotidiana de los pueblos más antiguos.
Dotado de un extraordinario talento para estructurar conexiones, el alemán Alexander Grothendiek amplió las fronteras de la matemática contemporánea.
¿Cómo producir frutas y verduras sin químicos que dañen nuestra salud y la de las demás especies de seres vivos? Recientemente encontré el libro "Regénesis. Alimentar al mundo sin devorar el planeta", de George Monbiot.
En el ámbito de la astronomía, Galileo no solo confirmó que la Tierra se movía en torno al Sol y se burló de los inquisidores del Santo Oficio.
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Escrito por Arístides Maldonado Velázquez
colaborador