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El Plan Sectorial de Salud (PSS) es un documento elaborado por el Secretario de Salud, en el que se detalla la política que se llevará a cabo en esta materia durante el sexenio, se explican los problemas de salud pública más importantes del país y se dice cómo se planea resolverlos.
En el PSS el gobierno remarca la ausencia de un aparato de salud eficiente que ayude a la población a padecer menos enfermedades y anticipa que en su sexenio se enfocará a la Atención Primaria de la Salud (APS). Sin embargo, las causas que enlistan en el plan −corrupción y falta de infraestructura− no son suficientes para explicar por qué el sistema de salud no responde a las necesidades de los mexicanos.
En la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud Alma Ata, realizada en Kazajistán en 1978, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la APS como la asistencia esencial, al alcance de todos los individuos, a un costo que la comunidad y el país puedan soportar con espíritu y autodeterminación todas y cada una de las etapas del desarrollo de los problemas sanitarios.
Según el PSS la única forma de cumplir con los objetivos propuestos por la OMS en México es mediante la cobertura universal en salud. Para alcanzar ésta se plantea volver a centralizar a las instituciones de seguridad social (IMSS, ISSSTE y SS) y dar acceso a toda la población a sus instalaciones sanitarias.
Pareciera que, efectivamente, la solución a todos los problemas de salud depende de garantizar el acceso a estos servicios. Sin embargo, si nos detenemos a analizar la definición de Alma Ata, la APS implica no solo garantizar la atención médica y los medicamentos sino que además propone la erradicación de los problemas sociales –que obviamente muchas veces no dependen de las instituciones de salud– para brindar mejores condiciones de vida y así disminuir los casos de enfermedad.
Pero aun cuando el Secretario de Salud hubiera entendido que el fin último de este llamado consiste en proporcionar un servicio sanitario eficiente y de calidad, sus hechos no respaldan el PSS porque lo único que hasta ahora ha puesto en marcha es la cancelación del Seguro Popular (SP).
El SP, como todo mundo sabe, era un programa que permitía atender algunos problemas de salud a la gente de los estratos socioeconómicos más pobres, ya que su catálogo solo contemplaba 266 acciones; quizás no era perfecto, pero al menos permitía la atención de varias enfermedades sin que las familias de los pacientes tuvieran que gastar de sus bolsillos y empobrecerse más. Al eliminar el SP el Gobierno Federal negó el derecho a la protección de la salud a millones de familias mexicanas y desobedeció el mandato del Artículo 4° de nuestra Constitución.
En conclusión, si queremos mejorar la salud de la población debemos hacer dos cosas: por un lado, mejorar las condiciones de vida de las familias y, por el otro, construir un aparato de salud que sea eficiente, esté bien preparado y que, sobre todo, esté al alcance de todos. Entonces lograremos cumplir el verdadero objetivo de la APS.
Pero lograrlo no depende, por supuesto, de la elaboración de un plan o de la buena actitud de un secretario de Estado. El cuidado de la salud abarca muchísimos más aspectos que el ir a consulta y tomar adecuadamente los medicamentos. Si en realidad queremos lograr un cambio en la atención a los problemas de salud de la población, debemos organizarnos y exigir a las diferentes instancias de gobierno que, en lugar de repartir dinero a diestra y siniestra, invierta en más y mejores obras públicas que provean a los mexicanos de una mejor calidad de vida, libre de enfermedades.
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Escrito por Alitzel Donají Gallardo Ramírez
COLUMNISTA