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Las apariencias engañan y nos llevan a juicios erróneos. Las afirmaciones falsas de personajes “importantes” en un pueblo con poca instrucción pueden pasar por verdaderas. Tal es el caso, por ejemplo, de la aseveración en torno a que un “individuo es responsable de su pobreza”, que resulta absurda en un país donde este grave problema social afectaba, según Julio Boltvinik, al 80 por ciento de la población nacional antes del Covid-19. La confusión entre la enfermedad y sus síntomas es frecuente en los miembros del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T); pero aun cuando una mentira repetida miles de veces pueda ser disfrazada de verdad, no deja de ser mentira. Y la más grande de las muchas que ha dicho la 4T, es que con la pandemia estemos mejor que nunca. Un gobernante que al menos pretende guardar las apariencias, se cuida en el momento de hablar para no ser cínico. Los datos duros sobre la fragilidad de la economía mexicana revelan que estamos en el nivel más crítico en décadas.
El país ha dependido de tres actividades económicas: el petróleo, el turismo y las remesas. Pero llegó el Covid-19 y el combustible ha dejado de ser productivo, porque se vislumbra que en el mediano plazo será reemplazado por energías limpias; el turismo colapsó y solo han quedado las remesas, que en los últimos años han ascendido a 40 mil millones de dólares ocho mdd), porque pese a la pérdida temporal de empleos, las amenazas de deportación de Donald Trump, el Covid-19 y la imposibilidad de viajar a México, a nuestros paisanos no les ha quedado otra solución que enviar todos sus ingresos y ahorros a sus familias mediante las casas financieras. Las remesas son un grito desesperado y una denuncia clara de la falta de empleos que obliga a las personas a dejar su terruño querido. No son un logro ni un mérito de ningún gobierno. Todo lo contrario: son una vergüenza nacional que la economía se sostenga, en buena medida, con el dinero mandado por los que no encontraron una oportunidad de trabajo en su propio país. El fenómeno migratorio hacia Estados Unidos (EE. UU.) es fácil de comprender, porque en el nuestro no hay trabajo y el poco que existe es pagado con salarios de hambre. ¿Quién en su sano juicio puede creer que, con 123 pesos diarios, una familia de cinco o más integrantes se mantiene? ¿Acaso este salario, que no alcanza siquiera para comer, permite algún tipo de riqueza y felicidad? Los problemas del país se hicieron más evidentes con la aparición del Covid-19: dos millones de desempleados formales y 31 millones trabajando en la informalidad, es decir más del 60 por ciento de trabajadores vulnerables. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) documentó que cada año migra un millón de mexicanos hacia EE. UU., pero son repatriados casi la mitad. Parece un cuento de nunca acabar; las personas no encuentran trabajo; primero salen de sus comunidades hacia las ciudades más cercanas del país y cuando las cosas se ponen peor, se dirigen hacia el país vecino. En cualquier rincón de la patria encontramos hogares con un migrante. Emigran orillados por la necesidad, por la desesperación y con la esperanza de que, al menos con este sacrificio, sus familias no mueran de hambre. Además de desintegrar a sus familias, asumen el riesgo de pasar la frontera, de ser cazados como animales o ser víctimas de las bandas delincuenciales. Pero todo vale la pena cuando aseguran la alimentación de los que se quedan de este lado, a quienes en cuanto pueden envían dinero para que terminen de construir sus viviendas. Y si así son las cosas: ¿por qué el gobierno insiste en adjudicarse como un logro suyo el dinero que mandan los expulsados de su propia tierra?
Lo ideal sería, querido lector, que en tu comunidad o en tu región se crearan las fuentes de empleo bien remuneradas que todos quisiéramos y que ninguno de los gobiernos ha creado. Es una burla hacia esos mexicanos que el gobierno presuma con sombrero ajeno, porque hasta hoy los poderosos han ignorado las historias de dolor, humillación y muerte que debe sortear el migrante para ganarse unos cuantos dólares.
Presidente mexicano le interesa estar en los medios y lo obtiene; por un lado sigue usando su "mañanera" y por el otro anunciando, periódicamente, temas que más que aportar generan ruido y cortinas de humo.
Desempleo, bajos ingresos, encarecimiento de los artículos de primera necesidad, para esto sí tienen preferencia los pobres en el gobierno actual. No se han cumplido las promesas, las crisis económica y sanitaria y la política de la 4T hunden al país.
La práctica revolucionaria, la transformación de la sociedad, establece necesariamente la unidad indisoluble entre práctica y teoría, entre política y verdad.
María Amparo Casar, advirtió que será un riesgo si la Cámara de Diputados da facultades al presidente Andrés Manuel López Obrador de aplicar discrecionalmente los ahorros presupuestarios a programas del Plan Nacional de Desarrollo.
El moderno sistema capitalista ha producido condiciones muy desfavorables para la vida del hombre, tales como las monstruosas concentraciones urbanas.
Urzúa señala que “si el gobierno federal no quiere enfrentar de manera realista el asunto hacendario, no vale la pena abundar más sobre ello”.
El "nuevo" gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha caracterizado por ser muy lento en la toma de decisiones para atacar las problemáticas que enfrenta y en las que se ve sumergido México.
La Fiscalía informó que decidió no ejercer acción penal en contra del extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Cinco de cada 10 niños y jóvenes en edad escolar no acudieron a la escuela.
México está entregado a las decisiones de EE. UU., por lo que sus decisiones como país están ligadas a las de los poderosos de Norteamérica. Así, eso de que el neoliberalismo está acabado por decreto es mentira. Y explico por qué.
La escasa información sobre el número de desapariciones en el registro de la CBPCM es tan alarmante como que la fiscal Ernestina Godoy asegure que en el incremento del 400% en desapariciones, hay muchas que “son ausencias voluntarias”.
Venir a decir ahora que en México “esto no aplica” porque aquí la riqueza de las clases altas es pura dádiva del gobierno, sorprende y preocupa.
Los órganos autónomos en México son entidades públicas con funciones específicas independientes al Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El número de personas recuperadas de la enfermedad llegó a 545 mil 530.
Millones de mexicanos enfrentan hoy una gravísima crisis alimentaria y económica, además de la sanitaria.
¡No andaba muerto, estaba en reunión! Ricardo Ordóñez recibe atención en Veracruz
Nuevo embajador de China trabajará en la construcción de la multipolaridad con México
Movimientos populares rechazan retiro de estatuas de Fidel y el Che en CDMX
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Cada hora roban seis autos asegurados en México
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA