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Los resultados electorales del pasado cinco de junio, en las que se eligieron seis nuevos gobernadores, estaban ya más que cantados; y solo sirvieron para “protocolizar” en las urnas acuerdos previamente concertados por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) con supuestos mandatarios de oposición, como ocurrió en Hidalgo y Oaxaca donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) había “bajado los brazos” anticipadamente. En Quintana Roo y Tamaulipas se esperaba algún pataleo, pero al final el morenismo sumó cuatro gobiernos locales más a su cuenta y llegará a 20 estados con mal gobierno, junto al de la Federación.
¿Qué sigue y qué debe esperar el pueblo de México después de lo ocurrido en esas elecciones? ¿Qué mejoren realmente las cosas en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas? ¿El gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) y Morena son tan “fuertes” y “populares” como para que la población siga creyendo en ellos?
Veamos. La participación ciudadana no superó el 50 por ciento en las seis entidades; es decir cinco o seis de cada 10 mexicanos no salieron a votar (en Oaxaca la abstención fue del 62 por ciento) y, como ya es “pan de cada elección”, se repartió dinero, se entregaron despensas para comprar el voto de mucha gente; y en las casillas hubo amenazas de violencia a los electores para que sufragaran a favor de los candidatos de la coalición morenista, como lo evidencian varios videos que circularon en redes sociales y medios de información.
Pero además de estos hechos suscitados en la jornada electoral, los gobernadores priistas de Oaxaca e Hidalgo, Alejandro Murat Hinojosa y Omar Fayad Meneses, habían “doblado las manos” ante el poder de Palacio Nacional; y decidieron entregar sus mandatos a Morena sin que la dirección nacional del PRI, encabezada por Alejandro Moreno, pudiera hacer nada para evitarlo. Ahora ambos políticos y los mandatarios de Tamaulipas y Quintana Roo esperarán, sin contratiempos ni sobresaltos, que el gobierno morenista les dé una embajada o algún puesto en la administración federal para, desde esa posición, perfilarse hacia el 2024, como se cuenta de Murat. Según “dicen los que saben” que éste “moverá sus hilos” cuando la evidente ruptura interna entre el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Morena estalle, y ponga a volar a cada una por su lado a las “corcholatas presidenciales”.
El pueblo de México no ganó nada con el triunfo de Morena en los cuatro estados. Hay suficientes elementos para afirmar que Morena y AMLO no saben gobernar; y que su compromiso de brindar atención “primero a los pobres” es solo un lema o un cliché para manipular a la población de los sectores económicamente más vulnerables, mediante la entrega de apoyos monetarios a través de programas claramente clientelares, como los destinados a adultos mayores, discapacitados, jóvenes sin escuela ni empleo, estudiantes de escasos recursos, Sembrando Vida (campesinos) y, entre otros, a madres solteras.
Los mexicanos que habitan en Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas y Quintana Roo, además de no ganar nada con el cambio de partido en el poder, enfrentarán el riesgo de que, en los próximos seis años, las cosas sean peores; porque los futuros gobernadores morenistas intentarán replicar la pésima forma de gobernar de AMLO en el resto del país, como ya sucede en Puebla con Miguel Barbosa Huerta y en Veracruz con Cuitláhuac García. En ambas entidades, la inseguridad, la violencia delictiva y la pobreza se han desbordado a grado tal que mucha gente no puede comprar la canasta básica; padece hambre y, además, no tiene acceso a la salud, educación, vivienda y servicios públicos urbanos básicos.
En las cuatro entidades que adicionalmente gobernará Morena, los habitantes podrán corroborar que al gobierno de la 4T no le interesa atacar sus problemas más elementales, ni combatir la miseria; y que únicamente busca conservar el poder a toda costa mediante la compra de votos a través de programas sociales. Los economistas más competentes aseguran que para acabar con la desigualdad y la pobreza es urgente un reparto más equitativo de la renta nacional mediante una reforma fiscal progresiva, con la que se cobren más impuestos a los ingresos más altos y a las grandes fortunas, y que se cobren menos tributos o ninguno a las clases trabajadoras.
Por eso, ningún mexicano debe creer en lo que defienden Morena y AMLO, ya que éste siempre ha apoyado a los más ricos y se ha negado a instrumentar una reforma fiscal que beneficie a los trabajadores. Los mexicanos tenemos que organizarnos, educarnos y movilizarnos para que en México haya un gobierno que salga de las entrañas mismas del pueblo, porque solo así la “suerte” de todos podrá cambiar. Con Morena y AMLO, las cosas generarán más pobreza y miseria extrema. Por el momento, querido lector, es todo.
Los iniciadores de la lucha por la Independencia de México, particularmente Miguel Hidalgo y José María Morelos, no solo se oponían al dominio español, eran convencidos luchadores por una nación más justa.
El 15 de septiembre López Obrador proclamó muerte a la corrupción, al clasismo y al racismo; pero olvida que en su gobierno están a la orden del día. Dijo "¡vivan los pueblos indígenas!", cuando hoy son los más olvidados.
En 2019 sumó 37.5 millones, 42.7 millones en 2020 y 39.8 millones en el tercer trimestre de 2021.
“Se viene fuerte y difícil; las expectativas son de crecimiento, pero no al nivel deseado, lo fuerte o pesado es con relación a un año que tendrá un proceso político, y eso hará ruido en las políticas públicas que aplicará el gobierno a presente y futuro”, reveló el doctor Samuel Bernal Lara.
A los datos contundentes de lo que la 4T ha hecho para beneficiar a los más ricos de México, se añade ahora, en los hechos, que está en marcha el procedimiento para llevar al país a la privatización de la salud y de la educación.
A la captura del camarón se dedican 4,000 pescadores, a quienes se le suman 1,500 mujeres. Sin embargo, sus condiciones muy precarias, entre otras, porque les pagan muy poco y carecen de servicio médico.
En la actual administración hay un pésimo control de los recursos; tampoco existe la capacidad para disponer de un programa para rescatar la economía capitalina.
El problema es que el drenaje colapsó y a pesar de que se ha solicitado de manera constante se envíe un vactor para desazolvar.
Analistas coinciden en que este Gobierno ha ocultado sus grandes deficiencias con eventos masivos como el realizado el 1° de julio; además de culpar a gobiernos pasados para rechazar el fracaso de su Gobierno.
"Los próximos contagios no se darán en las aulas, contrario a lo que podría pensarse, sino en la movilidad, el uso del transporte y demás fenómenos que trae consigo el regreso a clases", advirtió experto.
Mañana 13 de octubre se entrevistará a la fiscal Ernestina Godoy, para saber si será o no ratificada como titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
En más de dos años, este gobierno se ha negado a crear políticas que resuelvan los problemas y se ha conformado con administrarlos, por ello avanzan los males socioeconómicos, de salud, etc.
La decisión también incluye a su suplente y padre, Miguel Ángel Yunes Linares.
Los funcionarios del gobierno en turno y su partido, Morena, no se recatan a la hora de impulsar a los llamados Servidores del la Nación para que realicen la encomienda de AMLO, convirtiéndolos con esto en “Servidores de Morena”.
En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.
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Escrito por Miguel Ángel Casique Olivos
Colaborador