Cargando, por favor espere...
Hace unos días, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió su Estrategia nacional para promover trayectorias educativas y mejorar aprendizajes en educación básica.
El documento pretendía ser un diagnóstico sobre el impacto negativo de la pandemia en la educación –específicamente en lo que se refiere a logro educativo, pérdida de aprendizajes, rezago y abandono escolar– y el plan de intervención para corregir estos problemas.
El primer capítulo, sobre logro educativo, compila los resultados de pruebas estandarizadas que ya conocemos, como PLANEA y PISA, y cuyos últimos registros son hasta 2019. El diagnóstico también lo conocemos: a pesar de contar con una cobertura amplia en educación básica, la calidad de la educación, al menos en cuanto a aprendizajes se refiere, es deficiente.
El segundo capítulo, sobre pérdida de aprendizajes, contiene información obtenida a partir de dos instrumentos. El primero fue una encuesta, con 23 preguntas de opción múltiple, que los profesores tenían que autoaplicarse para reportar su percepción sobre la pérdida de aprendizajes, abandono y necesidades de la formación docente. El otro instrumento fue una entrevista, también autoaplicada, sobre rezago y abandono. Este segundo instrumento, sin embargo, solo se aplicó en seis estados.
Es verdad que se aplicaron 70 mil cuestionarios; sin embargo, la observación está sesgada, es decir, no es representativa y, además, desconocemos las características del sesgo, pues básicamente el cuestionario lo respondió quien quiso hacerlo.
Los cuestionarios autoaplicados y autoselectivos son útiles cuando se trata de conocer asuntos específicos o cuando no hay otra forma de obtener datos. El problema es que, si quieres diseñar una “estrategia nacional”, necesitas datos censales o de una encuesta con un diseño muestral riguroso. Y aquí no tenemos ninguna de las dos.
El segundo problema es que se está tratando de evaluar aprendizajes sin tener una medición de aprendizajes. Esto es lo más grave. Los cuestionarios evalúan la percepción de los profesores; y esta percepción puede ser considerada un proxi muy indirecto, pero no una medición de aprendizajes. El problema no son los datos sobre percepción, que pueden llegar a ser útiles. El problema es que, si tu objetivo es hacer una estrategia para corregir la pérdida de aprendizajes, lo más adecuado es tener, al menos, una medición estandarizada de los mismos, que aquí no se tiene.
Sobre los resultados de este segundo capítulo, se menciona que 46 por ciento de los profesores percibe una alta o muy alta pérdida de aprendizajes. También se dice que estas pérdidas se ubican más en las áreas de pensamiento lógico-matemático y comprensión lectora. Sin embargo, aquí es donde las limitaciones de los datos hacen sentir su peso, porque, ¿en qué consiste una pérdida de aprendizajes en cada una de estas áreas? Tratándose de percepciones, es difícil saberlo.
El tercer capítulo es sobre abandonos. Y aquí ocurre algo parecido a lo que sucedió con el primer capítulo. Se reportan los datos de siempre, elaborados a partir de la matriculación, lo que (como el mismo documento reporta) no permite ubicar los casos de estudiantes que, a pesar de seguir inscritos, en los hechos se han desvinculado del sistema educativo.
Pero la mayor decepción de este documento es la estrategia de dos páginas y media que propone para resolver estos problemas, y que consiste en 1) hacer evaluaciones al inicio de cada periodo escolar, 2) elaborar un protocolo de atención socioemocional, 3) promover metodologías innovadoras de enseñanza, 4) continuar con el sistema de alerta temprana de abandonos y 5) impeler a los profesores a usar las herramientas que la SEP les ha proporcionado.
Eso es todo. La “estrategia” consiste en cinco recomendaciones genéricas, sin detalles y, sobre todo, sin mención alguna sobre las carencias de infraestructura y equipamiento de las escuelas, ni sobre los diferenciales de acceso que los estudiantes deben enfrentar por culpa de la desigualdad. Es decir, la estrategia propone generalidades que o ya se han propuesto o parcialmente ya se aplican, pero sin considerar los problemas materiales y de acceso más urgentes del sistema educativo. Es decir, la “estrategia” propone generalidades que se habían dispuesto o que parcialmente ya se aplican; pero que son inoperantes porque no consideran los problemas materiales y de acceso más urgentes al sistema educativo.
"A diferencia de otros movimientos, nosotros tenemos claro que queremos cambiar la política educativa del país, transformarla en todos sus cimientos", afirmó Yael Martínez, vocera de la FNERRR.
Durante la semana, el presidente López Obrador y secundado por la SEP, anunciaron el regreso a clases presenciales para el próximo 30 de agosto.
Así, la FNERRR están de acuerdo en la reanudación de clases, pero con la condición de que se vacune también a los estudiantes.
Urgió a las autoridades educativas y el propio gobierno de López Obrador a tomar en cuenta la voz de especialistas, para que sea la ciencia quien rija en los nuevos libros.
Porque el nuevo plan generará mayor rezago educativo, la FNERRR anunció que este 10 de agosto cientos de alumnos se manifestarán en Palacio Nacional.
Las principales peticiones son incremento salarial, despegue salarial, basificación, reconocimiento a la superación profesional, opciones pertinentes para la formación continua y la superación profesional.
Los tratados de libre comercio son la joya de la corona de las políticas neoliberales en el mundo.
n la Ciudad de México, un amplió contingente marchó del Ángel de la Independencia a Palacio Nacional. Sin embargo, no fueron escuchados por las autoridades federales.
Desde marzo de 2020, el gobierno de Hidalgo bloqueó el salario que recibían por su trabajo y sin ninguna justificación dejaron de recibir en plena pandemia por la Covid-19.
De acuerdo con lo establecido en la resolución, el único rector legalmente reconocido es Luis Ernesto Derbez Bautista.
Coincidió con quienes ven un manejo político-electoral de las vacunas, pues primero se argumentó falta de dosis, aunque en la víspera de la elección, la velocidad de la vacunación se aceleró.
El regreso a clases demanda una estrategia orientada a compensar rezagos y corregir brechas de aprovechamiento.
Maestros del Movimiento Nacional por la Transformación Sindical demandaron a la SNTE “profundizar la vida democrática del sindicato”, ya que no ha publicado la convocatoria para la renovación de dirigente sindical.
Cuando se pregunta exclusivamente sobre el miedo a contagiarse, 71.4% de los encuestados dice tener mucho miedo, contra 27.3 por ciento.
Estas acciones gubernamentales están enraizadas en el modelo económico neoliberal que según Andrés Manuel López Obrador está extinto.
Escrito por Pablo Bernardo Hernández Jaime
COLUMNISTA