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“Así como los magos de la medicina y las curas milagreras responden a la ignorancia de las leyes del mundo natural, así también los taumaturgos sociales y las curas milagreras de la sociedad obedecen a la ignorancia de las leyes del mundo social”.
Carlos Marx y Federico Engels
El reino del espíritu sobre la tierra,
en La ideología alemana.
Hay una tendencia a creer en redentores y taumaturgos capaces de resolver por sí mismos los problemas sociales. Dicha tendencia, de acuerdo con Marx y Engels, refleja un problema más profundo: la ignorancia de las leyes sociales y materiales que, en última instancia, determinan el desarrollo histórico.
Olvidando las determinaciones económicas y sociales, quien rinde culto a la personalidad afirma que todo movimiento transformador del mundo existe solamente en la cabeza de una persona elegida y los destinos del mundo dependen de que esta cabeza, que encierra como propietaria privada toda la sabiduría, alumbre sus revelaciones para que la sociedad guíe su curso.
Así como en la medicina se recurría a magos debido a la ignorancia de las leyes naturales, los “taumaturgos sociales” surgen como respuesta a la falta de comprensión de las leyes del mundo social. Para estos ideólogos, todo el desarrollo histórico se reduce a las abstracciones teóricas del desarrollo histórico, tal como se han plasmado en las cabezas de todos los filósofos y teólogos de la época, y dado que es necesario hacer que todas las cabezas de un grupo dirigente se junten y deliberen, necesariamente debe haber una cabeza sagrada que se ponga al frente de todas aquellas personas; y esta cabeza-guía es la unidad especulativa de aquéllas: el redentor. Marx y Engels rechazan esta visión, enfatizando que el desarrollo histórico no depende fundamentalmente de figuras individuales “sagradas” o “iluminadas”, sino de procesos materiales y luchas sociales concretas. Marx y Engels criticaron a ideólogos como Kuhlmann y su proclamación como redentor, exponen la futilidad de confiar en soluciones místicas o subjetivas ante problemas sociales que requieren una comprensión materialista de la sociedad. El desarrollo histórico no puede darse sin la base de las condiciones materiales y las acciones colectivas, esto es, las condiciones económicas, culturales y sociales, así como de las prácticas que realice la sociedad en su conjunto.
En diversos libros de historia se ensalzan las figuras de líderes y se les proporciona un aura de sacralidad, a través de descripciones llenas de adjetivos de pureza, con un contenido altamente idealista, en el sentido de que los personajes son presentados como lo serían en un recuento hagiográfico, como si se tratara de dioses y héroes acabados. La narrativa oficial asocia el nacimiento y la vida de los líderes con el destino de sus naciones, como si estuvieran predestinados a ser los salvadores de su pueblo. Así, sus historias personales no sólo se integran a la historia de sus países, sino que se convierten en el eje central de ella. Este fenómeno tiene raíces en la tradición religiosa y cultural, donde la política se considera parte del orden cósmico y quienes gobiernan son percibidos como figuras virtuosas y justas por antonomasia, que tienen el mandato del cielo debido a su moralidad impecable.
Este tipo de culto a la personalidad se construye gradualmente, transformando la vida política en algo casi sagrado y distanciándola de las masas. El peligro del culto a la personalidad es la centralización del poder en los partidos representantes del pueblo y en los propios líderes, quienes se presentan como los únicos capaces de conducir a sus naciones hacia la liberación y el progreso. La concentración del poder degenera en autoritarismo, lo que resta considerablemente la capacidad de crítica y autocrítica, herramientas indispensables para analizar científicamente la realidad y ofrecer soluciones. La crítica de Marx y Engels a la figura del redentor o taumaturgo social sigue siendo relevante en la actualidad. La historia muestra que los cambios sociales no surgen de individuos “especiales”, sino de procesos materiales y luchas sociales, a través de análisis y críticas que se consolidan colectivamente. La glorificación de líderes individuales puede llevar a soluciones ilusorias y autoritarias; y sólo al comprender y corregir estas dinámicas se puede avanzar hacia una verdadera transformación perdurable de la sociedad.
Hemos olvidado lo que ha hecho Xavi, hemos olvidado que es el artífice del mejor Barcelona, el mejor jugador, según Pelé, que algo sabría de futbol. Definitivamente nos equivocamos al aceptar la marcha de Xavi.
La libertad y el conocimiento son dos de los problemas que la reflexión filosófica ha abordado desde sus orígenes.
Son importantes. Las fábulas que aquí se desarrollan son muestra de una literatura profunda, que busca no sólo enseñar moral, sino que la gente reflexione sobre otro tipo de problemas.
El capital moldea a los hombres como los necesita.
Hablando en términos marxistas, la religión fue una necesidad histórica.
. Todo lo que conocemos algún día no será, o mejor dicho, se transformará de alguna forma, se moverá hacia otro punto, se negará a sí mismo porque dejará de ser lo que ahora es para pasar a ser otra cosa.
Afirmar que el marxismo se opone de manera absoluta al capitalismo es una tergiversación que, lejos de ser inocente, forma parte de una narrativa propagandística arraigada, especialmente, en los tiempos de la Guerra Fría.
La trasposición de 19 siglos y la fusión del Cota contemporáneo de Ovidio con el Cota del Tomis del Siglo XX, permiten a Ransmayr sugerir que los usos políticos del pasado más remoto no eran mejores ni peores que los actuales.
Hay que decir que la tesis de un arte contemporáneo descompuesto es sumamente escasa en las voces de los especialistas.
En este artículo se explica por qué sostener que el arte es un reflejo de la sociedad, así a secas, distorsiona y mutila el papel de la actividad artística y de los artistas.
Cuando nosotros llegamos al mundo nos encontramos con que ya había en él una serie de cosas que no fueron hechas por nosotros sino por otros.
La acumulación de capital financiero es cada vez mayor y la especulación tiene sus límites. Para movilizar estos recursos, los bancos han endeudado a todo el mundo.
buzos representa un ejemplo de lucha y perseverancia en la defensa de los intereses del proletariado mexicano.
No sólo se trata de contemplar el elemento transformador, sino de transformar conscientemente: se requiere praxis.
Las contribuciones de Heráclito al pensamiento filosófico no se pueden exponer profundamente en un texto como el presente, pero sí es posible recuperar una, aquella que se condensa en este título.
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“Tren Maya no descarriló, fue un percance de vía”, dice director de la empresa
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Escrito por Betzy Bravo García
Investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales. Ganadora del Segundo Certamen Internacional de Ensayo Filosófico. Investiga la ontología marxista, la política educativa actual y el marxismo en el México contemporáneo.