Cargando, por favor espere...
Un día, en su búsqueda de la justicia, Don Quijote y su escudero Sancho Panza, camino de Zaragoza, se encontraron con un grupo de personas muy dispuestas a entrar en batalla que enarbolaban un lienzo en el cual estaba pintado un burro rebuznando. Preguntando qué pasaba, Don Quijote y Sancho Panza se enteraron que se trataba de dirimir un viejo conflicto entre pueblos, uno de los cuales se burlaba del otro por un incidente entre alcaldes que se contaba que habían rebuznado. El hecho era que, con mucha frecuencia, el rebuzno de una y otra parte era motivo de pleitos entre los lugareños. Don Quijote no vio bien que hubiera enfrentamientos entre pueblos y se acercó a pronunciar un discurso para tratar de poner paz; y ya casi lo había logrado, cuando intervino Sancho Panza diciendo que él, cuando joven, sabía rebuznar muy bien y para muestra a los presentes, se puso a rebuznar. Unos y otros creyeron que se burlaba de ellos y arremetieron contra Sancho y hasta contra Don Quijote, quienes tuvieron que poner tierra de por medio. La impertinencia de Sancho, narrada por un genio, se conoce entre nosotros como echarle una cerilla a la gasolina.
Cuento, estoy consciente de que mal, lo que dice Don Miguel de Cervantes, para animar a los posibles lectores a acercarse al Quijote y aprender de él; no se arrepentirán. Pero también porque el pasado sábado 20, el primer día de la aplicación de las vacunas contra la Covid-19 en la ciudad de Morelia, en el Poliforum cultural que se encuentra a unos metros del libramiento norte, volvió a aparecer la vieja historia, se echó una cerilla a la gasolina y, claro, ésta ardió de inmediato. Muchas personas llegaron a formarse en la banqueta a las afueras de las instalaciones a eso de las tres de la mañana. En el fresco de la madrugada, muchas personas de la tercera edad y algunos hijos o nietos más jóvenes que pudieron ayudarlos, estuvieron esperando varias horas de pie o en sillas y banquitos que llevaron de sus casas. Se hicieron dos enormes filas, de unas 250 personas cada una, una al norte de la puerta y otra al sur. Parece burla la aclaración, pero hay que decirlo, nadie los recibió, nadie les informó nada, nadie pareció reparar en su presencia.
Apenas pasadas de las siete de la mañana, empezó a salir el sol y pronto empezó a caer a plomo. No había ninguna sombra preparada, la gente llevó cachuchas, sombreros y paraguas. Resistió en la banqueta. La fila no se movía. La información circulaba en forma de rumor: en la fila que está calle abajo, se decía, están todos los que recibieron llamada, en la fila de arriba, los que no recibieron llamada; pasarán cuatro de abajo y tres de arriba. A eso de la 9:35 de la mañana pasó frente a casi todos los presentes para dar vuelta en U y entrar a las instalaciones del Poliforum, una ambulancia seguida de dos imponentes camionetas artilladas de la Guardia Nacional con personal armado hasta los dientes, de pie y en alerta en la caja. ¡Son las vacunas! Corrió la noticia siguiendo el ya implantado método del rumor. Al rato pasó una persona que hacía una lista con números y nombres.
Las filas empezaron a moverse. Poco a poco. Se alcanzaba a ver que entraban grupos afortunados de unas cinco o seis personas que caminaban por el patio de las instalaciones hasta un enlonado con unas 60 o 70 sillas que se hallaba a unos 100 metros de distancia. Debo decir que entre los que entraban, y se veían claramente desde afuera, había personas en sillas de ruedas y personas con dificultad evidente para desplazarse que usaban andadores, como no fueran sus familiares, nadie los asistía. Los comentarios de inconformidad entre los que esperaban, eran abundantes, no se hablaba de otra cosa más que de la desatención, de la espera y de las duras condiciones de la misma. Con moderación y hasta con respeto, pero había gasolina. Tuve la buena fortuna de llegar finalmente muy cerca de la puerta, era yo el número cinco y, según dijo un empleado de adentro, formaba parte del pequeño grupo que entraría en seguida. Nos sentimos animados.
Al cabo de otros treinta minutos de espera, serían las 11 y media de la mañana, se acercó una empleada con chaleco amarillo y un letrero que decía, creo que sin ironía, “Transformando Morelia” y nos gritó desde adentro de la reja: “Ya se acabaron las vacunas, vuelvan el lunes”. Acto seguido, dos empleados más empezaron a cargar una gran puerta de alambre para plantarla en la cara de los que estaban adelante de la formación. Ahí ardió Troya. Se acabó la poca paciencia que quedaba, menudearon los reclamos y las manifestaciones de inconformidad. La empleada se mostró inamovible: no había vacunas y ya. Como los reclamos no cedieron, la mujer se retiró y vinieron otros empleados por turno para tratar de convencer a los inconformes de que se retiraran y hasta otra mujer desde adentro se subió en un banco con un megáfono para acallar a los inconformes con más volumen. Como nadie se movía de su sitio y quedaba claro que nadie se iba a mover, mandaron traer a la policía municipal, a mujeres uniformadas para que no se viera tan feo en caso de que tuvieran que entrar en acción; no se colocaron en formación de ataque, sólo hicieron como que conversaban entre ellas en la banqueta a dos metros de las irritadas personas de la tercera edad.
Pero como el pueblo unido jamás será vencido, la posición de los arrogantes empleados municipales que tenían dispuesta una buena lona sombreadora, sillas y botellas de agua a discreción, empezó a variar. “Vamos a esperar a las 12 y media a que pasen algunos de los que recibieron llamada”, dijo otro empleado. Del “ya no hay vacunas y regresen el lunes”, al “vamos a esperar a las 12 y media”, había operado la unidad espontánea y la indignación del pueblo agraviado. Ahí la llevábamos. Es muy importante agregar que esas “llamadas telefónicas” son un misterio que solo los empleados de los gobiernos morenistas conocen, nadie sabe cómo seleccionan a los afortunados recipiendarios, es más, a la hora de los alegatos, unas señoras dijeron que entre los que habían recibido llamadas y habían entrado a vacunarse, había personas que no tenían teléfono. ¿Por qué no usan simplemente las letras iniciales del apellido y se dejan de complicaciones? Porque de lo que se trata es de hacer demagogia electoral con la llamada y reservarse la posibilidad de meter recomendados.
Seguimos. Pasada la una de la tarde, entramos. Después de que otros empleados con el uniforme de “Transformando Morelia” del ayuntamiento morenista de la ciudad (trastornando Morelia, leyeron algunos de los que protestaban en la puerta) nos formaron, nos sentaron y nos pusieron de pie, pasamos a manos del personal médico que nos habría de vacunar. Mis respetos y agradecimiento para el sacrificado personal médico, también es víctima de la 4T. Solo debo apuntar que los organizadores, de cuyo uniforme y letrero ya no me quiero acordar, les asignaron una sala sin ventilación de unos 150 metros cuadrados en los que llegó a haber hacinadas más de 200 personas, un auténtico y contundente foco de contagio para los pacientes y, sobre todo para el personal médico que estuvo ahí encerrado buena parte del día. Finalmente, salimos. Ojo: y cuando salimos, las filas en las cuales quedaban formadas cuando entramos, no menos de 200 personas, habían desaparecido. ¿Y cómo le hicieron para que se retiraran? preguntamos. No se retiraron –nos respondieron– entraron; ¿pues no que se habían acabado las vacunas?
Éste es el servicio para la salud que se les proporciona a los que con su trabajo abnegado de toda la vida lo han pagado sobradamente. No encuentro ninguna forma de catalogarlo más que de desprecio de clase hacia el pueblo trabajador. Si los hechos hablaran, el gobierno de la 4T, indiscutible autor intelectual y material de la aplicación de las vacunas, estaría diciendo: “¿Querían vacunas? Pues ahí están”, mientras se las avienta al pueblo mexicano. ¿Hay alguna otra forma menos drástica de interpretar esta falta de planeación, esta ineficiencia, esta falta de consideración, esta grosería, esta befa inmunda?
María Clemente criticó el papel de jueces en casos de asesinatos y agresiones contra personas transgénero.
En el rubro de población en situación de pobreza extrema se registró un aumento de 2.1 millones, por lo que el número total subió de 8.7 millones a 10.8.
Un apartado del libro Historia del pueblo mexicano, afirma que con elección de AMLO en 2018 llegó la esperanza, ya que antes de ese año México estaba plagado de corrupción y retroceso. “En 2006 no fue suficiente, tampoco en 2012, en 2018 por fin se pudo".
PRI y PAN se suman a los señalamientos contra la senadora con acusaciones por presunta evasión fiscal y posibles delitos federales relacionados con el uso de recursos públicos y privados.
Una postura más congruente con la actual situación de los indígenas en México debería traducirse en una mejora de sus condiciones socioeconómicas para que conserven dinámicamente sus raíces e identidades.
Jesús Zambrano aseguró que la designación de Lenia Batres Guadarrama en la SCJN confirma que AMLO quiere una dictadura en México al contar con todos los poderes subordinados a él.
Para el rescate de la quiebra a Altán Redes se creó un “fideicomiso de garantía”, donde se depositó el 100% de las acciones de la empresa en calidad de prenda. Según el IFT, el Gobierno Federal aportó 161 mdd.
Distribuyen “boletas” con nombres de candidatos afines a la 4T
El problema es grave, los cárteles están en todo el territorio nacional. Nuestros gobernantes están en contubernio con los criminales y en el mejor de los casos “son de chocolate".
Los datos que daré a continuación evidencian el desinterés del Gobierno Federal y el local de la CDMX, cuya Jefa de Gobierno, por cierto, realizaba un evento de precampaña electorera en Michoacán mientras en la Línea 3 del Metro chocaban dos trenes.
A pesar de que el jefe de gobierno, Martí Batres negó que Ismael Daniel Tovar Herrera trabaje en su administración, lo cierto es aparece con el cargo de Coordinador General B con un sueldo un mensual de 104 mil 740 pesos.
Según el Presidente, ya se tiene identificado al presunto asesino de Meraz León, aunque afirmó, “todo indica que no hay relación con lo que ella hacía”.
La rehabilitación de la Línea 1 del Metro carece de transparencia, con un aumento inexplicable de 6 mil 515 millones al contrato original de 32 mil 219 millones.
Mancera destacó que no ha habido comunicación, ni telefónica ni personal, con los senadores electos del PRD.
Ciudad de México.- En pleno Cámara de Diputados, la bancada de Morena propuso una reforma constitucional, mediante lo cual se estipula la reducción al 50 por ciento el financiamiento que se otorga a los partidos políticos.
Escrito por Omar Carreón Abud
Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Chapingo y luchador social. Autor del libro "Reivindicar la verdad".