Las actividades deportivas estimulan, fortalecen y corrigen los tejidos óseo y muscular; ayudan a evitar el sobrepeso y la obesidad.
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Desde el punto de vista etimológico, la palabra “deporte” proviene del vocablo latino de-portare (de: alejamiento / portare: llevar), que significa “dejarse llevar”, evocando la idea de alejarse de lo que es cotidiano u ordinario, y consecuentemente, divertirse, entretenerse y recrearse; su finalidad es la tendencia al desarrollo armónico e integral del ser humano, llegar a la materialización de lo que Juvenal escribió en sus sátiras: mens sana in corpore sano (mente sana en cuerpo sano), o de lo que en la Grecia Antigua se conocía como kalos kai agathos, lo bello y lo (moralmente) bueno –virtud estética y ética–. Tomo estos conceptos para referirme a una de las actividades ancestrales del ser humano que, por ende, debería formar parte de la vida cotidiana del hombre del Siglo XXI.
La CNDH ha declarado que la cultura física y la práctica del deporte es un derecho humano fundamental para la salud y educación, además de promover el respeto, cooperación y tolerancia entre los ciudadanos. El ser humano ha tenido que dejar la actividad deportiva fuera de sus prioridades y esto no es por cuestión de voluntad, descuido o desidia, sino debido al sistema económico que impera en casi todo el orbe.
En México no es un hábito social pese a que la Carta Magna lo reconoce como un derecho. Para muestra de ello, tenemos los últimos resultados proporcionados por el Inegi a través del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (Mopredef), los cuales reportan que más de la mitad de la población mexicana mayor de edad no practica ningún deporte (76.8 por ciento); entre los motivos más relevantes de los encuestados son: 49.8 por ciento, por falta de tiempo; 19 por ciento, por cansancio a consecuencia del trabajo; y 17.5 por ciento, por problemas de salud.
A causa del desarrollo del sistema capitalista, las posibilidades para ejercitarse cada vez son menos, lo que orilla a la población a llevar un estilo de vida sedentario. Si analizamos los datos ofrecidos, tenemos que la mayor población inactiva, a causa de falta de tiempo. se debe a que mucha gente desde temprano sale de sus hogares a sus sitios de trabajo, empleando de una a dos horas para llegar; y si le agregamos que un viacrucis similar o mayor tiene que vivir cuando regresa a sus hogares, veremos que emplea alrededor de cuatro horas diarias, más las ocho horas de una jornada regular de trabajo, siete que necesita de descanso, le quedan cinco horas para realizar actividades cotidianas, satisfacer sus necesidades básicas o realizar algunas tareas del hogar, etc., quedándose sin ningún espacio para dedicarlo a alguna actividad deportiva.
En el caso del 19 por ciento de la población que por cansancio no realiza actividad física, puede ser ocasionada por la actividad laboral, jornadas agobiantes y embrutecedoras de trabajo. La existente desigualdad es un reflejo del sistema económico capitalista, donde una minoría concentra el resultado de todas las horas de trabajo de los obreros y éstos que son la inmensa mayoría solo reciben una pequeña parte de la riqueza, traducido en un salario, que solo alcanza para recuperar nuevamente su fuerza de trabajo para ser reiteradamente explotados por los dueños de los medios de producción.
En la población que no realiza actividad deportiva por problemas de salud (17.5 por ciento), esto es consecuencia de realizar poca o nula actividad física, una mala alimentación, jornadas agobiantes de trabajo, un mal descanso, malos hábitos como el consumo de tabaco o alcohol, aunado a que la población no tiene al alcance espacios deportivos públicos de buena calidad, son algunos factores que repercuten de manera irreparable en el individuo y que impiden que conserve o recupere su buen estado de salud.
El ejercicio físico contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía de la persona, su memoria, lucidez y propicia un mejor estado de ánimo. Los datos reflejan que no es suficiente con que se establezca por escrito que el deporte es un derecho que todos deberíamos ejercer. El Estado debería realizar acciones que contribuyan a dotar de todo lo necesario para poder desarrollar el deporte y acercarlo a la población, sobre todo a las clases trabajadoras, generadoras de la riqueza nacional.
Ya es momento de que el deporte se masifique, que llegue a todos los trabajadores; que éstos cuenten con espacios dignos, instructores capacitados y sobre todo con el tiempo adecuado para practicarlo. Que pueda convertirse en una herramienta que mejore la vida de los mexicanos, y con ello se puedan prevenir las enfermedades derivadas de la inactividad física, contribuyendo a proporcionarles mejores condiciones de vida y así conducirlos a su liberación. Eso solo podrá lograrse organizándonos y luchando juntos por un cambio de raíz de las actuales condiciones económicas y sociales, la realidad así lo exige.
Las actividades deportivas estimulan, fortalecen y corrigen los tejidos óseo y muscular; ayudan a evitar el sobrepeso y la obesidad.
Vivimos una época en la que el reconocimiento de las masas erróneamente supera al mérito real.
La mascota simboliza la unidad, fortaleza y alegría; refleja el patrimonio cultural y dinamismo del país.
La mercantilización del deporte y su control por el gran capital mundial han permitido que la práctica atlética en general y los grandes eventos internacionales sean utilizados para mejorar la imagen de regímenes políticos impresentables o de empresas igualmente polémicas.
Desde la aparición de los primeros homínidos sobre la Tierra se tienen indicios del trabajo colectivo, tanto en el cuidado de los infantes, la recolección de alimentos y la cacería de animales, como en la defensa física de la comunidad frente a los depredadores.
Becerra se impuso en la final por un ajustado marcador de 147-146 a la salvadoreña Sofía Paiz.
“El primer lugar para personas convencionales es de 50 mil dólares, mientras que nosotros recibimos 60 mil pesos”: Marco Caballero, paratleta.
El deporte organizado, tal como lo conocemos hoy, se distanció radicalmente de las actividades físicas vinculadas a la supervivencia en las sociedades primitivas; su origen como competencia estructurada surgió en las antiguas sociedades esclavistas.
Este viernes 22 de agosto México sumó las ultimas 14 medallas en seis deportes diferentes, de las cuales dos oros, cinco platas y siete bronces.
Hasta el momento los deportistas mexicanos han obtenido 76 medallas en total, de las cuales 18 son de oro, 29 de plata e igual número de bronce; México se ubica en cuarto lugar del medallero.
La gimnasta yucateca logró superar a la estadounidense Natalie de la Rosa y a la brasileña Sarah Ferreira.
El deporte organizado es un producto social que evolucionó desde que surgió como una necesidad física e intelectual del colectivo humano.
La deportista mexicana superó a Anita Stenberg, actual campeona europea y número uno del mundo en resistencia femenil.
La medalla de oro se debió a la destacada participación de Osmar Olvera en el trampolín de 3 metros.
Apenas 4 millones 200 mil trabajadores junto a sus familias realizan algún deporte, una cifra muy baja comparado con los 21 millones registrados en el IMSS.
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Escrito por Redacción