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Fentanilo: más que un vicio, una enfermedad, advierte especialista en neurociencias
Inicialmente produce euforia, pero también causa náuseas, confusión, estreñimiento, sedación y problemas respiratorios.


El fentanilo, un opioide sintético con una potencia analgésica cien veces mayor que la morfina, fue originalmente desarrollado en el ámbito médico para tratar dolores extremos en pacientes con enfermedades terminales, como el cáncer, sin embargo, su uso y abuso ha desencadenado graves consecuencias para la salud, informó Óscar Próspero García, doctor en neurociencias y exprofesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

A través de un comunicado de la máxima casa de estudios, el especialista explicó que, comparado con otras drogas, el fentanilo activa de manera más intensa el circuito de recompensa en el cerebro, lo que provoca una sensación de placer profunda. Además, señaló que esta droga estimula significativamente el sistema mesolímbico, que regula la motivación y el placer. 

Este opioide sintético, inicialmente utilizado como recurso esencial para el manejo del dolor severo, genera efectos nocivos cuando se consume de manera repetida. El doctor Próspero García comentó que, con el tiempo, el cerebro se habitúa a la sustancia, desarrollando tolerancia y requiriendo dosis mayores. 

Agregó que el consumo prolongado de fentanilo afecta áreas del cerebro relacionadas con el estrés y las emociones, como la amígdala extendida y el hipotálamo. Estos cambios pueden generar ansiedad, inestabilidad e irritabilidad, síntomas comunes de la dependencia. En consecuencia, cuando el consumo se interrumpe abruptamente, la persona afectada padece un síndrome de abstinencia. 

Además, dijo que el uso constante de fentanilo compromete la corteza prefrontal, la cual es responsable de los procesos cognitivos y la toma de decisiones. 

Destacó que el fentanilo, aunque inicialmente produce euforia, también causa efectos secundarios como náuseas, confusión, estreñimiento, sedación y problemas respiratorios. En casos extremos, la falta de oxígeno en el cerebro (hipoxia) puede llevar a la muerte; por lo que concluyó que el abuso de fentanilo no debe considerarse un vicio, sino una enfermedad que las personas afectadas no pueden controlar.



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