Cargando, por favor espere...

El tiempo, el hombre y sus calendarios (I de IV)
El concepto tiempo asocia a los tres componentes estructurales del universo: materia, movimiento y espacio.
Cargando...

Todos los entes físicos –plantas, animales, inorgánicos– perciben el tiempo pero ninguno más y mejor que el hombre, quien gracias a esta mayor capacidad sensitiva evolucionó mucho más rápido. El concepto tiempo asocia a los tres componentes estructurales del universo: materia, movimiento y espacio. Una vez expulsado de su edén arbóreo –manzano, plátano o guayabo– el Homo sapiens advirtió que su ámbito espacial no era solo tridimensional (largo, ancho y alto) sino que en dicho cajón de herramientas y desastres había además una cuarta dimensión de la que provienen los cambios en el Sol, la Luna, las estrellas, el viento, la lluvia, etc. También descubrió que no hay un solo tiempo y que cada objeto tiene su propio tiempo –es decir, su modo y ritmo de movilidad– aunque éste no es ajeno ni independiente. Gracias a esta aguda percepción, el hombre sabe que el tiempo es multidimensional, que está dividido en tres grandes instancias –pasado, presente y futuro– y que entre éstas hay otras 14 subcategorías que quizás solo existen para él. Los gramáticos llaman a una de estas fórmulas “pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo”, cuya expresión cotidiana es “hubiera o hubiese” y tiene la función pragmática de ubicarlo entre el pasado y el futuro a fin de que en tal discurso vea sus yerros y los enmiende. Sin esta percepción, eminentemente mental o verbal –razón por la que su existencia suele ser negada– el hombre jamás habría creado hipótesis, teorías y dioses, ni dejado atrás el nivel biológico-cerebral que aún tienen sus parientes chimpancés, gorilas y orangutanes.

Hace 17 mil años, los habitantes primitivos de una cueva de Lascaux, en el sur de Francia, describieron en sus pinturas rupestres con escrupulosa distinción las cuatro estaciones del ciclo anual. Entre los años 3800 y 4000 a. C. en Uruk, ciudad sumeria de Mesopotamia, apareció diseccionada en días, meses y años de 360 días, una cuenta de tiempo basada en la observación de los movimientos del Sol y la Luna. Este mismo sistema de medición se halla, con variables mínimas, en la mayoría de las grandes civilizaciones de Europa, Asia, África, Oceanía y América, debido a la ascendencia común del Homo sapiens; a la lectura de los cambios astronómicos y estacionales  –primavera, verano, otoño e invierno– y a los ciclos agrícolas. El astrónomo, geógrafo y matemático griego Hiparco de Nicea (Turquía, 190-120 a.C.) dividió la hora en 60 minutos, el día en 24 horas y el año en 365 días. Poco después, Claudio Ptolomeo de Alejandría (Egipto, 150-100 d. C.), fraccionó en 60 segundos el minuto, creó la teoría geocéntrica del universo y con base en ella calculó en 360 grados los componentes espaciales de la circunferencia de la Tierra. En esta gráfica, cada grado –el espacio entre dos líneas abiertas o radiales– corresponde a un día del año de 360 días y el trazo de las líneas horizontales, trasversales, paralelas y angulares sirve para elaborar los mapamundis. Con Ptolomeo, autor del Almagesto, el libro de astronomía de mayor influencia científica e ideológica entre los siglos III y XVII, surgieron los calendarios modernos, los caprichos políticos autocráticos y los horóscopos individualizados.

 


Escrito por Ángel Trejo Raygadas

Periodista cultural


Notas relacionadas

“Estamos ante la presencia del gobierno que intenta ver como accidentes, lo que más bien han sido tragedias provocadas por la ausencia de mantenimiento”, denunció Andrés Atayde, presidente del PAN.

Una consecuencia sorprendente del resultado BanachTarski, es demostrar que se puede particionar una bola del tamaño de la tierra, reordenar esta partición y obtener una bola del tamaño del sol.

AMLO olvida que el desarrollo económico de un país está directamente relacionado con las inversiones en la investigación y la producción de ciencia y tecnología.

El mundo cambia, la gran honda cósmica se mueve con base en leyes, no en plegarias.

El telescopio espacial Hubble descubrió la estrella más lejana hasta la fecha, una gigante supercaliente y superbrillante formada hace casi 13 mil millones de años.

El papel de la ciencia en el desarrollo social se piensa en sus aportaciones a la tecnología para elevar la productividad, generar riqueza, crecimiento económico y progreso.

Los problemas de la humanidad se agudizarán; en primer lugar, por la falta de alimentos ya que, con suelos destruidos o empobrecidos.

Con todos los avances y beneficios que la IA ha aportado a la ciencia, también surgen desafíos y preocupaciones; ahora hay preguntas sobre el papel del científico en este nuevo panorama.

¿Es posible encontrar la cuadratura de una figura geométrica? la respuesta en este texto. La cuadratura de una figura geométrica consiste en encontrar exactamente su área en un cuadrado.

Este sistema de producción agrícola forma un hábitat para la biodiversidad acuática de la zona y brinda un paraje paisajístico para residentes y turistas.

Leonard Euler aún de avanzada edad y ciego, continuó su producción a un ritmo acelerado; en 1770 publica otra de sus obras más sobresalientes Introducción al álgebra, pedagógicamente impecable.

Alan Turing no fue un estudiante brillante, pero si talentoso, perseverante en los problemas que quería resolver. Se hizo famoso cuando inventó una máquina capaz de descifrar los códigos secretos de comunicación usados en la SGM.

Marx no fue un economista cualquiera, fue un verdadero científico dispuesto a sumergirse en los complejos andamiajes de las moléculas, las ecuaciones, el metabolismo de materia y energía para validar o rectificar sus teorías sobre economía.

El THC (presente en la marihuana y actúa sobre el sistema nervioso central) estimula la sobreproducción de dopamina, una hormona responsable del placer que se produce naturalmente ante acciones como comer o tener sexo.

A bordo del cohete Centaur, de la empresa United Launch Alliance (ULA), viajan cinco robots diseñados por la UNAM, mismos que podrán desplazarse de manera autónoma por el suelo de la luna.