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Desde su arribo a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador prometió que los servicios de salud serían totalmente gratuitos para el pueblo mexicano. Ningún servicio proporcionado por el Estado es gratuito, ni lo ha sido nunca. Los fondos que administra el gobierno a través de las secretarías correspondientes provienen de las aportaciones de los ciudadanos. El Presupuesto de Egresos de la Federación está formado en gran parte por la recaudación fiscal, los impuestos sobre la renta y los provenientes de la inversión pública, así como de la venta de los recursos petrolíferos. El Estado administra los recursos de la nación; en consecuencia, prometer servicio médico gratuito a la población o a algún sector de la misma es solo demagogia, con la que se pretende ocultar que los servicios de salud, educación, etc. se pagan con dinero del mismo pueblo; si el gobierno morenista llegara a cumplir su promesa de no cobrar directamente a los usuarios del Sistema Nacional de Salud Pública, significaría que logró implementar una mejor administración de los recursos y nada más.
Para simular el cumplimiento de su promesa de brindar atención médica totalmente gratuita a decenas de millones de mexicanos que no se encuentren afiliados a ninguna institución de salud, el gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) recurrió a la vieja costumbre (ya convertida en vicio) de cambiar de nombre a una institución ya existente, en este caso al Seguro Popular, creado en un sexenio anterior con el mismo objetivo y cuya desaparición fue decretada, dando paso al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que “inició” operaciones este año.
Crear el Insabi en vez de mejorar, perfeccionar o ampliar el Seguro Popular, el IMSS, el ISSSTE, los Centros de Salud y Hospitales Generales, dotándolos de mayores recursos, personal, y abasteciéndolos con medicamentos y equipo, ha resultado negativo; y la promesa, en consecuencia, ha exhibido su falsedad. Recién fundado el Insabi, sus fallas se han evidenciado; con la desaparición del Seguro Popular, los afiliados al mismo quedaron sin atención médica; 50 mil trabajadores, incluido personal de enfermería y médicos, fueron despedidos de la noche a la mañana; aún no funciona plenamente el nuevo Instituto y los derechohabientes ya no cuentan siquiera con el servicio que les brindaba el desaparecido Seguro Popular.
La problemática en el Sector Salud no solo persiste, sino que se agrava y complica; con las nuevas medidas surgen nuevos problemas y el descontento se extiende por todo el país. El desabasto de medicamentos y equipo se agrava, las quejas y protestas públicas aumentan de intensidad mientras las críticas, tildadas por el Presidente de campañas propias de los conservadores, se multiplican.
Al arrancar el sexenio, el Presidente declaró que había terminado el neoliberalismo. El Sistema Nacional de Salud, cuyo desmantelamiento comenzó hace varias décadas, con una política neoliberal consistente en la reducción de recursos para contratar médicos, equipar hospitales y abastecerlos de medicamentos y material, hoy recibe un nuevo golpe; porque esta política solo favorece a los hospitales y consultorios privados y a las grandes empresas farmacéuticas, mientras deja indefensos ante las enfermedades a la inmensa mayoría de los mexicanos. Con estas medidas, el gobierno de la 4T se muestra francamente como un continuador del modelo que había declarado inexistente.
Esta lentitud se debe a la falta de responsabilidad y sentido de organización de las autoridades sanitarias y políticas del Gobierno Federal.
México corre hoy el riesgo no solo de iniciar un sexenio perdido, sino de retroceder varios lustros.
El principal problema es que nadie les dijo o informó que si querían ser parte de esa nueva corporación.
Neoliberalismo es una política y una práctica económica centrada exclusivamente en la creación de riqueza y acumulación de ganancias, sin taxativas ni consideración alguna por la vida de los seres humanos.
Julio César López Patolzin, era un elemento activo del Ejército Mexicano perteneciente al Órgano de Búsqueda de Información (OBI) la noche del 26 de septiembre de 2014.
“La Cámara de Diputados no hizo una sola mención en el presupuesto sobre este proceso de participación ciudadana".
Los peores usos y costumbres de gobiernos anteriores continúan vigentes. Ni los vicios más deleznables se han perdido. La designación de candidatos a la Presidencia, del seguro sucesor del primer mandatario.
El Coneval reconoció que uno de los retos más urgentes para el sistema de salud en México, es atender las secuelas del Covid-19.
El gobierno obradorista se ha mostrado incapaz de orquestar un plan adecuado contra la contingencia.
Para empezar, un fideicomiso no es un ente administrativo donde puede haber directivos corruptos o aviadores.
“Es una soberana tontería descalificar la prueba Pisa con el argumento de que es neoliberal. El nivel educativo de un país es resultado de políticas públicas que ofrezcan igualdad de oportunidades, algo en lo que ha fracasado escandalosamente este gobierno”, señaló Jesús Zambrano.
Es tiempo ya de que los engañados votantes reconozcan y enmienden su error, rechazando la tiranía, aunque ésta mude sus colores para engañarlos.
Adán Augusto López Hernández, reconoció que, en Macuspana, municipio natal del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En sexenios pasados, la Sierra Negra ha carecido de apoyos para sus cosechas, empleo digno e inversión en obra pública.
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Escrito por Redacción