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Desde que se cumplió la sentencia en torno a que el capitalismo anidaría en todas partes, el mundo está en crisis recurrentes y éstas siempre son más implacables y profundas. La concentración de la riqueza en manos del capital financiero es una terrible realidad: el uno por ciento de la población acapara la riqueza mundial, mientras que la desigualdad impera en cualquier parte del planeta. Unas cuantas firmas dominan el comercio global. Cuando las normas y leyes no bastan para hacerse del mercado, éste se logra a punta de fusil. Es práctica común, en nuestros días, la invasión descarada a países poseedores de valiosos recursos naturales y la imposición de gobernantes proclives a la libertad de comercio, en cuyo nombre se ha legalizado la acumulación del ingreso en unas cuantas manos y la pobreza de millones de personas en el orbe.
En nombre del derecho a la ganancia, se sobrexplota a los seres humanos y los recursos naturales. Los resultados saltan a la vista: un planeta al borde del colapso y un ser humano degradado. Pero hay quienes todavía vitorean los logros del mundo capitalista, aun cuando, desde 2019, la recesión global era evidente. El comercio internacional descendió y la economía tuvo un crecimiento raquítico del 2.6 por ciento. Con excepción de China, que creció en más del seis por ciento, las economías tuvieron magros resultados: Estados Unidos (EE. UU.) 2.5 por ciento y la Unión Europea 1.4 por ciento. El Índice de Pobreza Multidimensional 2019 (IPM), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sostiene que mil 300 millones de personas eran pobres en múltiples dimensiones y 821 millones de personas pasaban hambre. andábamos en eso cuando surgió el Covid-19.
Las consecuencias han sido inmediatas. El confinamiento y el cierre de fronteras rompieron la cadena de suministros, se interrumpieron las actividades productivas y el comercio internacional descendió el 25 por ciento. El Covid-19 no ha dado tregua; al 30 de octubre, había más 45 millones de personas contagiadas y más de 1.1 millones fallecidas. Los países que han controlado la pandemia y reabierto su economía se han recuperado más pronto; es el caso de China y Rusia, cuyas economías son alternativas y sus Estados son punteros en política humanitaria, como lo evidencia la obtención de la vacuna contra el Covid-19 y su oferta a los pueblos más vulnerables.
Los gobiernos capitalistas exhibieron el poco interés que tienen por la vida humana. En todos ellos se eligió la inmunidad de rebaño como política sanitaria, con lo que dieron “carta abierta” a los contagios y a la muerte, en lugar de invertir en sus sistemas de salud. Por ello, la enfermedad ha dejado terribles estragos en la clase trabajadora y en los médicos, y se privilegió la atención a la clase política y pudiente. La burguesía no está dispuesta a ceder ni un centavo de capital, ni en una crisis en la que está en riesgo la sobrevivencia de la humanidad. Los países europeos que anunciaron el control de la pandemia y abrieron sus economías, hoy tienen nuevos rebrotes, imponen toques de queda o vuelven al confinamiento, como Francia. La pobreza aumentará en 150 millones de personas en 2021 y el hambre alcanzará a 890 millones. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha previsto que habrá 195 millones más de desempleados. Esta crisis económica y sanitaria rebasa con mucho el desastre provocado por la “gran depresión” de hace 90 años. ¿Quién diría que el Covid-19 sería el catalizador de los males exacerbados por el capitalismo? ¿Quién diría que en el mundo se han formado dos bloques nuevamente, el de los países explotadores y el de los países humanitarios?
Si en algún momento se insistía en que el capitalismo era la forma más elevada y deseable de los sistemas económicos, el que proporcionaría bienestar, libertad y felicidad a los pueblos de la tierra, hoy vemos que solo ha traído desigualdad, devastación y muerte. Ha llegado el momento de que la clase trabajadora levante nuevamente sus banderas en una lucha definitiva. Antes de que la peste y la avaricia de los explotadores los obliguen a pagar, con su trabajo, la crisis mundial que viene.
Ha llegado la hora de que la clase obrera de todos los países escuche los ecos cercanos del gigante de Tréveris: “¡Trabajadores del mundo, uníos!”. Y tiene que ser hoy, porque ya no hay un mañana.
Los agropecuarios y los energéticos son los bienes cuyos precios se mantienen en turbulencia, especialmente por los factores externos.
La intensificación de las diversas formas de violencia en el neoliberalismo también representa un campo fértil para la acumulación.
A nivel mundial alrededor de 600 millones de personas son hispanohablantes.
México se perfila a tener un menor crecimiento en sus exportaciones para 2024.
Es necesario exigir a los gobiernos medidas que eviten que los costos de la crisis caigan sobre la población más vulnerable y que fijen impuestos extraordinarios a los más ricos.
Hasta noviembre y diciembre de 2023, 1.6 millones de personas no contaban con un empleo, con lo que la tasa de desocupación (TD) fue de 2.6% de la PEA, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En la Zona Industrial (ZI) de San Luis Potosí se asientan 520 empresas de manufacturas, principalmente automotrices, que contratan a más de 120 mil trabajadores.
Las protestas como las del Ángel de la Independencia hacia el Zócalo, afectan de 8 a 10 mil comercios, con pérdidas que superan los 100 mdp.
La presencia de mexicanos multimillonarios en 2019 en la lista de Forbes creció al pasar de 16 a 17 personajes. Con la entrada de Fernando Chico Pardo al listado global, debutando en el lugar 13 con 1,500 millones de dólares.
Se recortaron las expectativas de los mexicanos en la posibilidad de realizar compras para el hogar, electrónicos y electrodomésticos.
Vietnam, Taiwán, Japón, Corea del Sur e Indonesia reportan contracciones en su actividad industrial ante aranceles e incertidumbre global.
En respuesta, Salinas Pliego declaró que siempre ha "pagado muchos impuestos".
Consultados por buzos, varios investigadores especializados en economía advierten que los artífices de la Cuarta Transformación de México diseñaron un plan económico para 2019 demasiado optimista.
Sin pretender caer en el reduccionismo climatológico para explicar la historia humana, que es producto de la multicausalidad.
La presidenta de México ofreció desplegar 10 mil soldados en frontera con EE.UU. para frenar tráfico de drogas, armas y migración.
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Comerciantes marchan contra “abastos populares” de políticos
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA