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Recientemente, Editorial Esténtor agregó a su catálogo De revolucionarios a pistoleros, un libro cuyo valor central radica en la objetividad con que Ehécatl Lázaro Méndez aborda el proceso de ascenso, desarrollo y caída de una de las organizaciones campesinas del siglo pasado en México: la Unión Campesina Independiente (UCI). El autor narró esta historia con base en múltiples investigaciones de archivo y hemeroteca, una amplia bibliografía especializada en historia, economía y sociología dedicada al campo mexicano, así como entrevistas a actores políticos y testigos. Entre sus fuentes principales estuvieron los informes gubernamentales de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales.
De revolucionarios a pistoleros resulta de particular interés en este momento porque los historiadores mexicanos han omitido el estudio de los problemas rurales del país en los últimos años y la realidad del campo es un mundo por conocer, pese a la relevancia vital del trabajo de los campesinos. Por ello, el libro de Lázaro Méndez es una historia regional pero también nacional.
Y lo es porque la historia de la UCI es simultáneamente la crónica de uno de los cacicazgos en México, del comunismo en su incursión en las organizaciones campesinas, de la toma de tierras por los campesinos y de la evolución e interconexión de estos elementos en un nivel local: la Sierra Central de Veracruz y la Sierra Norte de Puebla. Lázaro Méndez rescata cómo fue que una organización derivada del Partido Comunista Mexicano (PCM) tuvo su centro de acción en esa región, y explica cuáles fueron las circunstancias históricas que convirtieron, en menos de una década, a un grupo con principios “revolucionarios” (la UCI) en un grupo criminal al servicio de un cacicazgo local.
El último capítulo del libro, dedicado al fracaso de la UCI, es la parte más rica, porque el autor esclarece uno de los temas más manoseados en la historia política reciente: el origen del calificativo “brazo armado del PRI” que solía aplicarse a Antorcha, una organización de origen campesino. La investigación de Lázaro Méndez demuestra cómo, en sus coletazos de muerte, los últimos miembros de la UCI fueron quienes impúdicamente, sin pruebas, comenzaron a utilizar ese marbete como parte de una “guerra sucia” destinada a desprestigiar a una organización social que nadie –ni prensa ni historiadores– puede cuestionar con base en hechos. En fin, la historia que narra Ehécatl, como él mismo escribe en su Prólogo, es una historia inacabada, que continúa hasta hoy. En una palabra, una historia viva.
El estilo del autor es comprensible tanto para el lector académico como para el público en general. Además de colocar a un sector social tan relegado como el objetivo puntual de una investigación académica –científica, histórica, literaria y cultural– el libro está escrito para que los campesinos mexicanos conozcan una pequeña porción de su propia historia. En mi opinión, en este esfuerzo y en el ejemplo que ofrece a las nuevas generaciones de historiadores radica, insisto, la mayor virtud de esta obra de Lázaro Méndez.
La organización social, ya abarca tres millones de mexicanos en sus filas, abarrotará el Estadio potosino.
Hoy día, Azucena Cordero cursa el séptimo semestre de la carrera de ingeniería en Gestión Empresarial. Su disciplina, tenacidad y voluntad la llevaron a colocar muy en alto el nombre del Instituto Tecnológico de Tecomatlán.
A través de gestiones y recursos propios, los cuatro ayuntamientos han realizado diversas obras, algunas de gran importancia, como hospitales.
Es muy importante en estos momentos insistir en hacer claridad sobre la verdadera naturaleza del modo de producción capitalista en su fase imperialista, porque ya nada tiene que ofrecer a los trabajadores sino lágrimas y sangre.
Los antorchistas trabajamos muy en serio para que el arte regrese al seno del pueblo trabajador, para que, como la inolvidable fiesta popular en Santa Clara del Cobre, la música popular, delicada, poética y educativa por conmovedora, sea conocida e interpretada por el pueblo.
“Si no hay la oposición de grupos políticos desde el gobierno del Estado, el IEE nos dará el registro y seremos partido político”, aseveró Montaño Brito.
“Nos vamos a unir en torno de un proyecto de país que rebase a la cuarta transformación, por la izquierda, no por la derecha".
Quienes atestiguamos el antes y el ahora de Chimalhuacán damos fe de los sorprendentes cambios que este municipio ha tenido en solo 20 años.
No se conoce en el mundo ningún país que haya acabado con la corrupción sin, al mismo tiempo, haber procurado una mejora sustancial en la condición económica de su población, así como en su capacidad de organizarse y combatir el flagelo colectivamente.
Han realizado las 18 asambleas distritales que solicita el instituto, superando incluso la cantidad de personas en cada reunión.
Pero la exitosa lucha política que en los años 70 vertió en la conversión de la ENA en UACh está asociada indisolublemente al Movimiento Antorchista
El Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, porque es, sin duda alguna, un documento de una actualidad inimaginable.
¿Para qué tienen su vida los jóvenes? ¿A quién le van a entregar su esfuerzo? Cuestionó el Maestro Aquiles, para luego invitar a los jóvenes a ser como Tlacaélel, "que entiendan que dar la vida por los demás es mejor que quitarle la vida a los demás para uno vivir rico".
Armado con estas leyes arbitrarias, ha desatado una cacería de brujas en contra de quienes considera enemigos de la 4ªT, acusándolos de corrupción.
Estas amenazas directas por parte del gobierno federal se dan en un contexto donde el Antorchismo nacional ha denunciado las políticas fallidas y erráticas.
Escrito por Victoria Herrera
Maestra en Historia por la UNAM y la Universidad Autónoma de Barcelona, en España.