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Desde las pantallas de Canal 11, 22 y 14, las estaciones del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) y plataformas digitales, sus conductores y la línea editorial a la que representan, se dedican a la adulación, a defender las decisiones morenistas y a evadir la finalidad auténtica de los medios públicos: difundir la cultura, forjar identidad nacional y brindar contenidos distintos a los que ofrecen los medios comerciales.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), los medios públicos fueron usados para difundir la propaganda gubernamental, atacar a los adversarios en desacuerdo con la “Cuarta Transformación” (4T) y maquillar la realidad ante la población; desde luego, todo eso ocurrió utilizando recursos públicos.
El periodista Alejandro Envila Fischer comentó a buzos que, con la reforma en materia electoral de 1996, hubo también una mayor apertura de los medios públicos a las voces que habían sido silenciadas, además de pluralidad y autonomía. Esto se mantuvo hasta 2018, cuando AMLO asumió el poder, iniciando un proceso de regresión a los años anteriores a 1996, cuando los gobiernos federales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) construían un discurso para legitimarse y justificar sus acciones.
En su conferencia de prensa matutina del 23 de enero de 2019, cuando iniciaba su sexenio, el entonces Presidente presentó un programa federal de comunicación social que buscaba integrar a todos los medios de comunicación dependientes del Estado en un Sistema Público de Radio y Televisión. “Se va a crear este sistema, se coordinarán todos los medios para que haya una orientación editorial que tenga como propósito informar con objetividad, profesionalismo, independencia, aun siendo estaciones de radio, canales de televisión, del Estado. No va a haber injerencia en la información que se transmita. Estos medios tendrán absoluta autonomía”, sostuvo en aquella ocasión. Los años demostraron lo contrario: una política de comunicación enfocada en la propaganda y cooptación de los medios públicos a intereses del morenismo.
Por ejemplo, los medios públicos integrados en el SPR, según su portal suman 51 estaciones de radio en 31 estados y con una cobertura del 75 por ciento en el territorio nacional, que bajo la dirección de Jenaro Villamil han transmitido más información cargada de ideología que mensajes plurales e informativos. Y aún hoy, en el “Segundo Piso de la 4T” con Claudia Sheinbaum Pardo, la situación continuará; pues el otrora reportero de la revista Proceso fue ratificado en el cargo.
Envila Fisher reveló que, “definitivamente, en la presente administración, los medios públicos siguen un proceso de triste retroceso iniciado en 2018; esto es parte de la herencia del expresidente AMLO; y es una parte muy importante porque, finalmente, el proyecto de AMLO ha sido refundar México, refundar sus instituciones y alinearlas todas a un pensamiento único, a una agenda única”, reiteró en entrevista.
El también periodista y abogado, director editorial del medio Eje Central y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostuvo que se ha olvidado el concepto de medios del Estado y se utiliza abiertamente al sistema de radiodifusión y televisión pública para hacer propaganda. Entre otros aspectos, se purgan los programas que no fueran promotores o propagandistas de las acciones gubernamentales. ¿Por qué ocurre esto?, se cuestionó: “en mi opinión, porque AMLO trata de reinstaurar la cultura política, en la que él creció, donde se formó de joven: era la cultura del priismo presidencialista, de la presidencia imperial y del control absoluto y centralizado desde el Poder Ejecutivo, de todos los aspectos de la vida pública que se pudiera”.
A pesar de sus raíces izquierdistas, el núcleo de Morena “resultó mucho más priista que los priistas de los años 2000 para acá”, añadió. Asimismo, advirtió que tratan de restablecer el México que existió hace casi 50 años mediante propaganda en lugar de información, control de los precios sobre la economía centralizada, manipulación de variables comerciales y financieras con criterios políticos y asistencialismo (regalar dinero en lugar de generar oportunidades laborales para crear clientes, en lugar de combatir la pobreza). Y en este contexto, el sistema de medios públicos se revela como una herramienta valiosa, relativamente, para legitimar estas acciones y la visión del nuevo México que pretenden impulsar.
Un ejemplo claro de ello radica en el despliegue de la maquinaria gubernamental aprovechada por AMLO el 27 noviembre de 2022, cuando convocó a una “contramarcha” para “demostrar” que las mayorías lo seguían a él y no a sus “opositores”. Tal movilización, a su vez, se planteó contra una marcha a favor del Instituto Nacional Electoral (INE) y de la democracia, realizada el 13 de noviembre de ese año. Con ese propósito fue utilizado el SPR, incluido el Canal 22, 14, Capital 21 –la televisión pública de la Ciudad de México (CDMX)− y Canal 11, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), Radio Educación, Radio Altavoz y otros medios de 12 estados, espacios donde convocaron y difundieron la movilización encabezada por AMLO.
Ese hecho inédito fue el primero, desde que surgieron los medios públicos en México, cuyo jefe de Estado usó de forma insolente estos medios de información “para cubrir aduladoramente tal magna concentración lopezobradorista”, se lee en el artículo Medios de comunicación públicos, del profesor e investigador Javier Esteinou Madrid.
Explica el también periodista: “de esta forma, todos los bienes informativos, materiales y financieros de la comunicación de Estado se pusieron al servicio del Presidente y de su proyecto, a quien la previa marcha ciudadana del 13-N había irritado significativamente… la prodigalidad de recursos públicos en beneficio de una causa partidaria y la ostentación con la que se desplegó esa operación oficial no se había visto en la historia política mexicana. Pareció que regresamos a los viejos momentos de pleitesía oficial del PRI, cuando toda la infraestructura comunicativa del Estado se utilizaba para ensalzar a presidentes, ministros y candidatos en tiempos que se suponían ya superados”.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, se redujo el rubro asignado para los canales de difusión pública. Canal 22, dirigido por el economista Alonso Milán Zepeda, disminuyó 29 por ciento respecto a lo presupuestado en 2024, al pasar de 203.7 millones de pesos (mdp) a 143.8 mdp. Radio Educación, coordinada por la locutora Fernanda Tapia, descendió de 86.5 mdp en 2024 a 80.1 mdp este 2025. El IMER, supervisado por el morenista Fernando Chamizo, bajó 186.8 mdp, ya que el año pasado operó con un presupuesto de 191.4 mdp. Aunque su presupuesto fue disminuido, Canal 11 ha sido el medio más favorecido por las administraciones de la 4T, ya que pasó de 469.9 mdp en 2016, a 634.1 mdp en 2023; en 2025 tendrá a su disposición 616 mdp. El presupuesto del SPR, con Jenaro Villamil al frente, descendió 43 por ciento este año, porque pasó de 766.5 mdp en 2024, a 435.8 mdp.
Tras haber sido utilizados como instrumentos de propaganda oficialista y de perder su capacidad de servir como espacios plurales y críticos durante el sexenio del expresidente AMLO, los datos reflejan un evidente desinterés de la actual presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, cuando éstos debieran ser cruciales para la democratización de la información y luchar contra las llamadas fake news, destaca el presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi), Jorge Bravo.
Pero no solamente se redujo presupuesto a los medios públicos; la austeridad se refleja también en el Fondo de Cultura Económica (FCE), pues tuvo una baja importante, ya que se le asignaron únicamente 136.8 mdp respecto a los 410.8 mdp recibidos en 2024, lo que evidencia un completo desinterés por fortalecer la identidad cultural de México. Mientras la Cineteca Nacional tendrá sólo 46.9 mdp este 2025, cifra ínfima si se compara con los 216 mdp que le fueron asignados en 2024.
En este marco, el académico de la UNAM y analista de medios y telecomunicaciones, Jorge Bravo, en su reflexión Medios públicos en el raquítico presupuesto 2025, examina la asignación de recursos: “… ¿para qué quieren más presupuesto los medios públicos si hacer propaganda no cuesta y no es original? Lo que realmente requiere recursos es la creatividad, la originalidad, la investigación periodística y la innovación. Producir contenidos de calidad es caro; producir propaganda es barato. Reproducir la conferencia de prensa mañanera y los mensajes presidenciales es extremadamente barato. No cuesta dinero −pero sí prestigio y credibilidad− retransmitir acríticamente la visión del gobierno en turno”.
Medios cercanos al expresidente fueron favorecidos durante estos años. Destaca el periódico La Jornada, medio de “izquierda” que recibió jugosos convenios gubernamentales. “El gasto en 2023 fue de dos mil 559 mdp. Tuvo un subejercicio de 14.06 por ciento, es decir, se dejaron de gastar 418 de los dos mil 978 millones aprobados originalmente”, según un estudio de Artículo 19.
Así, en 2023, La Jornada recibió 242 mdp; Televisa, 232 mdp; la empresa Medios Masivos Mexicanos, que incluye a varios periódicos, 205 mdp y Televisión Azteca, 106 mdp.
Ya desde 2022, el gobierno de AMLO recortó hasta 75 por ciento del presupuesto destinado a publicidad oficial respecto a la primera mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto; pues en sus primeros tres años de gobierno sólo destinó ocho mil 648 mdp. Mientras que, con Peña Nieto, se destinaron 26 mil mdp, según el Sistema de Gastos de Comunicación Social, de la Secretaría de la Función Pública.
Antes de concluir el sexenio de AMLO, las organizaciones Artículo 19 y Fundar analizaron el gasto ejercido en publicidad oficial para diversos medios de comunicación y caracterizaron negativamente el balance, pues sólo en 2023, 424 medios recibieron publicidad oficial; y el 45 por ciento del presupuesto total se concentró en 10 medios; ahí estaba La Jornada, en primer lugar.
De tal forma que hubo medios sin recibir convenios publicitarios gubernamentales entre los que destacan Reforma, Excélsior y El Universal, razón por la que ahora están criticando al gobierno en turno.
“Han optado por una línea editorial más crítica, incluso de denuncia hacia la figura presidencial y hacia aquellos personajes del partido político en el poder”, puntualiza Marcelino Nieto, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en su ensayo Clientelismo político y medios de comunicación impresos en México: la reducción de presupuesto en publicidad gubernamental como catalizador en el cambio de línea editorial en los principales diarios del país.
Uno de los casos más controversiales en el sexenio morenista fue el cierre de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex) que, tras 55 años de servicio, fue declarada extinta por factores entre los que destacan el recorte presupuestal y el desinterés de AMLO, así como una mala administración. Desde un inicio se notó la intención de desaparecer Notimex con el nombramiento de Sanjuana Martínez, fiel seguidora de AMLO.
El propio expresidente desconocía la importancia de la agencia, consolidada internacionalmente como un referente de información fiable. “Ya no necesitamos una agencia de noticias en el Gobierno… no es algo que haga falta como gobierno; tenemos la mañanera, aunque no les guste”, declaró AMLO en una conferencia de prensa. Con ello, sepultó la huelga que trabajadores mantuvieron por más de tres años en demanda de que la agencia continuara.
Fue creada en 1968 como medio gubernamental, es decir, transmitía información de interés para los gobiernos en turno. Fue a partir de 2006 que se descentralizó y convirtió en un organismo autónomo, con patrimonio y gestión propios; se transformó en un medio que otorgaba voz a los tres Poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y a los diferentes sectores para vigilar que esto realmente se cumpliera; instituciones como el IFE y luego el INE, la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) y el Sindicato de Trabajadores de la Agencia informativa (SUTNOTIMEX) participaron en su Junta de Gobierno.
En 2019, con la llegada de AMLO al poder, Sanjuana Martínez fue colocada como nueva directora de la agencia, pero eso generó inconformidad entre los trabajadores debido a su desconocimiento sobre la operación y funcionamiento de la agencia. Con su llegada, Notimex se puso al servicio de intereses de diversos grupos gubernamentales; además, la veracidad y confiabilidad de la información decaían, y con ello la libertad de prensa y el derecho a la información, como lo narra a este semanario Adriana Urrea, periodista y reportera especializada en temas económicos, quien trabajó durante 17 años en dicha agencia.
“Cuando llegó AMLO hubo incluso temas que coartaban la libertad de expresión, sí se bloqueaba mucho la información del gobierno, se nos pedía escribir cosas que no eran, o que se les ocurría o pensaban que podían ser, pero sin rigor periodístico… una de las grandes características que tuvo Notimex en su historia hasta el cierre, fue justo la veracidad. Notimex llegó a ser la agencia de noticias más grande de América Latina, y era un referente internacional en medios de comunicación… la gente sabía que si salía en Notimex era información corroborada, verificada, porque nosotros teníamos ese acceso a las fuentes fidedignas, fuentes que otros medios difícilmente podían obtener.
“Eso ya no fue así con Sanjuana, ya no importaba que corroboraras información, si se publicaban datos falsos o equivocados; todo era con el objetivo de que se publicara lo que ellos querían, mas no lo que era real. Como reporteros, muchas veces nos negamos a hacer ese trabajo: y de ahí fue que vino el problema laboral, porque no queríamos trabajar, decían, y que nos negábamos a hacer lo que ordenaban en dirección; pero periodísticamente y por la experiencia que teníamos, contábamos con responsabilidad ética, periodística; entonces decíamos ‘es que esto no lo vamos a sacar, ¿cómo vamos a publicar eso?’”, explicó a buzos la ex secretaria general del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex, e impulsora de la nueva agencia de noticias Amexi, creada con motivo de la desaparición de Notimex en 2024 por órdenes de AMLO.
La extinción de la Agencia no solamente afectó a los medios públicos, sino también a los medios de comunicación privados, ya que se nutrían de la información de esa agencia, que había evolucionado, ya no pertenecía al gobierno, se había convertido en una agencia de Estado; si bien nunca alcanzó los niveles de medios como la BBC, ése era su modelo y su proyecto a seguir; tuvo el reconocimiento nacional e internacional. Muchos periódicos, noticiarios de radio y frecuencias radiofónicas regionales, locales y de otras ciudades complementaban o nutrían su cobertura gracias a la información de Notimex, donde hubo grandes trabajos y coberturas, particularmente durante los últimos 25 años. Su desaparición afectó al derecho a la información y libertad de expresión de los mexicanos, comentó respecto al tema el periodista Alejandro Envila Fisher.
La extinción de tan importante medio de información le vino bien a quienes manejan esos medios públicos y los han convertido en aparatos de propaganda en lugar de espacios informativos y culturales.
Para la periodista Adriana Urrea, en México deberían existir medios de comunicación públicos, “porque al final, los medios privados responderán a intereses privados. Un medio de comunicación público no sólo brinda al ciudadano acceso a la información, sino es, primero, un derecho constitucional, humano, que tenemos las personas de estar informadas. Y esto es muy importante, tener información pública corroborada, veraz, confiable, porque con eso tomamos decisiones, las cuales pueden afectar día a día nuestra vida, nuestra familia, nuestro trabajo. Por todo eso, sobre todo en esta necesidad de crear sociedades democráticas, es necesario tener información de diferentes sectores”, puntualizó.
Sobre los contenidos de los medios públicos, para Envila Fisher, “sí ha disminuido la calidad tanto en materia informativa como en muchas otras porque los medios han sido utilizados como una herramienta para hacer propaganda; muchas veces de manera extremadamente burda, porque en ellos no cabe ya, al menos en este tiempo, la pluralidad, el disenso, el debate de las ideas; y eso siempre será antidemocrático e irá en detrimento de la calidad de las libertades y la vida política”.
En diciembre de 2024, la actual directora de Canal 14 del SPR del Estado Mexicano, Sandra Ortega Tamez, afirmó que “la gente está politizada”. Ante ello, Alejandro Envila, autor de los libros Cien nombres de la Transición Mexicana y Chimalhuacán, el imperio de La Loba,sostiene que decir que los mexicanos ya están politizados representa una distorsión de la realidad, no es lo mismo politizado que ideologizado.
Desde su perspectiva “podríamos considerar que es exactamente lo contrario. Una sociedad politizada tiene debates y diferencias de opinión, y discute intensamente; en cambio, una sociedad ideologizada prácticamente no tiene debates, tiene pocas diferencias de opinión, y no las tiene porque hay un solo pensamiento oficial válido. Si estar politizado es ser simpatizante incondicional del régimen morenista, eso no es estar politizado, es estar ideologizado y convertido a una forma de pensamiento.
“En política y en periodismo, las unanimidades siempre son sospechosas; es imposible que toda una sociedad piense igual de manera orgánica. Puede haber mayorías que piensen de una forma, pero siempre habrá quienes piensen diferente; y en las sociedades democráticas, en realidad, las mayorías no existen, hay varias minorías y los gobiernos se forman y se construyen con coaliciones, negociando entre grupos; pero no hay un pensamiento dominante, al menos nunca en el largo plazo; quizás haya momentos específicos cuando una idea es más popular que otra, una idea arraiga más que otra; pero si algo caracteriza a las sociedades democráticas es la pluralidad de pensamiento”, destacó.
Como lo evidencian la televisión, los programas de radio y los noticieros de los medios públicos, así como las plataformas digitales, la libertad de expresión está en entredicho, pues en pleno 2025 han sido cooptados y abunda la propaganda, manipulan a los ciudadanos.
Entre 1962 y el dos de agosto de 2023, en México desaparecieron 290 mil 824 personas, 110 mil 106 de estos casos ocurrieron en el sexenio de AMLO.
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Escrito por Citlali A. Ramírez M.
Periodista