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“El acto más revolucionario
siempre consiste en decir
la verdad en voz alta…”
Rosa Luxemburgo.
En nuestros días, los medios de comunicación masiva, que deberían ser un instrumento para informar y comunicar a la humanidad, son un instrumento para manipular la opinión pública mundial. Manipular es, según el Diccionario de la Lengua Española, “intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares”. Esta manipulación tiene como objetivo ganar poder, control, y privilegios para el abusador a expensas de la víctima. Los medios de comunicación manosean y filtran la información a fin de generar una determinada percepción y opinión sobre los problemas del mundo y las expectativas que podemos hacernos de él. De esta manera se controlan, en nuestros días, el juicio y la explicación públicos del mundo y se dan forma a los deseos y voluntades de las mayorías para procurar los beneficios de las élites económicas y políticas. La manipulación se hace mediante el uso de sofisticadas técnicas y, en ocasiones, burdas mentiras por parte de los gigantes de los medios de comunicación.
Si esto ocurría de por sí con los medios masivos de comunicación tradicionales, la revolución tecnológica –de la que se presumía que “democratizaría” la producción y el acceso a la información– no ha hecho sino modificar y afinar los mecanismos de control de lo que se cuenta y cómo se cuenta al público. De acuerdo con el Centro para la legislación y política de medios de comunicación, de la Universidad del Norte de California, en la actualidad y, particularmente en los nuevos medios de comunicación como las redes sociales, se “produce muy poca información de alta calidad; tenemos la tendencia a sentirnos atraídos por la información que confirma nuestros prejuicios sobre el mundo y a compartirla sin tener en cuenta su veracidad; y hay actores que intentan aprovechar esta observación para distorsionar el discurso público y socavar la toma de decisiones democráticas”.
Este control de la información mina directamente derechos por los que los pueblos han luchado y que les han costado sangre. Las revoluciones burguesas exigieron en su momento derechos políticos para los “ciudadanos” y a su triunfo, estas demandas quedaron plasmadas en las respectivas cartas magnas de las naciones. Por ejemplo, en la ley suprema de México fueron refrendadas como derechos humanos las libertades de palabra, de prensa y, más recientemente, el “derecho al libre acceso a información plural y oportuna”. No obstante, el ejercicio de estos derechos y libertades quedó condicionado por la capacidad económica de quien pretenda hacer uso de ellos. Es decir, han quedado como un privilegio más, de quienes poseen la riqueza; mientras que, para el resto, estos derechos y libertades son letra muerta.
La información en el mundo, así como la producción y distribución de noticias, es una mercancía que se hace a medida del mejor postor; así, podemos hablar de la industria de la comunicación masiva. Los medios de comunicación, a su vez, se han constituido en una industria particularmente poderosa no sólo por su capacidad para darle forma a la opinión pública, sino por significar un pingüe negocio para sus propietarios. Son, fundamentalmente, un negocio; es decir, en la producción y venta de la mercancía prima obtener la máxima ganancia antes que satisfacer la necesidad de informar con veracidad o con objetividad. La industria de los medios de comunicación masiva es un oligopolio. Grandes corporaciones, unas cuantas, controlan el contenido que se difunde en el mundo. No sólo eso, es un oligopolio hegemónico porque el control de la información, la comunicación en general, tiene el objetivo de mantener la supremacía del capital y del imperialismo estadounidense.
Es así que, mediante el relato que nos hacen no sólo a través de la información, sino por medio del cine, la música, los temas de análisis, etc., se va construyendo una lectura parcial de los problemas que duelen al mundo y sus causas, por un lado, así como el futuro deseable, por otro. Particularmente, esta industria, afirma Jack Lule, profesor de la Universidad de Lehigh, Estados Unidos (EE. UU.), y autor de Globalización y medios: la aldea global de Babel, “ha desempeñado un papel crucial en el fomento de una globalización desigual, creando y manteniendo condiciones indiscriminadas para el desarrollo del capitalismo global y, con demasiada frecuencia, promoviendo narrativas acríticas y no estudiadas de la economía de mercado mundial”, por eso “la industria de los medios se ha convertido en un asunto de preocupación global”.
El nivel de concentración del poder de mercado en esta industria es tal que entre seis y diez empresas controlan 75 por ciento de los medios de comunicación. Aún más, según estudios de especialistas en esta industria como Ben Bagdikian o Robert McChesney, una “santísima trinidad del sistema global de medios” constituye un monopolio para todos los efectos. Esta triada estaría integrada por las corporaciones: The Walt Disney Company, News Corp & 21st Century Fox, y The Warner Comunications.
La producción de noticias a escala mundial también es un sector altamente concentrado. Sue Brooks, directora de la agencia Reuters, dijo que la información difundida por cuatro agencias –a saber, la inglesa Reuters, la estadounidense The Associated Press (AP), la francesa Agence Frances-Presse (AFP) y la china Xinhua– alcanza a 75 por ciento de la población mundial.
A pesar de ser una industria espoleada por la rentabilidad de la inversión y caracterizada por un gran poder de mercado, Jack Lule, el académico antes citado, explica que la construcción del monopolio en la industria de los medios de comunicación no es un fenómeno que resulte de la mera aplicación de la ley económica de la competencia y, mucho menos, de las acertadas decisiones de los dueños o gerentes de esas corporaciones. La información y la narrativa que producen los medios de comunicación, aunque sean mercancías, no se pueden equiparar con un bolillo o un kilo de naranjas.
De lo que se informe del mundo y cómo se haga, se puede: a) definir las agendas de la política pública, impulsar determinados intereses, promover u opacar determinadas causas como la política contra la violencia, etc.; b) influir en la percepción que la sociedad tiene de los actores políticos y, así, en los resultados de las elecciones de gobiernos y otros órganos políticos; c) crear determinada reputación a las empresas y sus mercancías y así fomentar su consumo independientemente de su valor de uso real; d) dar forma a los gustos y deseos de los compradores. Todo ello, a fin de cuentas, ¿para qué? ¿qué es lo que defienden estos medios? El derecho de los dueños de la riqueza a seguir quedándose con la tajada del león; es decir, la perpetuación del arreglo social en el que los derechos y las libertades efectivas están en relación directa con la riqueza que posees. Es decir, cuanta más riqueza tienes, más derechos y libertades tienes.
Por eso, en el desarrollo del oligopolio de esta industria ha tenido una participación activa no sólo el poder económico, sino el poder político también. Éste ha actuado en favor de los tiburones de esta industria. A su vez, estas corporaciones han presionado a los gobiernos o cooptado a los funcionarios y legisladores para que las regulaciones de la industria a todo nivel las beneficien. De este modo, se refuerzan las barreras a la entrada de nuevos competidores mientras fortalecen su oligopolio. Un ejemplo de ello es la desregulación del sector audiovisual aprobada por la Comisión Federal de Comunicaciones de EE. UU. (FCC, por sus siglas en inglés) desde 1992 cuando, entre otras cosas, permitió la participación accionaria cruzada en la televisión por cable y la radio, dando lugar a las fusiones y adquisiciones que permitieron la enorme concentración de los medios audiovisuales de ese país. El resultado es que la población norteamericana, detrás de la apariencia de una gran diversidad para elegir, sólo tiene acceso a una sola fuente de comunicación.
En México la historia es prácticamente la misma. Los medios de comunicación pueden clasificarse por su tipo de contenido en medios audiovisuales y medios escritos. Los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) de 2023, mostraron que de los hogares que tienen televisión (95 por ciento del total), el 75 por ciento prefiere la televisión abierta como medio preferido para consumir contenidos audiovisuales. El mercado de la televisión abierta mexicana está altamente acaparado por unas cuantas compañías: Televisa tiene el 49 por ciento de las estaciones televisoras y TV Azteca el 36 por ciento, el resto lo componen emisoras de los gobiernos de los estados y medios independientes (Sánchez, 2023).
De acuerdo con YouGov BrandIndex, 51.6 por ciento de las personas que buscan informarse lo hace por televisión abierta. De acuerdo con el Media Research Center (2024), los noticieros más vistos están en el Canal de las Estrellas (cuatro millones de televidentes), Azteca Uno (2.5 millones), N+ Foro (1.3 millones), A más (1.1 millones), Imagen Televisión (1.1 millones), Multimedios (954 mil) y adn 40 (710 mil). Los canales de estos siete noticieros tienen únicamente cuatro grandes propietarios: Grupo Salinas es dueño de Azteca Uno, A + y adn 40; Grupo Televisa de Las Estrellas y N+Foro; el Grupo Empresarial Ángeles de Imagen Televisión; y Multimedios de Grupo Multimedios. Éstos grupos empresariales son también dueños de canales de televisión regionales, periódicos, revistas y programas de radio. Por ejemplo, el Grupo Empresarial Ángeles es dueño de Excélsior, Excélsior TV, Imagen Digital, Imagen Radio. El Grupo Multimedios, por su parte, es dueño de Milenio, Canal 8 y Multigráfica. Grupo Salinas y Televisa transmiten, además de los noticieros ya mencionados, telenovelas, programas de entretenimiento y deportes, y sus medios escritos son revistas del mundo de la farándula. El problema de que los medios de comunicación audiovisuales no estén diversificados es que hay más control y restricción de la información presentada a los televidentes.
El 34 por ciento de los mexicanos que se informa lo hace a través de los sitios web de los periódicos; los más leídos son El Universal, Reforma, El financiero, Milenio, El Economista, Excélsior y La Jornada. Los periódicos pertenecen a grupos empresariales más diversos, y aunque el mercado está menos concentrado, lo cierto es que los grandes periódicos cobran tarifas muy altas por presentar alguna nota de privados. Por ejemplo, publicar algo en un periódico impreso puede rondar los 250 mil pesos o más y online, hasta 270 mil. Entrar al mercado de la prensa escrita es difícil porque representa altos costos y publicar notas particulares en los periódicos y las páginas web también. Sin embargo, se han diversificado los medios gracias a las redes sociales y a las páginas web. De acuerdo con COMSCORE 2024, los sitios web de noticias más visitados son Infobae (16.1 millones de usuarios), El Universal (10.5), Cronista.com (8.8), Milenio (8.2), UnoTV (8.1), El financiero (7.9), Debate (7.3), La Silla Rota (7.3), Excélsior (6.9) y El Informador (6.4). Si se le agregan los sitios más visitados sumando las redes sociales, se suman El Heraldo de México, Radio Fórmula, NMAS y SDP noticias.
El gobierno tiene la capacidad de influir en lo que se publica en los medios de comunicación pagando para que se difunda lo que quiere dar a conocer o censurando a los medios y periodistas que no se alineen con sus intereses o puntos de vista. El gasto del gobierno en publicidad de los últimos tres sexenios ha sido muy alto: seis mil 506 millones de pesos en promedio por año en el sexenio de Felipe Calderón; 10 mil 39 millones en el de Enrique Peña Nieto; y de dos mil 833 millones en el de Andrés Manuel López Obrador. El gasto del gobierno en publicidad es más del doble que en otros países como Canadá, España, Argentina y Francia.
Este gasto está altamente concentrado en unos cuantos medios de comunicación, que son, evidentemente, los más importantes en México. En 2021, por ejemplo, la organización Artículo 19 puso en evidencia que el 52 por ciento del gasto del gobierno en publicidad se concentraba en el dos por ciento de los medios (10 de 457), entre los que se encontraban Televisa (10.4 por ciento), TV Azteca (8.7), el diario La Jornada (9), Grupo Imagen (2.4), Grupo Fórmula (2.4) y Milenio Diario (2). También es necesario señalar que en todos los sexenios ha reinado la discrecionalidad en el uso de los recursos del gobierno destinados a este rubro, pues no existen marcos regulatorios de su gasto. Particularmente, como dijo Leopoldo Maldonado, director regional de Artículo 19, en entrevista para SinEmbargo: “la pregunta clave es por qué tal medio puede recibir x cantidad de dinero y por qué este medio no (…); es por audiencias, por penetración, por tiraje, o cuál va a ser el criterio para que la pauta de publicidad sea asignada bajo principios de honradez, transparencia, objetividad, eficacia (…)”. Al no haber criterios claros de asignación de los recursos públicos para publicidad, se está afectando la libertad de expresión de los periodistas, de los medios de comunicación y el derecho a la información de la sociedad.
Para evidenciar lo peligroso que es la discrecionalidad al elegir los medios de comunicación para hacer contratos con el gobierno, es necesario enfatizar que las empresas de la televisión y los periódicos pertenecen, a su vez, a conglomerados con empresas que realizan otro tipo de actividades distintas a las comunicaciones. Por ejemplo, Grupo Salinas, que tiene a TV Azteca, también está conformado por Elektra, Banco Azteca, Totalplay, entre otras empresas. Si bien algunos medios de comunicación sostienen que al final del sexenio hubo pleitos entre el expresidente López Obrador y Salinas Pliego, razón por la que el gasto en comunicaciones del gobierno que se hizo a TV Azteca se redujo, lo cierto es que fue el tercer medio de comunicación con mayor monto en publicidad de 2019 a 2023. Más aún, este conglomerado empresarial se benefició por el manejo de las tarjetas del bienestar a través de Banco Azteca; se dice que por el cobro de 60 pesos al año por cada una de los cinco millones de tarjetas, recibió 300 millones de pesos, sin contar IVA, tan sólo en 2019. Otro ejemplo es el del diario La Jornada, pues según se dice, estaba en ruina financiera y fue “rescatado” en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Así también, Grupo Imagen, dueño de Imagen Televisión, tiene en su conglomerado a la empresa de construcción Prodemex, que ganó hasta 200 millones de dólares en la construcción de obras gubernamentales durante el sexenio de Peña Nieto.
Los periodistas independientes son quienes más se ven afectados por la existencia de oligopolios en los medios de comunicación, la censura del gobierno o de los grupos empresariales, así como de las agresiones por parte del crimen organizado cuando realizan investigaciones con resultados comprometedores para los intereses de dichas organizaciones. De acuerdo con un informe de Reporteros sin Fronteras de 2024, ese año México estuvo entre los cuatro países más mortales para el periodismo, sólo después de Palestina, Pakistán y Bangladesh, con cinco periodistas asesinados y uno secuestrado. De acuerdo con datos de articulo19.org, desde el año 2000 y hasta la fecha se pueden contar al menos a 170 periodistas asesinados por su labor informativa: tres en lo que va de 2025; 47 en el sexenio de López Obrador; 47 en el de Peña Nieto; 48 en el de Calderón; 22 en el de Fox; y tres en los últimos once meses de Ernesto Zedillo.
Por ejemplo, de acuerdo con el periódico El País, el año pasado, el periodista Mauricio Cruz Solís, de 25 años, fue acribillado a balazos en Uruapan, Michoacán, justo después de terminar una retransmisión en vivo; era director de los medios independientes Minuto x Minuto Michoacán, Radiorama Noticias y era locutor de Primera Plana Mx y La Poderosa. Otro periodista, Alejandro Martínez Noguez, también fue muerto a balazos, después de un intento fallido de asesinarlo; luego de haber trabajado en varios periódicos y estaciones de radio, seguía comunicando a través de Facebook. Víctor Morales, editor del portal de noticias Realidades, fue encontrado en la carretera, muerto a causa de arma de fuego y con signos de tortura.
El gobierno también ha sido fuente de ataques verbales y físicos a los periodistas. Un caso muy sonado fue el de la periodista Lydia Cacho, quien fuera secuestrada y torturada por el exgobernador Mario Marín. Adicionalmente, durante el sexenio de López Obrador se contabilizaron alrededor de 179 agresiones en las “mañaneras”. La organización Artículo 19 detectó que cuando se atacaba verbalmente a los periodistas en éstos discursos, se creaba un “efecto cascada” en los ataques provenientes de otros niveles de gobierno. Otros trabajadores del sector de las comunicaciones también fueron acosados mediante procesos judiciales contra ellos, muchos de los cuales (dos terceras partes) provinieron de funcionarios públicos.
En México, decir la verdad puede costar la vida. Es por esto que la labor periodística de los medios independientes de las grandes corporaciones y del gobierno es heroica. Saben que están exponiendo su integridad física por informar, por denunciar las injusticias y la impunidad de las que está plagada nuestra sociedad.
Según el Instituto Reuters, en 2024 sólo 40 por ciento de la población confiaba en las noticias que los medios de comunicación difunden, pues consideran que van de la mano de intereses políticos y empresariales. El problema es que las alternativas no son más veraces. La cuarta parte de los usuarios de TikTok, que tuvo el más rápido crecimiento en los últimos años, considera esta red como una fuente de información confiable a pesar de que en ella cualquier persona puede publicar lo que sea sin tener la obligación de informarse o conocer a fondo el fenómeno que refiere. La red social X, en EE. UU. está plagada de desinformación, pero ésta no es fruto de la participación espontánea de sus miembros. De acuerdo con la revista Science, el uno por ciento de los usuarios de esa red es la responsable de diseminar las verdades a medias u opiniones presentadas como hechos que conforman la desinformación.
El resultado más preocupante es que, según la misma fuente, cuatro de cada 10 habitantes declara “evitar las noticias”. Éste es el triunfo absoluto de la industria hegemónica de los medios de comunicación y de todo su arsenal para la manipulación: la renuncia al conocimiento de la realidad de nuestro tiempo, una evasión absoluta para “evitar sufrir”, esto es, la deshumanización de las mayorías.
Los medios de comunicación hegemónicos han jugado un papel fundamental en el enconamiento de los problemas y los sufrimientos del mundo. Han contribuido a que el abusivo poderío de EE. UU. se haya dejado sentir en los rincones más escondidos del mundo, impidiendo que los pueblos elijan el camino que quieren seguir para su desarrollo. Por eso urge combatir el oligopolio hegemónico y las condiciones que hacen factible la manipulación y corrupción de las conciencias de las grandes mayorías. Hay que hacer más prensa que desvele el espanto en que se halla el mundo y la necesidad de su transformación. Esa labor es la que lleva haciendo la revista buzos de la noticia desde hace 25 años. Felicidades a sus lectores y a sus realizadores.
Resumen basado en el texto publicado en cubadebate.com de Sylvain Timsit
• Distraer: consiste en desviar la atención pública. “Mantener la atención del público adulto distraído, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivándolo con temas sin importancia real”.
• Crear problemas y ofrecer soluciones: este mecanismo consiste en crear una situación tal, que provoque una reacción predeterminada en el auditorio. Por ejemplo, para crear el consenso de la necesidad de eliminar empresas públicas de atención a la salud, se provoca el deterioro del servicio que se presta; de este modo, la opinión pública pugnará por el desmantelamiento de la empresa pública aunque esto vaya en contra de sus intereses.
• La estrategia gradual: instrumentar paulatinamente una política que resultaría inaceptable. Por ejemplo, la reducción de los derechos de los trabajadores uno a uno, de a poco, durante años. Este deterioro, de haberse realizado de un momento a otro, hubiera encontrado fuerte oposición; pero hecho “a cuentagotas” se pudo instrumentar sin tener que enfrentar la protesta de los trabajadores.
• Postergar o diferir: esta estrategia consiste en presentar una medida impopular como “dolorosa y necesaria” y ofrecer la instrumentación de la medida para el futuro. Para la población, es más fácil aceptar hoy una medida que se impondrá en el futuro.
• Infantilizar al público: tratar a los pueblos como si se tratara con un grupo de niños, infantilizar al público mediante la simplificación de los problemas y las soluciones, echando mando de “discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles” a fin de engañarlo, de obtener una reacción “desprovista de sentido crítico como una persona de 12 años o menos de edad”.
• Usar el aspecto emocional más que el racional: “es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional y finalmente al sentido crítico de los individuos (…) permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos, compulsiones o inducir comportamientos…”.
• Mantener al público en la ignorancia y mediocridad: esta estrategia consiste en impedir el desarrollo del espíritu crítico de los individuos. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible”.
• Animar al público a ser complaciente con la mediocridad: este mecanismo consiste en poner de moda “ser estupido, inculto”, permanecer desinformado a fin de preocuparse o estresarse por lo que no se puede controlar.
• Fortalecer la culpa individual: esta estrategia consiste en fomentar entre los individuos la idea de que es él el absoluto “culpable de su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se devalora a sí mismo y se culpa… uno de los efectos es la inhibición de su acción”, particularmente la acción política. Por ejemplo, los individuos asumen que son responsables de su desempleo o bajo salario, en fin, de su pobreza.
• Conocer a los indivuduos mejor de lo que ellos mismo lo hacen: este mecanismo consiste en el desarrollo de ciencias como la biología, la neurobiología o la psicología aplicadas. Esto se traduce en que “el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos”.
Representó una ligera disminución del 0.3 por ciento en comparación con julio.
¿Recapacitarán a los que les quede el saco? ¿qué gobernador ya ven atado a la 4T? Por lo pronto más de un secretario de gobierno debe volver al oficio político.
La DANA presenta poca probabilidad de ocurrir en México debido a que el clima del país se ve más influenciado por fenómenos como huracanes y tormentas tropicales.
“Bajo la retórica de combatir la corrupción y sin que hasta el momento se hayan documentado este tipo de delitos, los diputados proponentes de Morena pretenden modificar 14 leyes".
Sobre el despido de trabajadores, denunció que “los gobiernos entrantes suelen venir con su propio equipo político y los despidos de personal son una constante en cada proceso electoral.
La dependencia que encabeza Arturo Herrera calculó que la tasa de crecimiento de México para este año estará en un rango de entre (-)3.9% y 0.1%.
En su tercer mensaje, el consejero presidente del INE destacó que el porcentaje de votación fue de entre el 51 y el 52 por ciento.
El Presupuesto de Egresos de la Federación del año que entra (PEF2021) no prevé ningún incremento real en el gasto destinado a las instituciones de educación superior y se limita a ajustar el de 2020 con el alza de la inflación prevista (3.4 por ciento).
Los diputados del PRI informaron que “nunca estaremos a favor de la violación de ninguna Ley. Estamos a favor de la legalidad"
El gobierno prometió acabar con la delincuencia, pero se tornó más permisivo que nunca con ésta y ahora se registran 100 crímenes diarios y las masacres se multiplicaron.
Desde una recesión económica, un estado frágil, hasta la falta de suministro de energía, son algunos de los riesgos a los que se enfrentará México en este año, de acuerdo con un informe.
El gremio responsabiliza a la SICT por incumplimientos laborales que incluyen falta de pagos, precariedad en infraestructura y déficit de personal.
“Hemos sido engañados una vez más por el gobierno de Sheinbaum y de López Obrador”, acusó Teófilo Granados, abogado de las víctimas de la Línea 12 del Metro.
El director de Pemex admitió que la autosuficiencia de combustibles prometida por López Obrador no se alcanzará en este sexenio, sino en la administración de Claudia Sheinbaum.
“Esa embajada de México en España no tiene otra lectura que el pago por la entrega de la elección al crimen organizado”, escribió el perredista.
Por falta de agua y luz, cierran bibliotecas México y Vasconcelos
NASA entregará 3 mdd a los mejores proyectos de reciclaje espacial
BYD acelera en Latinoamérica y deja atrás a Tesla
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Deporte mexicano, entre corrupción y fracaso
El impacto de los aranceles en el consumidor final
Escrito por Vania Sánchez y Ollin Vázquez Huerta
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