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Los primeros pensamientos matemáticos nacen en la llamada revolución cognitiva hace unos 70 mil años, aproximadamente, con la aparición del lenguaje ficticio para dar paso a la escritura, como método para almacenar información mediante signos materiales. Al inicio se establece un lenguaje escrito parcial en donde se establecen signos materiales para representar elementos básicos en la vida del Homo sapiens, por ejemplo, los primeros elementos de conteo que podemos ver en el Hueso de Ishango, es producto de este lenguaje escrito, muy limitado por cierto, pero que hasta el día de hoy usamos en el estudio de la matemática.
A través de milenios hemos inventado más símbolos, creado más conceptos y conexiones conceptuales; pero en esencia el lenguaje matemático es un lenguaje parcial. El lenguaje matemático no puede describir los sentimientos, las emociones, las alegrías de los seres humanos, ni la poesía, para eso es necesario un lenguaje más elaborado, que llamaremos lenguaje completo, que comúnmente usamos para comunicarnos. La segunda gran revolución fue la agrícola, hace 12 mil años.
La domesticación de las plantas y animales devino en el sedentarismo, la caza fue sustituida por la crianza y domesticación de animales y la recolección por la agricultura. La revolución agrícola permitió almacenar granos y disponer de vaquillas y corderos para alimentarse, sin salir a cazar. En este nuevo escenario de vida, el Homo Sapiens, aumentó los periodos de permanencia en casa y con una sobreabundancia de alimento.
Es probable que optara por aparearse y tener más crías y así fue aumentando el números de Sapiens. Los grupos de Homo Sapiens fueron creciendo, surgieron nuevas necesidades y mientras organizaban sus vidas en un imaginario personal y colectivo, para el que fue preciso crear mitos y leyendas que explicaran fenómenos naturales como lluvias, sequías, temblores , todo aquello que les resultaba inexplicable. Así nació la idea de los dioses, poseedores de la fuerza de objetos reales como el sol, la luna, la tierra etc., a muchos de ellos se les atribuía forma humana con el objetivo de que algún Homo sapiens liderara el grupo o la tribu en su nombre, hasta instalar la tradición de que los gobernantes eran descendientes directos de alguna deidad; así nacieron los primeros reyes y los primeros reinos.
Hace cinco mil años nacieron los primeros reinos, la escritura y el dinero, además de las primeras fantasías colectivas: las religiones politeístas de la historia. Antes de la invención del dinero, la economía se basaba en el trueque, pero los problemas del comercio fueron complicándose y solo se resolvieron mediante la invención del dinero, que ocurrió hace tres mil años aproximadamente. Con dinero era posible darle un valor a los bienes que necesitaba el Homo Sapiens e intercambiarlos. Las primeras monedas de la historia se acuñaron recién en el año 640 a.C. y ya tenían las mismas características de las monedas actuales. Este imaginario colectivo del dinero es ahora universal y se basa en la confianza entre Homo sapiens.
El trueque y después el dinero resultaron fértiles para generar los primeros problemas matemáticos. La nueva vida sedentaria de los Homo sapiens, hizo necesaria la construcción de las nuevas viviendas y luego planificar las primeras ciudades; todo ello también generó nuevos problemas a resolver. Para delimitar el área en que cada Homo sapiens dedicado a la agricultura realizaría sus actividades, aparecieron formas de medir las parcelas, generando nuevos problemas matemáticos que antes no existían.
El nacimiento de la propiedad privada generó nuevos problemas matemáticos a resolver. Hace cuatro mil 250 años nació el primer imperio Acadio de Sargón y, con ello, una forma sistemática de establecer los primeros conceptos matemáticos en una extensa región del Asia llamada Mesopotamia. Otro de los imperios cercanos a la Mesopotamia, pero que se desarrolló independientemente, fue el imperio Egipcio, donde se desarrolló una matemática muy avanzada para su época. Estos dos imperios son considerados la cuna de la matemática universal y en sus ruinas se han encontrado pruebas tangibles de un gran desarrollo matemático y de profundos conocimientos en medicina y astronomía.
El inicio de la rigurosidad en el pensamiento matemático es obra del gran maestro Weierstrass, quien, entre otras atribuciones, estableció la existencia de una curva continua sin tangentes, sorprendiendo a los analistas de su época.
Las matemáticas, por muy abstractas que sean, tienen una base real.
Para Pitágoras, el conocimiento no se agota con lo empírico, porque su esencia está en el segundo, se encuentra donde está el número, concebido como una relación abstracta (no de cálculo).
Astrónomos encontraron señal de vida en lo alto de la atmósfera de Venus: indicios que puede haber extraños microbios viviendo en las nubes cargadas de ácido sulfúrico.
La imagen viral que vimos en redes sociales captada por el el telescopio espacial “James Webb” nos muestra cómo se veía una porción del universo hace cuatro mil 600 millones de años.
“Con esta investigación buscan una solución a la adulteración, que con el paso del tiempo se ha vuelto más sostificada, por lo que los procedimientos analíticos también de ser cada vez mejores”.
El agua es esencial en la generación de imágenes por IA debido al funcionamiento de los centros de datos.
En México hay aproximadamente dos mil especies de abejas nativas. A diferencia de las melíferas, que viven en colonias (colmenas) con su reina y obreras, la mayoría de las nativas son solitarias.
Arquímedes es considerado el primer investigador en matemática e ingeniero. La obsesión por resolver problemas matemáticos de su época lo conducía a altos grados de concentración que, incluso, se olvidaba de comer, bañarse y de realizar otras tareas cotid
Según un informe, un mexicano revisa su celular, en promedio, 142 veces y pasa más de 18 horas y 12 minutos a la semana en su pantalla.
Los modos del pensamiento matemático influyen en su hacer, el Siglo XX ha sido testigo de al menos dos formas de este hacer, con marcada influencia ideológica.
Hace un par de años tuve dolor muscular, cansancio, fiebre y malestar general; por los síntomas, pensé que era Covid-19; pero tras varias pruebas, el diagnóstico final fue dengue.
No dormir provoca que el cerebro elimine una cantidad significativa de neuronas, así como una perdida significativa de conexiones sinápticas; lo peor, la recuperación del sueño sería incapaz de revertir el daño.
La humanidad debe ser capaz de evitar cualquier desastre que extinga la vida en la Tierra.
Investigadores, indican que hace dos millones de años los primeros humanos tenían la capacidad y la tecnología necesarias para explotar de forma continua una variedad de hábitats cambiantes.
Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla
Colaborador