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Deporte, ausente en las propuestas de los candidatos presidenciales
Sea cual sea el resultado electoral, todo parece indicar que no habrá cambios sustanciales en la política deportiva del país.
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La educación física fue uno de los asuntos notoriamente ausentes en los eventos públicos y los tres debates del candidato y las candidatas a la Presidencia de la República, quienes por descuido o negligencia no mencionaron cómo impulsarán unas actividades deportivas que hacen mucho más fuertes, sanos y mentalmente agudos a los mexicanos. 

Su omisión no fue menor porque México es uno de los países con mayor porcentaje de la población (más del 60 por ciento) que no realiza actividades físicas ni practica ningún deporte, lo que ha contribuido a que ocupe los primeros lugares mundiales en obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas propiciadas por el sedentarismo. 

Es cierto que esta situación data de hace varias décadas, pero en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) poco se realizó para revertirla. En 2022, una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que el 97 por ciento de los entrevistados no efectuaba actividades físicas por limitaciones económicas y de tiempo; y únicamente el 69 por ciento especificó que por razones de trabajo.

Durante la gestión de AMLO, el presupuesto destinado a la actividad deportiva se redujo en promedio 30 por ciento. En 2019, solamente se le asignaron mil 718 millones de pesos (mdp), monto más de 400 mil mdp menor al gasto federal de 2018, e inició un periodo de más recortes; el más bajo fue el del año pasado, que apenas representó 0.56 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2023.

Los resultados de esta mala política deportiva del gobierno morenista se han reflejado sobre todo en el deporte profesional, especialmente en los deportistas de alto rendimiento, que fueron abandonados a su suerte en las competencias internacionales y mundiales por la Comisión Nacional del Deporte (Conade), cuyos funcionarios de mayor jerarquía ahora enfrentan denuncias y acusaciones por el robo del dinero destinado a los competidores.

Pero ninguno de estos hechos parece importar a los aspirantes presidenciables, ya que en sus discursos presentados durante las campañas electorales de los últimos meses resulta imposible encontrar alguna propuesta seria que intente resolver estos problemas. Solamente la candidata del gobierno morenista, Claudia Sheinbaum, hizo una declaración que podría considerarse como un tímido indicio de “política deportiva”.

Esto ocurrió a finales de marzo, durante un mitin celebrado en San Luis Potosí, cuando afirmó que “México sería uno de los países más deportivos del mundo”; pero cuando reconoció que para lograr este objetivo, “se harán visitas casa por casa para convencer a los mexicanos a que hagan actividad física y dejen la comida chatarra”, evidenció que todos sus discursos representaban una vacilada, demagogia pura y no una propuesta de política pública seria. 

Por su parte, la candidata opositora Xóchitl Gálvez únicamente se ha referido al deporte tangencialmente, como un complemento de la política de seguridad pública y una forma de estimular el desarrollo de los jóvenes. Esto, por supuesto, no es malo, pero se queda en el mero discurso; pues no ha detallado la forma ni el presupuesto requerido para incrementarlos y que el pueblo de México practique deportes y realice actividades físicas.

Así pues, sea cual sea el resultado electoral, todo parece indicar que no habrá cambios sustanciales en la política deportiva del país; que ésta se fundará en el neoliberalismo y que el Estado mexicano no necesariamente garantiza este derecho social a la población.

Por ello, los deportistas deben organizarse para exigir a las autoridades que destinen más presupuesto, construyan nuevos espacios deportivos y remodelen los ya existentes, pero que están en ruinas; así impulsar la formación de clubes deportivos, ligas en comunidades y pueblos, torneos amateurs en los circuitos educativos, competencias semiprofesionales, etcétera.

No hay otro camino que el de la organización popular para vencer los obstáculos que enfrenta y seguirá enfrentando el deporte nacional. 


Escrito por Samuel Aguirre Ochoa

Presidente de la Comisión Deportiva Nacional del Movimiento Antorchista.


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