Cargando, por favor espere...

Consideraciones actuales sobre el legado de la Revolución Mexicana
2021 brindará la oportunidad de iniciar el fin del viejo régimen, pero para ello hay únicamente una salida: organización y educación.
Cargando...

¿Cuál es el significado actual de la Revolución Mexicana? Hace más de un siglo que este proceso revolucionario cimbró la estructura social, y es innegable que su legado continúa vigente en la vida social de nuestro país. Escudriñar en el pasado para entender el presente es una necesidad. No para cubrirnos con sus ropajes, los cuales han sido mancillados por los enemigos de antaño, sino para encontrar en su evocación la fuerza de transformación que el presente reclama.

El 1910 fue antecedido por 30 años de una dictadura a cuya cabeza se encontró Porfirio Díaz. Los elementos materiales que permitieron su consolidación fueron, a grandes rasgos, los siguientes: la organización de un cuerpo policiaco que en aquel periodo fue el mejor pagado en el mundo, cuyo gasto tuvo un aumento del 900 por ciento. La política económica estuvo principalmente orientada hacia el capital extranjero y, en 1883, Díaz dictó una de las legislaciones más ignominiosas de las que el pueblo mexicano tenga memoria: la Ley sobre Colonización y las Compañías Deslindadoras.

Las consecuencias de esta legislación fueron el arrebato y robo sangriento de más de 25 millones de hectáreas que pertenecían a los campesinos mexicanos, quienes se convirtieron inmediatamente en siervos, al pasar de propietarios a peones de los grandes hacendados. En 1910, éstos poseían cerca del 57 por ciento del territorio. En 30 años, el precio de los productos alimenticios básicos aumentó 100 por ciento; el 90 por ciento de las minas quedaron en manos de empresarios estadounidenses, mientras que, paradójicamente, la deuda externa creció cuatro veces: de 191 millones de pesos (mdp) en 1880 a 823 mdp en 1910. (Alperovich).

Ahora bien, la dictadura reaccionaria de Díaz no fue la causa única de la revolución. Si bien acentuó las contradicciones de clase que existían, las que evidenciaban el papel de nuestro país como colonia –que no había logrado superarse con la Independencia en 1810– sobre la clase obrera había varios déficits que influyeron también en la consolidación de la dictadura: la falta de conciencia de clase y su débil crecimiento cuantitativo y cualitativo. Estas carencias le impidieron ponerse a la cabeza de la Revolución. Del seno de los burgueses desplazados emergió la dirección de Francisco I. Madero, quien decidió firmar el ignominioso tratado de Ciudad Juárez, en el que no solo no destruyó al grupo político de Díaz, sino que aceptó ceder el poder a uno de sus hombres más conspicuos. Madero firmó su sentencia en 1911, y ésta fue ejecutada en 1913 por el verdugo Victoriano Huerta.

Al morir Madero, la batuta de la revolución democrático-burguesa fue tomada por Venustiano Carranza, quien se puso al frente de un ejército proletario que hizo patente la máxima histórica en torno a que una revolución no es el triunfo de quien la compone, sino de quien la dirige. Con él pelearon contra el dictador tres grandes revolucionarios populares: Francisco Villa, Felipe Ángeles y Emiliano Zapata, surgidos de las entrañas del pueblo y auténticos abanderados de sus más legítimos y sentidos intereses. Al desaparecer el enemigo común, pronto saldrían a relucir los verdaderos intereses de clase, desencadenándose una lucha más sangrienta aun.

Carranza recogió la bandera de Madero y enarboló los intereses de la burguesía mexicana. Por su lado, Villa y Zapata se pusieron del lado del campesinado y la incipiente clase obrera. Los intereses eran antagónicos y las fuerzas contendientes estaban aparejadas. Villa y Zapata representaron los intereses de un pueblo al que el hambre y la desesperación incitaron a rebelarse, pero cuya espontaneidad sofocó una transformación radical y de mayor profundidad, en parte porque no estaban dadas las condiciones y porque faltaba una concientización más profunda.

Hoy, cuando nuestro país atraviesa  por una crisis económica y social sin parangón en la historia reciente y parece “haber retrocedido más allá de su punto de partida”, debemos plantearnos necesariamente la idea de la revolución. No se trata de invocar a los espíritus del pasado para hacer vagar su espectro, como lo pretende la “Cuarta Transformación” (4T) al resucitar a los muertos para legitimar su gobierno. Debemos dejar que los muertos entierren a sus muertos y “empezar por crear el punto de partida revolucionario, la situación, las relaciones, las condiciones, sin las cuales no adquiere un carácter serio la revolución moderna”.

La poesía invocada del pasado, al recuperar a los héroes de hace 100 años, debemos tomarla del porvenir. Crear una nueva situación a partir de nuestras condiciones actuales y hacer nacer del seno de la clase trabajadora héroes nuevos, otras banderas e ideales nuevos. Es preciso encabezar una revolución democrática que asimile los intereses de la clase trabajadora. La revolución burguesa del Siglo XX cumplió ya su papel en la historia y es preciso que la revolución del Siglo XXI se realice empezando por desenmascarar a los viejos esbirros que obtienen fuerza parodiando las luchas del pasado. Romper definitivamente con las viejas tradiciones y concientizar al pueblo de su fuerza, misma que reside precisamente en su cantidad; pero que mientras se encuentre dispersa, se vuelve estéril. Si las condiciones exigen una transformación democrática, unifiquemos intereses en torno a una verdadera causa popular. 2021 brindará la oportunidad de iniciar el fin del viejo régimen, pero para ello hay únicamente una salida: organización y educación.


Escrito por Aquiles Celis

Historiador por la UNAM y analista del CMEES


Notas relacionadas

El sector más afectado por los recortes presupuestales, y el que más reflectores mediáticos atrajo, fue el de los presidentes municipales... ya no podrán gestionar recursos federales extraordinarios para realizar obras de infraestructura básica y social.

Diputados aprobaron este día en lo general y particular las reformas para la revocación del mandato

La verdadera Infodemia, lo nieguen y oculten, la empezó la 4T con López Obrador.

De 2018 a 2023, los apagones y tiempos de suministro se han incrementado en todo el país, según la propia CFE.

Las denuncias también alcanzaron al Gobernador Quirino Ordaz Coppel, como el Presidente Municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, por la falta de insumos médicos y alimenticios.

El gobierno de la 4T, no ha logrado la creación de empleos, en mayo cayó en un 88%.

AMLO gastará a discreción 402 mil millones de pesos

Debido a la pandemia por Covid-19, los panteones del área metropolitana de la capital permanecerán cerrados para impedir aglomeraciones y evitar más contagios de coronavirus.

Un mayor precio de electricidad no sólo afectaría a las empresas, también a los ciudadanos, ya que incumplirá la promesa de no aumentar los precios.

“La educación es primordial pero su vida es esencial; es por esa razón que vamos a estar vigilando lo que va a pasar a partir del lunes. Esperamos y exigimos un regreso a clases seguro”, concluyó.

El gobierno de la 4T llegó al poder con la promesa de acabar con la corrupción en México; pero a un año y medio, la lucha anticorrupción se ha centrado, solo en perseguir a los miembros de otros partidos y opositores del gobierno actual.

Los verdaderos responsables de la grave situación, aseguró Córdova Morán “son los gobiernos que se niegan a ver la realidad".

Casi todo ser humano está consciente de que en algún momento de su vida llegará a ser una persona con menos capacidad de trabajar o aportar menos que cuando tenía una edad donde sus fuerzas biológicas le permitían laborar y realizar más actividades

Irregularidades en la Cuenta Pública; pagos "post mortem" a adultos mayores, que hasta febrero superaba los 60 mdp; se profundizó la crisis en salud, son algunos resultados de Morena y AMLO en el Gobierno.

Si alguna vez creyó que no podíamos estar peor, se equivocó totalmente: en muy poco tiempo, el gobierno actual se ha empeñado en demostrarnos que sí. Saltar del sartén a la lumbre se hizo realidad.