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Florence y Edward se conocieron en un mitin contra las armas nucleares organizado en Londres en 1961. Tenían 20 años; ella era violinista y formaba parte de un cuarteto de cuerdas, hija de un hombre de negocios de clase media alta (Geoffrey Ponting). Él era estudiante de la licenciatura de historia en la Universidad de Oxford e hijo de un maestro de escuela básica con ingresos muy limitados (Lionel Mayhey). A partir de ese día se entregaron a una intensa relación de amor que duró un año, pero que en Florence se sustentó en sus afinidades emocionales o intelectuales con Edward, mientras que en éste fue una apetencia sexual desbordada. Sin embargo, esta distinción sólo fue advertida un año después cuando en la noche de bodas Florence se negó a consumar carnalmente el matrimonio, lo que motivó que Edward la acusara de engañarlo al ocultar su frigidez.
En respuesta, ella propuso una solución poco común con el propósito de mantenerlos juntos: que buscara su satisfacción sexual con otras mujeres, mientras ella se dedicaría a satisfacer su único otro gran amor: interpretar música clásica. Pero Edward no aceptó y en vez de concretar sus proyectos de investigación histórica, se dedicó a los negocios, a disfrutar jazz y música pop, a las francachelas, a los amores de ocasión y a recordar a Florence con nostalgia y arrepentimiento, toda vez que su negativa a la propuesta de unión libre lo había convertido en un hombre infeliz. Pero de este equívoco sólo se hizo consciente una década después y en el inicio de los años 90 sólo se dedicaba a visitar cotidianamente todos los sitios de Londres y el Támesis que frecuentó con Florence durante su noviazgo.
En las líneas siguientes, Ian McEwan (Londres 1948) describe la escena clave del desenlace de la novela: “El recuerdo del placer fallido no la entristeció especialmente, porque de inmediato fue desplazado por una idea, un pensamiento interrumpido de un momento anterior de la noche: amar y que los dos fueran libres. Era un argumento que aducir, una propuesta audaz, pensó, pero que a todos los demás, a Edward, podría parecer irrisorio y estúpido, y quizás hasta ofensivo. Nunca medía del todo la magnitud de su propia ignorancia, porque en algunas cuestiones se creía bastante juiciosa. Necesitaba más tiempo. Pero él llegaría a su lado al cabo de unos segundos y la terrible conversación comenzaría. Uno de sus defectos era que ignoraba qué actitud adoptar con él; no sentía nada más que el miedo a lo que él dijera y a lo que cabía esperar que ella respondiera. No sabía si debía pedir perdón o aguardar disculpas. No estaba enamorada, ni desamorada, no sentía nada. Lo único que quería era estar allí sola en el crepúsculo, recostada contra el tronco del árbol gigantesco…”.
Esta antología reúne poco más de 70 textos breves, la mayoría apenas rebasan una página o un par de líneas porque informan genéricamente de actos de espionaje.
En esta novela se cuenta la historia de una ciudad imaginaria de Estados Unidos (EE. UU.), cuyos personajes centrales son ella misma (City).
Escribió una veintena de novelas: Cimarrón (1930), la más celebrada; varias obras de teatro y guiones de cinematografía. Fue también reportera de la agencia de noticias AP (Associated Press).
Es una relación detallada de los ilícitos de mayor dimensión cometidos por la burocracia más cercana al expresidente de Argentina, Carlos Menem.
Este libro compila los estudios que 11 psicólogos, sociólogos y antropólogos dedicaron al fenómeno de la comunicación de masas en Estados Unidos.
Desde la Colonia Española, la Independencia y el Porfiriato, los clasemedieros compartieron pobreza e incomprensión con las clases bajas.
Claudio Beaumont era un hábil creador de eslóganes publicitarios, fantasioso “hombre invisible” y descubridor de “tesoros ocultos”, hasta que la noticia sobre el secuestro de una anciana en un barrio de París lo motivó a enriquecerse.
El comic Tarzán de los Monos, que durante casi un siglo distrajo a millones de personas en gran parte del orbe.
Florence y Edward se conocieron en un mitin contra las armas nucleares organizado en Londres en 1961.
Altamirano nació el 13 de noviembre de 1834 en Tixtla, Guerrero.
El fallo se dedica a denunciar las prácticas de asechanza física y sicológica de uso común de los policías políticos de la mayoría de los Estados nacionales a fin de lograr la confesión de los sospechosos.
Fue catedrático de filosofía en varias universidades estadounidenses e incursionó en la industria cinematográfica como guionista, de cuya tarea aprendió a ser crítico de cine.
Los hechos en los que se vio envuelto Ficarra se suscitaron entre 1946 y 1957, cuando el Vaticano era liderado por el papa Pío XII.
El título de esta colección de cuentos es el mismo de uno de los más de 100 relatos cortos que escribió Héctor Hugh Munro.
Este libro es una selección de novelas cortas del autor inglés, en los que escribe sobre las costumbres de las familias clasemedieras, burguesas y “monárquico-feudales” de la Gran Bretaña de los años 20 a los 40 del Siglo XX.
El legado político-moral de la victoria soviética sobre el nazifascismo
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Gastan más de 130 mil millones del erario en prestaciones
Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista y escritor.