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Varias lenguas indígenas de Michoacán están desapareciendo –entre ellas la purépecha, mayoritaria en la entidad– debido a que los padres de familia no las transmiten a sus hijos para evitar que sean discriminados por los hablantes de español y porque los gobiernos destinan pocos recursos para conservarlas.
Hasta hace apenas unas semanas, el Congreso del Estado analiza un proyecto para crear una comisión legislativa a fin de estudiar la forma de cubrir esta omisión, que afecta a muchas comunidades sociales de habla prehispánica y afromexicana.
“Siento que los gobiernos podrían hacer más. Por ejemplo, hay un día que es el Día de las Lenguas Indígenas y ese día las reconocen mucho o la semana completa de ese día, y normalmente dan a conocer diferentes lenguas y hacen eventos y cosas. Pero solo pasa ese día y ya otra vez queda olvidado, además no hacen nada para evitar la discriminación, creo que de ahí empieza que mucha gente ya no hable ni el náhuatl ni otras lenguas”, afirmó Evencia Mauricio, hablante de náhuatl.
El documento Vitalidad y Peligro de Desaparición de las lenguas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) dice que “la extinción de una lengua representa la pérdida irrecuperable de saberes únicos, culturales, históricos y ecológicos”, además de la pérdida de identidades étnicas, tradiciones populares y diferentes formas de percibir el mundo. En síntesis, la desaparición de una lengua implica la pérdida de un patrimonio cultural y humano, resalta.
En México están en riesgo de extinción varias lenguas indígenas, pues algunas solo tienen entre dos y 200 hablantes, informó Ignacio Silva Cruz, investigador de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad Morelia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De acuerdo con la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CEDPI) en la última década Michoacán ha perdido el 70 por ciento de sus hablantes de lenguas indígenas.
“A pesar de que la lengua purépecha aún cuenta con miles de emisores, se sigue una tendencia a la baja en el número de quienes se reconocen como hablantes; y en general en Michoacán agonizan las lenguas maternas”, reveló por su parte el investigador Juan Bustos en una entrevista con el diario La Voz de Michoacán.
Salomé Camilo Ramírez, hablante de lengua náhuatl, originaria del estado de Guerrero, pero residente de Morelia, dijo a buzos: “Mis papás me lo enseñaron desde que aprendí a hablar porque, como ellos me decían, es nuestra raíz y así les enseñé a mis hijos a hablarlo. En nuestra comunidad todos los niños chiquitos, hasta los que ya somos adultos, lo hablamos y no hablamos en español entre nosotros”.
Afirma que una de las razones por las que están perdiéndose las lenguas originarias es la discriminación:
“Los niños aprenden el español cuando van al kínder. Nosotros desde que nacen solo les hablamos en náhuatl, pero al llegar a la escuela se topan con un mundo diferente en donde no les entienden a sus compañeros. Pero así es nuestra costumbre y tradición para aprender el español y así lo aprendimos nosotros; lo malo es que desde ahí empieza la discriminación, porque los que no hablan nuestra lengua se burlan de los de nuestra comunidad, en primer lugar, por no hablar español; en segundo, porque nos vestimos con nuestros trajes típicos y no como la demás gente; y en tercero, porque muchas veces las personas nos dicen y nos reclaman porque piensan que estamos hablando mal y no es así.
Nosotros no hablamos mal de nadie, pero al escucharnos nos hacen caras o nos dicen de cosas. Es por eso que muchos han preferido hablar en español y dejar a un lado nuestra lengua, porque la gente nos hace de menos a nosotros y a nuestra lengua y se siente feo”.
Matlazinca, a punto de desaparecer
El matlazinca ya desapareció en la región de Huetamo y el número de hablantes de otomí, náhuatl y mazahua va en descenso debido a la transculturación y a la falta de políticas públicas en los niveles federal, estatal y municipal para preservar las lenguas maternas.
“Solo el 30 por ciento de los profesores de educación indígena hablan alguna lengua originaria. Un signo de alarma ante los problemas que ponen en riesgo la extinción de las lenguas maternas, particularmente la variante del otomí, que carece de materiales y apoyos para su conservación, para que no corra el mismo destino que el matlazinca, lengua desaparecida en la entidad”, explicó Aned Ayala en un artículo en La Voz de Michoacán.
En 2018, Humberto Alonso Razo, titular de la CEDPI, lamentó la ausencia de una ley nacional que declare obligatorio el uso de las lenguas indígenas en los currículums de estudio, ya que en México hay 68 y en Michoacán cuatro en varias regiones del estado.
Silva Cruz dijo que además de 68 lenguas indígenas existen aproximadamente 360 variantes dialectales y explicó que éstas, especialmente las de las lenguas con más hablantes en amplias regiones del país, llegan a diferenciarse tanto que en muchas ocasiones no es fácil comunicarse. Puso como ejemplo las variantes del mixteco, “que son tan distintas una de otra que no se entienden”.
A decir del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2020, en Michoacán, había 136 mil 608 personas de lengua indígena; el 52 por ciento de los hablantes eran mujeres y el 48 por ciento hombres y esta población se concentraba principalmente en la Meseta Purépecha, que se localiza en la región centro-norte del estado.
En siete de los 113 municipios de la entidad, los indígenas representan más del 25 por ciento de los residentes; y en dos municipios la proporción es mayor al 50 por ciento; estos últimos son: Charapan, con el 52.5 por ciento, y Chilchota, con el 52. 3 por ciento de población indígena.
Los municipios que registraron más de cinco mil personas hablantes de lengua indígena de cinco años y más son Cherán, Chilchota, Nahuatzen, Paracho, Pátzcuaro, Quiroga, Los Reyes, Tangamandapio y Uruapan.
La Meseta Purépecha está conformada por los municipios de Coeneo, Cherán, Charapan, Erongarícuaro, Paracho, Nahuatzen, Pátzcuaro, Chilchota, Quiroga, Los Reyes, Tangancícuaro, Tzintzuntzan, Tangamandapio y Zacapu. Su población es pluriétnica, es decir, en las comunidades hay lo mismo indígenas de diferentes etnias que mestizos hablantes de español o castellano.
El investigador Silva Cruz afirmó que en Michoacán el purépecha es una lengua más o menos fuerte, pero que sus hablantes y los de otras lenguas indígenas están dejando de utilizarla año con año, debido no solo a las personas que fallecen, sino porque muchos no quieren hablarlas. Explicó que esta actitud se debe a que “tradicionalmente se les ha enseñado que las lenguas indígenas no sirven para otra cosa”, a diferencia de las lenguas de “prestigio” como el inglés o el francés. “Entonces la gente procura no hablar, pero además tiene el concepto mismo de cuando pensamos”.
Evencia Mauricio, quien nació en el pueblo de San Agustín, Guerrero, dijo a este semanario que ella habla a diario y lo más posible su lengua materna, el náhuatl, criticó a los gobiernos por su ineficiencia para evitar la desaparición de las lenguas indígenas e invitó a los hablantes de español y otros idiomas a aprender éstas.
“Siempre hablamos nuestra lengua entre mis conocidos y mi familia, siempre. Solo utilizo el español para comunicarme con personas que no hablan nuestra lengua. Es muy bonito el náhuatl porque vemos las cosas de diferente forma; expresamos cosas de diferente manera a cuando hablamos español. Es otra forma de ver, de expresarnos y hasta de acomodar las palabras o de decir las cosas.
“Desde que despierto me levanto hablando el náhuatl. Así lo hago con mi niña y mi esposo, es nuestra forma de vida, siempre es así… siento que los gobiernos podrían hacer más. Por ejemplo, hay un día que es el día de las lenguas indígenas y ese día las reconocen mucho, o esa semana completa de ese día, y normalmente dan a conocer diferentes lenguas y hacen eventos y cosas, pero solo pasa ese día y ya otra vez queda olvidado. Además, no hacen nada para evitar la discriminación que creo que de ahí empieza que mucha gente ya no hable ni el náhuatl ni otras lenguas. Muchos nos hemos sentido mal por cómo nos tratan y el gobierno no está; sí, dice no a la discriminación, pero no hace nada porque ya no la haya o hasta ellos nos han llegado a hacer menos cuando vamos a hacer algún trámite.
“También deberían enseñar las lenguas indígenas a personas que les interesa aprender o hacerles saber a los demás que también ellos pueden hablarlas. No sé, dar clases para quienes hablan español u otro idioma y quieren aprender náhuatl o purépecha o cualquier otra lengua; que den a conocer que no solo los nativos las podemos hablar y nosotros estaríamos encantados de que alguien más hable en lengua indígena. No nos molesta, al contrario, nos daría mucho orgullo, pero siento que mucha gente piensa que es mejor aprender otro idioma a nuestra lengua, cuando también da frutos y tiene sus cosas buenas y bonitas. A mí sí me gustaría invitar a la gente aprender a hablar náhuatl, o cualquier otra lengua indígena, la que sea, solo hablándola y aprendiendo de las lenguas madre van a conocer nuestra forma de ver las cosas, las raíces que tiene México, las costumbres, tradiciones y una forma de vida diferente, solo con el puro idioma o lengua”, expresó.
El purépecha en grave riesgo
Pero el gobierno estatal de Michoacán destina muy pocos recursos para defender y promover el habla de las lenguas indígenas en la entidad. En el proyecto de dictamen del Paquete Económico 2022, la CEDPI apenas tiene asignados 24 millones de pesos de presupuesto, cifra inferior a la que dispuso en años anteriores.
En la sesión del Congreso local del pasado 16 de mayo, la diputada petista Gabriela Cázares Blanco propuso reformas para que la Comisión de Pueblos Indígenas cambie su nombre por el de “Comisión de Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas”, a fin de “visibilizar mejor a este sector en nuestro estado”.
Fernando Walter Bernal-Brooks, doctor en ciencias por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y especialista en psicología comunitaria y ambiental, dijo que “es muy diferente ver el mundo desde el habla castellana a ver el mundo desde el habla purépecha” y en una entrevista con la plataforma 15dias.com dijo que, efectivamente, existe el riesgo de que se sigan perdiendo de manera acelerada las lenguas originarias de Michoacán.
“Muchos jóvenes ya no hablan el purépecha y esto es una preocupación muy grande de nuestra parte, porque la lengua purépecha es única en México. No tiene ningún otro parentesco con otras lenguas en el país. De tal manera que perder esta lengua sería terrible”, enfatizó.
En Michoacán, menos del tres por ciento de la población total habla una de las cuatro lenguas indígenas que aún perviven, de acuerdo con el censo de 2020 del Inegi. Entre las más habladas en la entidad se encuentran el purépecha, con 128 mil 620 hablantes; el náhuatl, con 12 mil 22; el mazahua, con cuatro mil 525; y el mixteco, con cuatro mil 304. En la entidad, de cada 100 personas que hablan alguna lengua indígena, 12 no hablan español.
“La lengua sin duda lleva consigo este inconsciente colectivo que le da forma a la identidad y tiene mucho que ver con las prácticas culturales”, explicó Brooks, quien es también coordinador del jardín etnobiológico de Michoacán.
“De ahí la importancia de que no se pierdan estas lenguas tan importantes en Michoacán. Es por eso que vamos a defender esta lengua; vamos a defender esos principios de lo que realmente somos porque consideramos que del otro lado hay una imposición cultural que no nos ayuda y que nos está llevando verdaderamente a la extinción”, agregó.
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Escrito por Laura Osornio
colaboradora