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Poesía
Shigueharu Nakano
Nakano tuvo una participación decisiva en la elaboración de la teoría conocida en Japón como “literatura proletaria”. En su obra, logró conciliar el lirismo y lo ideológico, siendo considerado la máxima representación de la poesía marxista en Japón.


Nació el 25 de enero de 1902 en Maruoka, que ahora forma parte de Fukui, Japón. En 1924, inició sus estudios en Literatura Alemana en la Universidad de Tokio, donde se involucró de inmediato en las actividades marxistas de su facultad. En 1926, publicó la revista Roba (El asno), en colaboración con otros jóvenes poetas, y organizó un grupo literario marxista con estudiantes universitarios llamado Sociedad de Estudios sobre el Arte Marxista, que más tarde se unió a la Federación de Arte Literario Proletario de Japón, cuya revista fue Bunguei Sensen (Frente de Arte Literario). En 1931, se unió oficialmente al Partido Comunista Japonés, lo que resultó en su arresto en 1934. Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, se reincorporó al partido y desempeñó un papel de liderazgo en la fundación de la sociedad literaria afiliada al Partido Comunista Japonés, la Nueva Asociación Japonesa de Literatura (Shin Nihon Bungakkai). En 1947 comenzó un mandato de tres años como representante electo ante el gobierno. Sus novelas autobiográficas incluyen Nami no Aima (Entre las olas, 1930), Muragimo (En las profundidades del corazón, 1954) y Kō Otsu Hei Tei (ABCD, 1965-1969).

Nakano tuvo una participación decisiva en la elaboración de la teoría conocida en Japón comoliteratura proletaria, un movimiento surgido en 1921 y disuelto en 1932 por el gobierno ultranacionalista japonés. En su obra, logró conciliar el lirismo y lo ideológico, siendo considerado la máxima representación de la poesía marxista en Japón. Falleció el 24 de agosto de 1979.

 

ADIÓS DE LA MADRUGADA

Hemos de trabajar,

hemos de discutir nuestros asuntos.

Siempre que nos reunimos

nos asaltan los gendarmes

y nos golpean la nariz,

nos golpean los ojos.

Por eso nos cambiamos a este segundo piso

con salida a callejones y atajos de refugio.

 

Aquí duermen seis adolescentes.

En la planta baja, un matrimonio y un niño de pecho.

No conozco a estos adolescentes,

sólo sé que son mis camaradas.

No conozco el nombre del matrimonio,

sólo sé que nos han prestado su segundo piso

con buena voluntad.

 

Pronto amanecerá,

nos mudaremos otra vez,

cargaremos el maletín,

discutiremos minuciosamente,

realizaremos bien nuestro trabajo.

Mañana por la noche dormiremos en otro colchón prestado.

 

Ya empieza a amanecer,

este cuarto de seis metros cuadrados,

pañales colgados del cordón eléctrico,

el foco tiznado y desnudo,

los juguetes de celuloide,

los colchones prestados,

las pulguitas.

 

De todo esto me despido.

Hay que continuar el trabajo

para hacer florecer

nuestras flores:

 

la flor del matrimonio,

la flor del niño de pecho.

Para que florezcan estas flores

de pronto, plenamente.

 

CANTO

Tú no cantes.

No cantes a las flores de cerezo

ni a las alas de las libélulas,

no cantes al murmullo del aire

ni al aroma del cabello de las mujeres.

 

Niégate

todas las cosas débiles,

todas las cosas frágiles,

todas las cosas melancólicas.

 

Rechaza

todas las cosas sentimentales

y canta con franqueza

lo que piensas,

lo que llena nuestro estómago.

 

Canta las cosas que penetran al corazón,

canta un canto que aúlle cuando lo destrocen,

un canto que brote desde el fondo del agravio.

 

Estos cantos

cántalos valerosamente con una melodía severa.

Estos cantos

clávalos con martillo en el corazón de la gente.

 

UNA FOTO APARECIDA EEN EL PERIÓDICO

Fíjese en el segundo hombre colocado a la izquierda:

es mi hermano,

el hijo de usted.

 

Es su otro hijo, mi hermano,

vestido con polainas,

con mochila de campaña a la espalda,

forrado con cartucheras.

Mi hermano,

al que ordenaron levantar el fusil,

rellenarlo de balas,

desenfundar la bayoneta.

 

Allí,

frente al paredón del arsenal de Shangai,

donde le ordenaron ponerse de pie, despatarrado.

Mire, madre,

lo que su hijo va a hacer:

su hijo está a punto de asesinar,

está a punto de matar sin razón a gente desconocida.

Las manos de su hijo gentil

de repente golpearán.

Mire cómo los brazos de su hijo se repliegan

para que su bayoneta penetre un pecho

repentina, agudamente.

 

Y mire,

más allá del paredón,

en aquel edificio,

en muchos cuartos, corredores, escaleras y sótanos,

otros hijos de otras madres que se parecen a usted

hacen saltar los candados,

saquean las cajas fuertes,

despegan pisos y techos, robando, violando,

destrozando las espaldas,

los pechos que les oponen resistencia,

pechos redondos, con tetas, pechos arrugados

                                           [como los suyos,

despedazados con bayonetas como la de su hijo.

 

Oh,

no aparte la mirada, madre,

no desvíe la mirada del hecho de que han convertido

                                           [a su hijo en asesino,

de que publican su retrato de asesino en el periódico,

no lo oculte con su palma que tiembla

ante la evidencia de que existen miles de madres

a quienes han enterrado un puñal en el pecho,

ante la evidencia de que usted es sólo una de ellas.

 

Madre,

madre, la única para mi hermano y para mí,

no cierre sus ojos bañados de lágrimas.

 

SALUDOS DE LA NOCHE 

Regreso en la noche,

mi compañero, mi sombra en la pared,

regreso en la noche.

 

Voy a salir un rato

a echarme una copita.

Mi hermano sobre la pared,

vas a aburrirte solo,

pero aguántame un poco

que regreso en seguida.

 

A mi regreso, claro,

podrás hacerme llorar, como siempre

y así te divertirás.

 

A tus plantas

me echaré a llorar dócilmente.

 

Entonces, mi hermano sobre la pared,

vuelvo en seguida.


Escrito por Redacción


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