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Desde sus orígenes, nuestro planeta ha estado sujeto a un largo proceso de transformaciones. La primera atmósfera que se formó no estaba oxigenada, no había seres vivos. Tuvieron que pasar miles de millones de años para que se dieran las condiciones necesarias para nuestra existencia. La vida en nuestro planeta apareció aproximadamente cuando habían transcurrido tres mil 500 de los cuatro mil 700 millones de años (ma) que se le calculan; y el ser humano, hace apenas tres millones. De esto se desprende que, así como las demás especies, el hombre necesita un rango determinado de condiciones ambientales y recursos para existir. Para que la especie perdure, dicho rango no debe ser alterado.
En la historia de la tierra ha habido varios episodios de cambio climático (calentamiento y enfriamiento), algunos fueron tan extremos que provocaron extinciones masivas y arrasaron hasta con 90 por ciento de las especies que existían en ese momento; otros obligaron a los primeros grupos humanos a migrar hacia otras áreas del planeta para salvarse. Han desaparecido miles de especies y se modificaron muchas otras que lograron adaptarse a las nuevas condiciones y a modificar el entorno donde viven. Lo que hagan o dejen de hacer las especies, incluido el hombre, influye en el ambiente y éste influye en ellas.
Las acciones del hombre, principalmente las iniciadas en la Revolución Industrial y desarrolladas en la sociedad capitalista, han provocado cambios de diversa magnitud en el ambiente y propiciado una situación de emergencia. Ahora, en el escenario del calentamiento global, ¿cómo garantizamos la sobrevivencia de nuestra especie, la disponibilidad de alimentos, medicinas, agua potable, vestidos, oxígeno?¿Cómo disminuimos la concentración de dióxido de carbono (CO2) y los demás gases de efecto invernadero que están provocando eventos meteorológicos extremos y afectando a humanos y demás seres vivos?¿Cómo evitamos que se incremente drásticamente el nivel del mar e inunde las ciudades costeras; que las sequías e inundaciones provoquen más pérdidas de cosechas en todo el mundo; o que la acidificación y el calentamiento de los océanos disminuya drásticamente la producción de alimentos provenientes del mar?
La respuesta está en la conservación y la restauración de los ecosistemas terrestres y marinos, especialmente en aquellos cuya magnitud e importancia ecológica desempeñan una función central en el equilibrio del planeta entero. Es el caso de la Amazonía, la selva tropical más grande que absorbe un cuarto del total de CO2 de la atmósfera, y que con ello contribuye a mitigar y regular el calentamiento global; que alberga 20 por ciento de las reservas de agua dulce y aporta 20 por ciento del oxígeno producido en el planeta. Además, la extraordinaria diversidad y las múltiples funciones e interacciones de sus especies proporcionan diferentes bienes y servicios, sin los cuales la población local y mundial difícilmente podría sobrevivir.
La amenaza del cambio climático es realmente seria, no estamos listos para hacerle frente una vez que se intensifique; desconocemos cómo evolucionará este fenómeno en algunas regiones del planeta, así como la totalidad de los cambios que provocará en la superficie terrestre y en la disponibilidad de los recursos, de los que dependemos. La mediana investigación científica que existe al respecto suele ser ignorada por los principales gestores de decisiones en las sociedades. Ciertos gobernantes niegan la existencia de este fenómeno (Donald Trump); otros no consideran la implementación de políticas, ni la distribución de los recursos económicos indispensables para atacarlo (Andrés Manuel López Obrador); incluso unos más insisten en mecanismos que tienden a reforzarlo, como es el caso de la explotación en el uso de combustibles fósiles y la deforestación (AMLO y Bolsonaro, respectivamente).
Ante esta situación, ningún político puede darse el lujo de ignorar la crisis climática y menos de destruir lo único que puede salvarnos. Bolsonaro no debe, bajo ningún motivo, permitir quemas ni deforestaciones masivas como las que están generando los incendios en el Amazonas para favorecer a ciertas empresas y perjudicar no solo a los 34 millones de seres humanos que habitan en esa región, sino a la población mundial. Bajo la jurisdicción del gobierno de Brasil se encuentra el pulmón del planeta, por lo que su obligación es global y de sus políticas depende, en gran medida, el futuro de la especie humana. Es decir, Bolsonaro no está en condiciones de ponerse a “jugar con fuego”.
Los países más pobres serán los más afectados, situación de empleo informal, vulnerabilidad laboral, agricultura de subsistencia y falta de protección social.
Es muy insuficiente (y disminuye cada vez) el presupuesto asignado a infraestructura hidráulica para 2024; según expertos, México necesita 85 mil mdp durante 10 años continuos para garantizar el acceso al agua.
Trump amagó con renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”.
“El agua es nuestro derecho”, “sin agua no hay vida”, son consignas de miles de mexicanos que cada día tienen menos agua debido a una falta de estrategia hídrica.
Los incendios forestales, el abandono de la flora mayor por cuenta de los tres niveles de gobierno y la desaparición del Fondo para la Atención de Emergencias (Fonden) están acabando con los bosques y selvas de México.
La existencia de esta bomba ha sido detectada y advertida por especialistas.
Estamos ante una monumental y despreciable campaña propagandística para ocultar el hambre, la sed, las enfermedades, el sufrimiento indecible que ya padece, y que se incrementará, la clase trabajadora de Acapulco y sus alrededores.
"La Conagua no está haciendo lo que debe hacer y si sigue gastando en lo mismo (que en años anteriores), no tendremos ningún avance”
El estudio “Riesgos potenciales en materia anticorrupción de la CFE: El caso de la compra de carbón en Sabinas, Coahuila”, revela que CFE compró carbón por dos mil millones de pesos a través de 60 adjudicaciones directas.
Nuestro Reporte Especial recoge datos alarmantes y diversos testimonios a lo largo del país que demuestran las fallas y negligencia del Sistema Judicial para resolver de manera justa y efectiva las denuncias por violencia de género.
De acuerdo a los encuestados el 70 por ciento no cuenta con empleo y de estos, el 61 por ciento perdió su trabajo por causa del coronavirus.
La configuración económica y geopolítica mundial surgida de la Segunda Guerra Mundial está dejando de existir, modificada por el ascenso de nuevas potencias y por la decadencia de los centros de poder económico occidentales.
En todos los países se debe cobrar consciencia de la necesidad de una sociedad nueva, un mundo justo y equitativo donde los pobres no sean relegados y olvidados.
De 240 mil hectáreas (ha.) de frijol que, en promedio, se sembraban en años anteriores, se pasó a 210 mil ha. en este ciclo; y, según los expertos, la producción aprovechable será del 40 por ciento.
Situación similar ocurre en la Ciudad de México y su zona conurbada donde en este mes de abril, las altas temperaturas que se registran origina que haya un periodo intenso de sequía.
Escrito por Citlali Aguirre Salcedo
Maestra en Ciencias Biológicas por la UNAM. Doctora en Ecología por la Universidad de Umeå, Suecia.