Cargando, por favor espere...

Oponerse al poder absoluto con que sueña el Presidente
La propuesta de cambio al Poder Judicial ha provocado mayor inconformidad entre sus múltiples componentes.
Cargando...

En el primer minuto del pasado 21 de agosto, ministros, jueces y trabajadores del Poder Judicial (al menos mil 700) se declararon en paro de laborales contra la reforma constitucional que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pretende imponer, este lunes 26, mediante la aprobación de un dictamen que en nada cambiaría el contenido de su iniciativa original, un “regalito de despedida” cuyo objetivo perverso consiste en modificar el sistema de gobierno republicano existente en México desde hace un par de siglos.

Lo más significativo y sospechoso de esta crisis política –nunca vista en el pasado reciente y que indudablemente traerá consecuencias negativas para muchos mexicanos– es que ni la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ni su partido Morena se beneficiarán, porque los exhibe como “lobos hambrientos” que quieren devorar al único poder de la federación que hoy se mantiene independiente.

La propuesta de cambio al Poder Judicial que ha provocado mayor inconformidad entre sus múltiples componentes consiste en que jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sean nombrados por elección popular; es por ello que las dos expresiones más a la vista en las movilizaciones convocadas al paro son: “Jueces por voto popular, no; carrera judicial, sí” y “Juzgar no es asunto de popularidad. Basta de mentiras, el Judicial es un poder honesto”.

Más allá de lo que se diga en la esquina sureste de la Plaza de la Constitución, donde convergen físicamente los poderes Ejecutivo y Judicial, los mexicanos debemos recordar a los morenistas que la división de poderes es la base de toda democracia, que esta separación garantiza la independencia de cada uno de los tres e impide, al menos en el papel, que uno quiera intervenir en los otros dos.

Pero ¿esa independencia realmente existe? ¿Los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial han sido realmente autónomos? Las dos décadas pasadas, en las que gobernaron dos panistas, un priista y un morenista, nos ofrecen la respuesta: en los cuatro periodos sexenales el Poder Ejecutivo controló, por vía “democrática”, al Poder Legislativo (cámaras de Diputados y Senadores) y al Poder Judicial; por lo que los tres poderes se juntaron y la división de poderes sólo significó una “buena intención”.

Hoy, más que nunca, podemos constatar que los partidos políticos son marionetas controladas por el presidencialismo; prueba de ello es la reelección, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), de Alejandro Moreno, Alito, con el apoyo de Morena y AMLO, quien no sólo manda en el tricolor sino, convertido en la ley “suprema” en una autocracia con disfraz “democrático”.

El Poder Ejecutivo en México es tan poderoso porque la Carta Magna y las leyes complementarias le otorgan muchas facultades; y en algunos casos interfieren en los ámbitos de los otros dos poderes. A este hecho se debe que, durante más de 30 años, no reflexionamos en que vivíamos bajo una dictadura encabezada por el Presidente en turno. Nos guste o no, ésa fue y es la realidad.

En México, el Presidente no respeta la independencia de los otros poderes; y tampoco toma en cuenta la voluntad del pueblo, del que sólo se acuerda cuando hay elecciones. Nada cambió con Morena en el poder; como un dictadorzuelo, AMLO destruyó prácticamente todas las instituciones públicas y autónomas, el tejido social y sus acciones de gobierno profundizaron la pobreza, la violencia y el abandono.

Las reformas que AMLO y Morena están imponiendo al Poder Judicial solamente son un paso más para conseguir el control absoluto. Los cambios, planteados engañosamente con el argumento de que el pueblo será el que elija a “sus” jueces, magistrados y ministros, tienen el verdadero propósito de que el Ejecutivo Federal goce de mayor injerencia en el Poder Judicial, lo que representa un grave riesgo para la justicia mexicana.

Por estas razones, el paro de los trabajadores del Poder Judicial es justo y debe ser respaldado por todos, a fin de evitar que se consume el objetivo de concentrar todo el poder en un solo individuo, lo que acarrearía más pérdidas y tragedias a los 130 millones de mexicanos. El tiempo dirá quién tiene la razón y hacia dónde se encamina nuestro país; pero lo que sí es seguro es que nada bueno auguran las reformas al Poder Judicial, que por ahora nadie puede detener y menos si el pueblo no se erige como una gran fuerza social para impedirlo. Por el momento, querido lector, es todo. 


Escrito por Miguel Ángel Casique

Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).


Notas relacionadas

La existencia de esta bomba ha sido detectada y advertida por especialistas.

El incremento autorizado es del 3 por ciento, sin embargo puede variar en las casetas dependiendo del tipo de vehículo.

La Extinción de Dominio no supone ningún tipo de pago proveniente del Estado.

El proyecto de reforma constitucional propone la suspensión de permisos para producir energía eléctrica de autoconsumo, incluidos los que estén en trámite, por lo que desaparecerían los autogeneradores de electricidad.

El pueblo en poco tiempo se ha hartado de la palabrería y marrullerías del actual gobierno.

En el 2023 se cometieron en México unos 6 mil 378 crímenes de extrema violencia (o atrocidades) denunció la organización Causa Común.

El ex funcionario refiere que los opositores a la actual administración son catalogados por el gobierno de la Cuarta Transformación (4T), como “neoliberales”.

La senadora con licencia Kenia López denunció que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, preparó las críticas contra Xóchitl Gálvez en EE. UU. “porque están muertos de miedo”.

Se contabilizaron 261 muertes dentro de las Fuerzas Armadas.

El gobierno de la 4T es un gobierno neoliberal embozado que, con el pretexto del combate a la corrupción, está empeñado en encoger al Estado reduciendo sus funciones.

El diplomático visitó por primera vez Palacio Nacional durante el mandato de la presidenta Sheinbaum.

“Los apoyos serán personalizados, va a haber una tarjeta, ya nada de intermediarios, no se va aceptar eso de que soy de la organización independiente Plan de Ayala y dame a mí y yo lo voy a entregar, que soy de la Antorcha mundial y yo lo voy a entregar.

El gobierno de AMLO está implementando programas sociales que carecen de un diseño cuidadoso previo

Los problemas se acumulan peligrosamente, se agravan cada minuto y la autoridad se torna más sorda y más represiva.

Obligación fundamental de todo Estado... garantizar la vida y la seguridad personal de los ciudadanos, junto con el derecho de propiedad y el disfrute irrestricto de la riqueza. Sin tales garantías, el Estado se deslegitima y pierde su razón de ser.