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La muy conocida Tesis onceava sobre Ludwig Feuerbach resume la novedad esencial del marxismo: transformar (revolucionar) el mundo importa más que interpretarlo de una manera distinta, por muy original que una nueva lectura del mismo parezca al gusto exquisito de la intelectualidad hambrienta de jeroglíficos y ansiosa por fagocitar el “último grito de la moda” ideológica; transformar el mundo en abierta e irreductible contraposición a la actitud característica del materialismo anterior, que presentaba el defecto principal de asumir una posición contemplativa frente a “lo existente, la realidad, lo sensible”.
De aquí resulta que el punto de vista propio del marxismo, como advierte Vladimir Ilich Ulianov Lenin, “es el punto de vista de la vida, de la praxis”, de la misma manera que el materialismo histórico considera la historia como praxis, como actividad. Con todo, no pocas figuras y figurines de la actual “república de las letras” conservan la noción de que el materialismo histórico constituye un “determinismo” vulgar que convierte el “factor económico” en el “demiurgo de la historia y su verdadera sustancia, reduciendo el resto a simple epifenómeno e ilusoria superestructura”, prejuicio prehistórico, antediluviano, que los condena a habitar en la creencia (“las ideas se tienen; en las creencias se está”, advirtió José Ortega y Gasset) de la idea que Johannes W. Goethe tenía –aquí sí con toda razón– del materialismo del Siglo XVIII: que el marxismo representa una doctrina “gris”, “cimérica”, “cadavérica”, lugar común ya muy esclerotizado que aparece sintetizado en un “severo” juicio del poeta estadounidense Wallace Stevens, según el cual “Marx arruinó a la naturaleza”.
“Gris es toda teoría, y verde el árbol dorado de la vida”, sentencia el autor del Fausto; pero el punto de vista de la vida es, precisamente, el punto de vista del marxismo, motivo por el cual el materialismo marxista no presenta el monocromatismo del materialismo grisáceo del Siglo XVIII, sino el verdor perenne y la lozanía inagotable del árbol dorado de la vida. Así las cosas, materialismo marxista no equivale a “determinismo económico”. Los detractores adocenados del marxismo confunden uno con otro y propagan, como una conclusión inédita, la idea ya muy manida, manoseada, de que el marxismo no constituye más que una “doctrina” que sacrifica todos los demás factores al “factor económico”. Pero el punto de vista de los factores resulta ajeno por completo al materialismo marxista.
Sin embargo, el marxismo no asume el criterio de la “práctica” en el mismo sentido que el pragmatismo. El marxismo propone un “experimento activo”; propone “una filosofía activista, voluntarista, dinámica”. En otros términos, marxismo tampoco equivale a pragmatismo. Marxismo equivale, más bien, a “filosofía de la acción”. En la circunstancia única de tomar la revolución, la práctica revolucionaria, como punto de partida, reside la fuerza social, el punch inigualable e inigualado del marxismo; el crítico literario inglés Terry Eagleton expresa esto de manera contundente al observar que no hay “gobiernos cartesianos”, ni “guerrilleros platónicos” ni “sindicatos hegelianos”. Con esto, Eagleton ilustra el impacto práctico (social) del marxismo en comparación con la esterilidad efectiva de doctrinas filosóficas de ningún modo fútiles como el cartesianismo, el platonismo y el hegelianismo.
El impulso de “subvertir prácticamente” el mundo distingue al marxismo de todas las filosofías, precedentes y sucedentes. No por otra razón, la suerte de la filosofía en el mundo capitalista depende de una clase social, el proletariado. A juicio de Marx, “la filosofía no puede llegar a realizarse sin la abolición del proletariado, y el proletariado no puede abolirse sin la realización de la filosofía”.
Federico Engels comparte una perspectiva análoga cuando reconoce que “el movimiento obrero de Alemania es el heredero de la filosofía clásica alemana” y no, como más de un profesor o culterano doctor alemán hubiera creído, los filósofos de gabinete o los cenáculos intelectuales, ni siquiera los discípulos directos de las principales figuras de la misma filosofía. ¡No!, Engels no juega aquí el papel de vulgar testador de una herencia común y corriente; la filosofía clásica alemana representa un patrimonio social que corresponde, por razones también sociales e históricas, de mucho mayor peso que las normas arbitrarias del derecho patrimonial burgués, a los obreros alemanes en primera instancia y, a fin de cuentas, a los proletarios de todos los países. El legado filosófico de Kant, Hegel, Fichte, Schelling, etc., pertenece, por derecho propio, a los trabajadores de todo el mundo; la clase obrera mundial es la heredera legítima de la filosofía clásica alemana.
Indicó que su movimiento rechaza que en México no haya persecución política, como aseguró el mandatario en su mensaje a la nación, pues actualmente el antorchismo ya sufrió una primera sanción.
“El Movimiento Antorchista hace arte porque así lo demanda nuestra labor política, nuestra labor de organización y educación de un auténtico movimiento
La confianza de los mexicanos hacia la justicia de la 4ª T se deteriora aceleradamente día a día. Y una de las razones para ello es el escaso respeto al derecho y la abierta manipulación de las leyes
La alianza Va por México fue suspendida debido a a la ruptura entre las corrientes internas del “tricolor”, ya que éste promovió una reforma constitucional a la ley orgánica de la GN que profundizaría la militarización en México.
Para empezar, un fideicomiso no es un ente administrativo donde puede haber directivos corruptos o aviadores.
La descalificación de AMLO a la propuesta de Ramírez Cuéllar –muy a su estilo– y la airada repuesta de éste, demuestran que Morena sigue sin rumbo.
Sabedores de que en ocasiones es casi imposible ser consecuente con ello, pues las circunstancias políticas y económicas que rodean algunos medios de información no lo permiten
Presidente mexicano le interesa estar en los medios y lo obtiene; por un lado sigue usando su "mañanera" y por el otro anunciando, periódicamente, temas que más que aportar generan ruido y cortinas de humo.
Rodríguez ya ha colaborado con López Obrador. Cuando este fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, la funcionaria se desempeñó como directora general de Participación Ciudadana.
Muchos estados esperan alcanzar el color de riesgo mínimo y lograr la estabilidad para que puedan regresar a las aulas.
Los senadores no avalaron la reforma educativa tras la discusión de los cambios constitucionales en lo particular.
La prioridad de esta administración son los megaproyectos, los cuales serán concluidos en los próximos años. En contraste, México suma la trágica cifra de 169,760 defunciones por Covid-19.
El gobierno federal está obligado a esclarecer estos casos que ya movieron la indignación nacional e internacional sobre la situación de los periodistas y el riesgo para los activistas.
“Los antorchistas impulsaremos un presupuesto justo para la agricultura, para los campesinos más pobres”, finalizó.
El Primer Informe no es más que otro evento para promover la imagen presidencial; nada nuevo dio AMLO y tampoco queda clara una línea clara de acción o un plan completo, bien estructurado para los siguientes años.
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Escrito por Miguel Alejandro Pérez
Maestro en Historia por la UNAM.