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En esta columna anunciamos, sin ser prestidigitadores ni aprendices de brujo, la crisis que se avecinaba y, al propio tiempo, lo peor de todo, que nuestro país no estaría preparado para recibirla por la falta de crecimiento económico y la equivocada opción del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de “poner todos los huevos en la canasta” de Petróleos Mexicanos (Pemex) para, según su modelo, sacar al país del atraso, cuando ese esquema autosustentable ya demostró su insuficiencia para invertir e incrementar, con ello, la capacidad productiva de Pemex y convertirla en la potencia mundial que se pregona. La razón consiste en que el petróleo de aguas someras o en tierra, pero de fácil extracción, ya se acabó y ahora solo queda explorar en aguas profundas o usar la técnica del fracking; pero ni la vía de la exploración es posible, por lo incosteable para la empresa, ni la vía del fracking, por cuestionarla los grupos ambientalistas y al propio AMLO. El resultado: un modelo de desarrollo debilitado y dependiente de una sola actividad económica, con reducción de la inversión publica y privada, vulnerable a los choques externos que ya están golpeándonos.
La crisis anunciada por nosotros es la hija bastarda de los ciclos naturales del capital, explicados por Marx en su magnífico y no refutado hasta ahora Tomo I de El Capital; sin embargo, ahora se tiene un componente nuevo: la agudización de la descomposición capitalista que se expresa en la caída de los precios del petróleo, el descenso de las bolsas y las dificultades de los países “desarrollados” para enfrentar el coronavirus, debido a que el individualismo predomina encima de la colectividad, a diferencia de lo hecho por el comunismo chino, que tomó medidas enérgicas para evitar una afectación mayor en una población de mil 300 millones de personas. El capitalismo muestra síntomas de debilidad y símbolos de su incapacidad para atender los grandes problemas de la gente. Con la reducción del consumo de petróleo en China, derivado de la reducción forzada de la producción de mercancías por el coronavirus, Arabia Saudita procura elevar los precios del petróleo buscando un acuerdo con Rusia para disminuir la oferta de crudo y, con ello, elevar el precio; por su parte, Estados Unidos (EE. UU.) ha incrementado su producción debido la técnica fracking, que consiste en romper la roca madre con la presión de chorros de agua salada del mar y ha incrementado su oferta, afectando al mercado mundial. Rusia, por otro lado, sabe que si provoca el aumento de precios con la disminución de la venta de petróleo, favorecerá a EE. UU., y no quiere contribuir al fortalecimiento de su enemigo ni pretende perjudicar a China, que ahora enfrenta al virus nacido en su territorio.
Debido a la falta de acuerdos, Arabia Saudita anunció que el objetivo de su producción petrolera incrementa la oferta y la respuesta de Rusia fue la misma: no está dispuesta a bajar sus expectativas de producción; porque con sus costos podría aguantar el golpe de tal disminución hasta por 10 años; de esa manera ayuda a China, pero perjudica a EE. UU. El golpe fue demoledor.
Las bolsas de valores cayeron de un golpe por debajo del nivel de 2008, lo que hizo perder miles de millones de dólares a los grandes capitalistas. Se dice que ese día, el empresario Carlos Slim perdió seis mil 500 millones de dólares (mdd).
¿Y México? Totalmente incapaz de soportar el golpe de esta reducción del precio del petróleo, pues, como advertimos, hay una disminución de la producción y estamos muy lejos de la meta puesta por AMLO; de tal suerte que el golpe a las finanzas públicas es devastador, pero también lo es a los bolsillos de los consumidores de gasolina Magna, pues se quita de golpe el subsidio al IEPS y, con ello, habrá que pagar más. De hecho, hoy es más cara la gasolina en México que en EE. UU., allá está a dos dólares con 29 centavos por galón, es decir, 12 pesos por litro, a 20 pesos por dólar; pero en México la Magna (verde) está en 19.45 pesos por litro, es decir, 7.45 pesos más cara. ¿Cuál será el resultado? Se incrementarán los precios de los productos, pues aquellos que requieran gasolina para su distribución incrementarán sus costos, que trasladaran al consumidor. Golpe, pues, a los más desprotegidos.
Dice AMLO que estamos blindados. Es cierto que hay herramientas previstas por Enrique Peña Nieto para atender este tipo de choques, como los fondos de estabilización; pero, como al Presidente le importa más lo inmediato, su ganancia electoral, y no el futuro de México, no alcanzó a recaudar lo planificado y tomó dinero de esos fondos, quemándolos y vulnerando al país. En su momento señalamos que no era ni correcto ni conveniente destinar todos los recursos públicos a las famosas “tarjetitas”, dejando de lado la inversión pública, pues ello no incrementaría el consumo, porque la producción de bienes no respondería de igual manera al incremento súbito de la demanda por las transferencias directas, lo cual se comprueba con la baja de la inversión pública y privada. Como resultado del aumento de precios, la dádiva entregada mediante una tarjeta perderá su poder de adquisición y, por ende, el “beneficio” se volverá humo.
Todo el poder del país se halla concentrado en una persona cuya única estrategia para afrontar los problemas es minimizarlos una mañana sí y otra también; pero esta política no nos sacará del atraso y menos servirán para ello las ocurrencias, ahí donde la ciencia nos reclama. Lo advertimos y ahora se comprueba. Lo que hoy está sucediendo confirma la necesidad de que el pueblo se organice, forme su partido, tome el poder político por la vía democrática y gobierne con la vigilancia y la acción del pueblo. Ya debe quedar claro que no basta con ir a votar y esperar a que todo mejore; si queremos que todo cambie y mejore, no nos queda de otra más que hacer que las cosas sucedan con la participación organizada del pueblo en el Movimiento Antorchista. A eso nos llama la historia: súmense a esta gran causa social.
El pueblo bajo vive en la ignorancia y nadie se preocupa por su emancipación. El hombre intelectual, naturalmente tiene que apartarse de él.
La SEP no informó que en el país existen cientos de escuelas que carecen de agua.
MCCI reveló que 490 millones de pesos del extinto INSABI se destinaron a la empresa Romedic, propiedad de Jorge Amílcar Olán Aparicio, amigo de Andy López Beltrán.
Hizo un llamado a todos los actores políticos, a los partidos, a los simpatizantes a que respeten las reglas del juego democrático y no enrarezcan el proceso electoral.
Es necesario el apoyo del gobierno para repartir insumos alimenticios entre la población para poder prevenir una inestabilidad social en el país.
México es el último lugar entre los países de la OCDE en la recaudación de impuestos, y que son las MIPYMES, las que generan entre 70 y 80% de los empleos del país.
"Agradecerle al pueblo de Estados Unidos a su gobierno y a usted presidente Trump por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos".
López Obrador estaría en una operación político-electoral para lograr desaparecer la mayoría de los organismos públicos autónomos, que protegen los derechos ciudadanos ante posibles abusos del Ejecutivo.
En suma, el tan cacareado gasto social y la pretendida preferencia por los pobres en el presupuesto de la 4T no es lo que se dice.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recibió un país con problemas graves, los cuales hoy no solo no han disminuido, sino que se han intensificado y multiplicado.
El número de ocupados informales fue 31.6 millones, lo que representó 55.8 por ciento de la población ocupada, y subió en 2.16 millones respecto al mismo lapso de 2020.
AMLO se irá de Palacio Nacional, sin comprender que su “popularidad” se debió a las entregas monetarias en efectivo con las que brindó estabilidad política a la oligarquía comercial, industrial y financiera de México.
Loret aseguró que el presidente, “está enfurecido, fuera de sí, y hoy demostró que quiere usar todo el peso del Estado, todo su inmenso poder, para atacar a un periodista”.
Una de sus fallas más importantes consiste en el uso de los padrones del Censo de Bienestar, aplicado por los llamados Servidores de la Nación.
Todo parece indicar que el límpido y brillante plumaje de Morena anda manchado y percudido por el propio AMLO.
Escrito por Brasil Acosta Peña
Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.