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En alguna oportunidad escuché decir que la matemática no es una ciencia, puesto que no se somete al método científico (común en los manuales de investigación científica), es decir, a grandes rasgos, seguir la siguiente metodología: realidad problemática, planteamiento de una hipótesis, contrastación de la hipótesis, conclusiones. Incluso es común ver en algunas universidades exigir este mismo proceso, para trabajos de investigación en matemática, por ejemplo, en las tesis, causando desconcierto en el estudiantado. Esta confusión académica es la que pretendo aclarar en este artículo.
En primer lugar, ¿qué entendemos por ciencia? Ciencia es un tipo de pensamiento creativo cuyo producto final es el conocimiento. La metodología para obtener el conocimiento depende de sus objetos de estudio; en ese sentido, puede ser de dos formas: formal o fáctica, es decir si trata de constructos o de hechos. Por constructo u objeto conceptual entendemos una creación mental (cerebral), pero no psíquica.
La matemática y la lógica son ciencias formales porque tratan de constructos, ideas que se encuentran en la mente humana, por lo tanto, no se sirven de procedimientos empíricos. El resto del conocimiento humano es fáctico, es decir trata de cosas concretas, como fenómenos físicos, biológicos, químicos, históricos etc. Las ciencias fácticas, a su vez, se puede dividir en naturales (física, biología etc.) o biosociales (psicología, historia, educación etc.).
Por ello, para las ciencias fácticas, no existe una única metodología de investigación, sino alguna que se adapte al hecho estudiado. Sin embargo, la matemática no estudia hechos concretos, por ello, es independiente de su posible contenido o interpretación con los hechos, es decir, es ontológicamente neutra.
Al matemático no se le dan objetos de estudio, él los inventa, descubre sus propiedades y los conecta con otros objetos inventados, constructos interconectados conceptualmente interpretables. En su génesis es posible que se valga de objetos concretos o de fenómenos sociales para inventar constructos (por ejemplo, números), pero rápidamente se queda con lo conceptual. Es por ello que los objetos matemáticos no se encuentran fuera de nuestros cerebros.
Los objetos matemáticos se encuentran dentro de la mente humana de manera conceptual y no fisiológica, la representación matemática de los objetos tiene como propósito la operatividad y servir de soporte cognitivo, además de perennizar el conocimiento.
Como toda ciencia, la matemática es racional, sistemática y verificable; sin embargo, tiene su propia metodología de estudio con características singulares. La deducción matemática (demostración) usa la lógica estricta, no recurre a la experiencia, establece un punto de partida (axiomas) y reglas de juego coherentes y consistentes.
Las verdades que se derivan del sistema de conocimiento matemático no son absolutos, sino relativos a las reglas de juego iniciales, por ejemplo, la conmutatividad del producto es cierto en los números reales, pero deja de ser cierto en las matrices. Toda demostración matemática es final, atemporal, dentro de un cierto contexto geográfico, por ejemplo, el teorema de Pitágoras, válido en el plano euclidiano, puede ser extensible en una esfera, no será la misma fórmula, pero conceptualmente es la misma idea.
Estas diferencias entre las ciencias formales y las ciencias fácticas, impiden que se les examine conjuntamente; por lo tanto, exigir una misma metodología de investigación no es posible, dada la naturaleza de los objetos de estudio y las características particulares de su investigación.
La matemática es rigurosa, sus afirmaciones son finales y autosuficientes e inventa sus teoremas perfectamente establecidos; sin embargo, en las ciencias fácticas la interpretación de los hechos es inagotable y siempre perfectible; por lo tanto, su metodología es una sucesión de aproximaciones a la realidad temporal.
Las ciencias formales y la ciencia fáctica tienen como propósito común inventar estructuras generales (leyes). Las disciplinas en donde no existe este aporte no pueden llamarse ciencias, y suelen ser lo más atrasado; por ejemplo, la política, donde no existen axiomas básicos en el comportamiento de los políticos. Por lo demás, el trabajo científico en general requiere audacia en la conjetura, rigurosa prudencia, para demostrar (matemática) o someter a contrastación las conjeturas (fácticas).
La influencia que han ejercido las ideas de Platón (Atenas, 429-347 a. C.) en la mente de los matemáticos perdura hasta nuestros días. Matemáticos contemporáneos como G. H. Hardy y Kurt Gödel son declarados platonistas.
Al igual que todos los virus de ARN, los coronavirus tienden a mutar de manera muy frecuente.
El famoso Axioma de elección juega un poco con la intuición humana, ya que demuestra que todo conjunto puede ser bien ordenado, aunque no se muestra cuál es ese orden.
Julio Verne nació en Nantes, Francia, en 1828. Fue un brillante escritor y divulgador de la ciencia.
Con sus ataques a las instituciones educativas y culturales, López Obrador pretende eliminar el pensamiento crítico, una actitud retrógrada muy parecida a la que hace varios siglos desembocó en el asesinato de judíos en la primera mitad del Siglo XX.
Escribir es, en un escenario de rapidez y polarización, un acto revolucionario, además, contribuye "a la memoria, la concentración o la asociación de ideas", sostuvo el profesor de Psicología.
El cero, concebido como ausencia de cantidad, no existía en el mundo griego, puesto que no creían en el no ser; su presencia se vino a establecer muy paulatinamente.
Ante el actual embate del cambio climático, ¿cómo superará la humanidad dicha contradicción? ¿Mediante la competencia o la cooperación?
Por ello, ahora como antes, es de vital importancia que los científicos dejen de ser una élite que atesora el conocimiento, y que devuelvan éste al pueblo. La ciencia se nutre en el pueblo.
Científicos confirman que fragmento de roca recuperado hace 11 años es el material más caliente jamás encontrado en la Tierra.
Pero los métodos subjetivos de conocimiento de la historia como el de comprender (o “verstehen”) no resuelven el problema de la objetividad.
La alquimia árabe resultó ser una inspiración a Roger Bacon y, más tarde, a Isaac Newton.
El capitalismo es el sistema económico dominante en el mundo.
Hay registro de que del norte del país se hacían envíos periódicos de hatos a Puebla, CDMX y la zona de los volcanes. Sin embargo, la ganadería no prosperó debido a que la actividad principal en el centro del país era agrícola.
Las distopías, en esencia, orientan a los espectadores en ese mismo sentido, es decir, al conformismo.
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Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla
Colaborador