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Por miedo irracional –el cual prende mejor con la ignorancia- en Jalisco unos conductores del transporte público le negaron el viaje a varias enfermeras para “impedir el contagio” y otros, más viles, les rociaron alcohol y cloro. En Morelos una centena de personas amenazaron con quemar un sanatorio para evitar que fuera utilizado en la atención a pacientes del coronavirus. El miedo a contagiarse puede ser un reflejo instintivo de supervivencia, pero también revela la esencia de lo humano en nuestros días: el egoísmo atroz. Vivimos en una sociedad que concibe a la fraternidad como un gesto de cobardes y tontos. No afirmo que sea la naturaleza de la humanidad en general, sino la de esta época. Cada vez más nuestra sociedad nos obliga a competir por las moronas que tiran los dueños de los oligopolios: educación, vivienda, trabajo, salario digno, salud… Existen condiciones objetivas que avivan ese aspecto de autosuficiencia en la personalidad del individuo y la cultura capitalista -por ejemplo a través del mito de la “meritocracia”- idealiza esa incapacidad para preocuparse por los demás, por generar empatía. Se ha dicho que esto nos causa descalabros psicológicos, soledad, desesperanza, depresión y también, lamentablemente, nos acerca a la autodestrucción. Apocalíptico pero real. Las pandemias, las guerras, el hambre sólo catalizan este lado tenebroso de nosotros, los “hombres civilizados, educados en la democracia”.
José Saramago imaginó una situación similar en su Ensayo sobre la ceguera: una infección en masa que provoca una ceguera blancuzca. El contagio cunde sin dificultades; rebasa ipso facto las capacidades del Estado. Cuando los hombres del poder advierten que el problema los desborda, les cuesta “... poner en marcha el maldito engranaje oficial”; se asustan y pierden el control; entonces echan a andar medidas drásticas que sólo aceleran el caos. Saramago exhibe la verdadera faz de los políticos: la vida de sus gobernados nunca fue su prioridad. La esperanza languidece cuando el personal médico -el únicos con posibilidad de curar este mal- se enferma
rápidamente. Los primeros infectados son recluidos en las instalaciones de un sanatorio. Apelmazados, son obligados a coexistir; cuando la pandemia arrasa, dejan de ser pacientes, para convertirse primero en presos y luego en monstruos. La deshumanización es total. En el tosco adocenamiento, la comida escasea, pero no la suciedad y otras enfermedades más; ignoran que el mundo de afuera arde en peores condiciones.
Los personajes no tienen nombre. Los reconocemos como el médico, la esposa del médico, el primer ciego, la mujer con gafas, el niño estrábico, etc. De ellos la que brilla en esa blanquitud, es la esposa del médico; sin serlo, se finge ciega para no abandonarlo. Homenaje a la fortaleza femenina, liderazgo nato que se forja y crece ante las dificultades. Personaje memorable: ser la única que no pierde la vista es una metáfora diáfana del líder, que ve y guía, pero esa capacidad para vislumbrar también es un castigo: es testiga muda de la podredumbre en que rápidamente cae esa porción de humanidad. El edificio moral le resulta ridículo ante ese estado animal del “sálvese quien pueda”; asiste al desmoronamiento y se espanta, pero calla para no paralizar de miedo a sus allegados, pues en torno a ella un grupo de personajes peculiares se cohesionan. Batallar para no sucumbir por el hambre. Saramago en este cataclismo nos advierte que el más fuerte físicamente no es el que sobrevive, sino el más inteligente y el más unido al resto; parece anunciar que el desinterés por el dolor ajeno es la lección más poderosa de esta pandemia.
El Premio Nobel nos dice también que el miedo paraliza y luego destruye. Como hoy cuando desinformar causa un placer macabro o quizás sólo es un mecanismo para ahuyentar el propio miedo. “Así, de cama en cama, iban las noticias circulando por la sala, desfiguradas cada vez que pasaban de un receptor al receptor siguiente, disminuida o agravada la importancia de las informaciones, conforme al grado personal de optimismo o pesimismo propio de cada emisor”.
Y leemos: “Organizarse ya es, en cierto modo, tener ojos”. La mujer del médico los guía, porque ellos mismos son conscientes de que, de otro modo, es decir, solos, morirían enseguida. El grupo se hace compacto pero no exento de dificultades. En sus historias sufrimos las variadas aristas que posee un ser humano.
Hoy con la pandemia nuestra ufana civilización tiembla. El miedo al hambre asoma los dientes y las garras. El instinto nos dice que nos salvemos individualmente, que olvidemos al otro. Pero esas prioridades no nos llevan muy lejos. Saramago nos ayuda a pensar en las consecuencias de esta actitud funesta del hombre. La fluida prosa del autor portugués no se propone azuzarnos o aterrorizarnos con los efectos de una pandemia, sino que además de deleitarnos crea esperanza al advertirnos que la fortaleza humana radica en la fraternidad, la solidaridad y la unidad, no en la disgregación… Eso es darnos luz ante la ceguera que nos produce el miedo al horrendo desastre.
Conforme avanza el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la estrategia de "abrazos, no balazos", ha fracasado, ya que, de acuerdo con el SESNSP, los asesinatos han aumentado de manera alarmante.
El gobierno de la llamada “Cuarta Transformación (4T) ha jugado con la información y ha enviado mensajes encontrados.
La dependencia económica, la dotación de un presupuesto insuficiente y la impuntualidad en la entrega de éste han provocado desde hace años una crítica situación en la vida universitaria.
La comunidad de La Huexca –cuya población corresponde a mil habitantes– se ubica a no más de 500 metros de la Termoeléctrica. No es la única afectada por el proyecto de la CFE. En el estado de Morelos, el proyecto incluye a una decena de municipios.
Todos los mexicanos apoyen, como un solo hombre, las demandas de que el Gobierno Federal equipe los hospitales, los provea de medicamentos, equipos de protección sanitaria.
México ocupa el primer lugar como gobierno de autocracia, seguido por Kenia, India, Corea del Sur, Alemania, Polonia, Argentina y Brasil.
El INE –dijo-, es el órgano constitucional que tiene como mandato expreso organizar los procesos electores.
Y añado que un periodista de verdad no puede ni debe dejarse arrastrar por sus fobias personales cuando escribe sobre alguien a quién reprueba de antemano.
Tendrá que pasar una década para regresar a la economía similar al 2018. “Nos habíamos recuperado de la crisis del 2008”, señaló Armando Bartra.
“Esta asociación no tiene conocimiento si la propuesta de manejo de arbolado fue ejecutada conforme al contenido del documento".
En el informe presidencial reciente, los funcionarios públicos de la 4T, que sirven más de floreros y de comparsas, vitorearon los éxitos que su jefe ha alcanzado.
El sector, ya en crisis ante la nula inversión pública, se agita más porque la obra privada está paralizada por la pandemia.
A unos meses de concluir el sexenio de AMLO y en el contexto de la conmemoración del 1° de Mayo, podemos afirmar que la política laboral bajo el gobierno de la 4T también resultó ser un engaño, pura demagogia y manipulación.
“Esa embajada de México en España no tiene otra lectura que el pago por la entrega de la elección al crimen organizado”, escribió el perredista.
El gobierno de la 4T no está haciendo nada, o lo que hace es muy poco, lo preocupante es que piensa que está resolviendo los problemas y propiciando un verdadero cambio
Oaxaca de Juárez, dos años sin relleno sanitario
OMS aprueba nueva vacuna de mpox en niños
Rusia lanza misil balístico sin carga nuclear contra Ucrania
Denuncia Coordinadora Territorial del Pueblo de Mixquic acoso y violencia política
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Aumenta trabajo infantil informal en el Centro Histórico de CDMX
Escrito por Marco Antonio Aquiáhuatl
Columnista