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A los pobres les llueve sobre mojado
En Yucatán, la lluvia duró 36 horas seguidas. Cuando empezó a llover, las familias trataron de proteger sus cosas, pero, en la mayoría de los casos, fue inútil porque la inundación los arrastró.
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La lluvia comenzó el sábado 30 de mayo, siguió el lunes 1° de junio, y el martes dos el agua había inundado todas las casas en las que destruyó camas, otros muebles, documentos personales, estufas, refrigeradores y todo lo que halló a su paso.

En seis estados del sureste –Quintana Roo, Chiapas, Campeche, Yucatán, Veracruz y Tabasco–, la tormenta tropical Cristóbal causó más daños en menos tiempo que la pandemia generada por el Covid-19, ya que sus vientos de 95 kilómetros por hora y lluvias arrasaron viviendas y cultivos, y dejaron siete millones de damnificados, según la Secretaría de Protección Civil Federal.

En Yucatán, la lluvia duró 36 horas seguidas. Cuando empezó a llover, las familias trataron de proteger sus cosas y desconectaron aparatos electrónicos para evitar que se descompusieran o provocaran cortos circuitos; pero, en la mayoría de los casos, fue inútil porque la inundación los arrastró con la poca comida que había en sus casas. Miles de familias yucatecas padecieron esta misma mala suerte.

Para entonces, Yucatán registraba mil 933 casos positivos por Covid-19 y 223 muertes, y con Cristóbal llovía sobre mojado, especialmente a los habitantes de la región sur de la entidad, en su mayoría campesinos pobres. 

En gran parte de los municipios y aldeas de esta zona, las inundaciones llegaron, en promedio, a la pantorrilla de una persona adulta; las calles se convirtieron en ríos de agua, lodo, piedras, incluso con los maderos y las láminas metálicas o de cartón con que estaban construidos los hogares de las comunidades más pobres.

yucatán

El martes dos de junio, algunas comisarías de los municipios de Canakom y Tiholop pidieron desesperadamente auxilio porque la inundación alcanzó un metro de altura y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tuvo que activar el plan DN-III con el que comenzó a montar albergues temporales para los damnificados.

Ese mismo martes, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), estuvo en el municipio de Maxcanú para inaugurar el Tren Maya en compañía de Mauricio Vila Dosal, el gobernador de Yucatán. Esta ceremonia duró una hora, pero ni él ni el mandatario estatal mencionaron nada sobre la dramática situación de los damnificados por la tormenta tropical.

Para el miércoles tres de junio, los estragos causados por la lluvia sobre las comunidades al sur del estado alcanzaron su nivel más alto cuando los campesinos mayas dieron por perdidas sus cosechas. Ese mismo día, el director de Protección Civil del Estado, Enrique Alcocer Basto, anunció que por los menos 46 municipios de la zona entre Valladolid y Tekax, habilitarían albergues para las familias afectadas en escuelas o iglesias, aunque varias familias prefirieron acudir con sus parientes por temor a contagiarse de Covid-19.

En Tekax, Tzucacab, Oxkutzcab y Muna los agricultores reportaron pérdidas totales en sus cosechas de sandía, maíz, calabaza, chile y frijol, en las que habían trabajado todo el año. La desaparición de sus cultivos en solo tres días con sus noches, así como la inundación de sus hogares, los hundió en la tristeza y la impotencia absoluta, aunque algunos intentaron rescatar objetos de valor afectivo o ciertos utensilios de entre los escombros. 

Indundación

Luis Fernando Palma Cáceres, presidente de la Unión de Ejidos Agropecuarios del Cono Sur, narró al diario El Universal que las torrenciales lluvias complicaron mucho más la crítica situación económica que enfrentaban, porque la pandemia ya les había arrebatado hasta 40 por ciento de sus ventas, e informó que había solicitado a las autoridades estatales y federales algún tipo de apoyo o crédito emergente para volver a las labores de siembra.

En Mérida y en los municipios afectados, las autoridades municipales usaron pipas para sacar el agua de las calles en las colonias afectadas y para crear pozos pluviales para que el agua se filtrara más rápido y no se encharcara. En algunos fraccionamientos de la capital, como Las Américas, hubo quejas por la filtración de agua en los techos.

Hasta el fin de la semana anterior, de acuerdo con información oficial, solo se había reportado la muerte de dos menores, en el municipio de Uayma, debido a las inundaciones.

Todavía no hay Fonden 

Fue hasta el jueves cuatro de junio cuando el gobernador Vila Dosal se dejó ver para decretar la “alerta naranja” por las lluvias intensas. Lo hizo durante una visita a Celestún, una comunidad en la costa este de Yucatán donde, además, invitó a las familias a acudir a los refugios temporales para salvaguardarse del mal tiempo.

Inundaciones

A través de la plataforma de Youtube declaró, asimismo, que en las últimas 72 horas había llovido 25 por ciento más de lo que llueve todo el año en Yucatán y anunció algunas medidas temporales para ayudar a las familias. Pero fue hasta el cuarto día de la tragedia cuando Vila Dosal solicitó al Gobierno Federal que declarara como zona de emergencia a la entidad para que se habilite el Fondo para la Atención de Emergencias (Fonden) y contar con recursos para superar los daños físicos ocasionados por la tormenta Cristóbal.

Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, el Gobierno Federal no había atendido aún la solicitud del ejecutivo estatal de Yucatán. 

En el sur de la entidad cientos de familias que aún no pueden regresar a sus casas, pues el agua continúa subiendo. En algunas comunidades de Oxkutzcab, el agua llega al cuello de los habitantes. Tekax se encuentra aislada, porque la entrada por carretera está completamente cerrada.

En la región centro del estado sigue subiendo el agua y, en varias colonias de Kanasín y Mérida, la inundación alcanza un metro de altura, pues la lluvia no cesa. Huertas familiares, aves de traspatio, animales para consumo y venta, producción de carbón vegetal, todo se ha perdido.

Varias comunidades se encuentran prácticamente incomunicadas, pues las lluvias destrozaron los caminos principales; los servicios básicos son prácticamente inútiles porque los postes y los cables de trasmisión eléctrica están caídos, con lo que existen riesgos de accidentes. El Ejército continúa brindando apoyo básico a las familias en los albergues y las áreas dañadas.

Gobernador

El número de los contagiados por el Covid-19 en Yucatán rebasaba los dos mil y los fallecidos llegaban a 240.

El viernes cinco de junio, el séptimo día de lluvia, el gobernador Vila Dosal se presentó en Tekax, una de las zonas más afectadas, para evaluar daños. Con el agua hasta el torso, se paseó, se tomó fotos acompañado de funcionarios locales y oficiales del Ejército, e invitó a los damnificados a acudir a los refugios temporales.

El gobierno estatal habilitó 71 albergues en 31 municipios, donde hay mil 703 personas resguardadas. Un helicóptero está en conexión permanente con las 22 comunidades que quedaron incomunicadas por las lluvias, mientras que en Tekax funciona un comedor comunitario donde se preparan alimentos para siete mil 500 damnificados de los municipios aledaños.

Las continuas lluvias cobraron su tercera víctima en el municipio de Yaxcabá, en tanto el Covid-19 sumaba dos mil 75 contagiados (47 más) y 245 defunciones.

La depresión tropical número tres y luego tormenta Cristóbal, formada con los remanentes de la tormenta Amanda, afectó a decenas de miles de familias en todo el estado. Tan solo en Tekax, las víctimas fueron más de 20 mil, según el alcalde Diego Ávila Romero.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que, en solo cuatro días, se precipitaron 395 mm sobre Yucatán, el volumen rebasó el promedio histórico de 141.7 mm en todo el mes de junio y que, por lo mismo, superará con mucho el promedio histórico anual de 1006 mm. Es decir, en cuatro días cayó el 39.2 por ciento de la precipitación de todo un año.

En una entrevista con El Heraldo TV,  el gobernador Vila Dosal contabilizó en cuatro mil millones de pesos las pérdidas materiales, incluidas las cosechas de 95 mil hectáreas de cultivo, que representan el 85 por ciento de los cultivos en el estado. El gobernador recorre los municipios de Oxkutzcab y Tekaz y sus comisarías para entregar apoyos alimenticios.

gobernador

El personal de la Secretaría de Desarrollo Social del estado informó que hasta el momento ha otorgado cinco mil 30 cobertores a hogares y 650 paquetes de apoyo alimentario a familias vulnerables en seis municipios.

Fue hasta el domingo siete de junio cuando la Coordinación Nacional de Protección Civil anunció por fin la aplicación de recursos del Fonden; pero solo para 26 de los 106 municipios de Yucatán, por lo que el gobierno estatal tuvo que hacer una nueva solicitud para que el Gobierno Federal incluya a 38 municipios más en la declaratoria de emergencia.

María Fritz Sierra, Secretaria General de Gobierno afirmó que cuenta con las evidencias físicas para probar que la declaratoria de emergencia es indispensable en 64 municipios de Yucatán. Por lo pronto, el Ejército ha habilitado otro comedor comunitario en Dzizantun, que proporcionará tres mil comidas diarias a los damnificados.

Rolando Canché Pool, representante de la asociación Mayacab (Miel Maya), que agrupa a 150 productores, declaró al Diario de Yucatán que no se esperaban lluvias por tantos días y que la situación económica de los apicultores se complicó más porque con la contingencia sanitaria ya habían perdido 15 mil de 30 mil cajas de colmena.

Y mientras esto sucede, en los medios urbanos se prepara la primera fase de reactivación económica con la apertura de negocios esenciales –entre ellos, los del sector de construcción– los cuales deberá seguir un protocolo de sanidad; en las comunidades rurales ha comenzado la fumigación de calles y humedales para evitar otro mal que las lluvias también traen: los moscos que provocan el dengue.  


Escrito por Samira Hernández

Colaboradora


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