En la historia de las dominaciones humanas siempre se ha buscado un opio para adormecer las conciencias y desactivar la potencia transformadora de los pueblos.
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Tlacaélel Calzada Valdez
El pasado seis de febrero recibí una llamada de Tlacaélel Calzada Valdez con el propósito de pedirme ayuda para sonorizar la presentación del libro más reciente del ingeniero Aquiles Córdova Morán, La crisis terminal del capitalismo, petición a la que accedí y de inmediato nuestros especialistas fueron a colaborar en los trabajos que él dirigía con profesionalismo y puntualidad. No era la primera vez que trabajábamos juntos en tareas de audio y siempre nos pusimos de acuerdo. Además de ser un compañero sencillo, Tlacaélel siempre cumplía sus tareas con esmero.
El sábado 17 de febrero, un día frío y lluvioso Tlaca, como le decíamos de cariño, sufrió un accidente automovilístico y perdió la vida cuando estaba a punto de llegar a Tecomatlán para cubrir sus labores políticas. Tenía apenas 33 años y ya no podemos contar con su experiencia, espíritu de trabajo y amistad. Su pérdida ocurrió en una de las terriblemente deterioradas carreteras de nuestro país, que durante este gobierno sexenal se han vuelto más intransitables y peligrosas. En su artículo[1]¿Y el foquito rojo, Tlaca? el compañero Miguel Ángel Casique aporta con mayor detalle los hechos más relevantes de su infancia, estudios profesionales, responsabilidades, etcétera.
El líder nacional del Movimiento Antorchista Nacional (MAN), el ingeniero Aquiles Córdova Morán, dio también un último adiós a nuestro camarada en el panteón de Tecomatlán, donde descansan los restos de los antorchistas más destacados que trabajaron por la causa de los pobres. Lo hizo con la presencia de la familia de Tlaca y otros importantes líderes del antorchismo nacional. El maestro Aquiles no habló de las cualidades técnicas de Tlacaélel, pues ésas fueron expuestas por el ingeniero Homero Aguirre, de quien recibió enseñanzas muy positivas y con quien trabajó en el área de prensa como encargado de grabar las actividades públicas del ingeniero Córdova Morán.
El maestro Aquiles centró su reconocimiento a Tlacaélel recordando que había trabajado directamente con él en la grabación de sus pronunciamientos públicos, labor que fue de gran utilidad para la educación política del antorchismo y el pueblo de México, especialmente durante el calamitoso periodo de la pandemia de Covid-19, cuando la difusión de sus ideas y recomendaciones fueron esenciales para los antorchistas. En su oración fúnebre, el líder del MAN instó a los jóvenes entregar su vida a la lucha revolucionaria, a la construcción de una sociedad mejor y a realizar este trabajo sin recibir pago alguno pero con la convicción de que al abrirle los ojos al pueblo lo están haciendo consciente de que debe luchar por sí mismo para liberarse.
El dirigente nacional del antorchismo detalló la situación de extremo deterioro en la que viven los trabajadores, afirmó que México está lejos de resolver sus problemas nacionales y que, por el contrario, éstos se han agravado desde el paso por la Presidencia de la República de los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, del priista Enrique Peña Nieto y ahora del morenista Andrés Manuel López Obrador, quien tiene al país abandonado a su suerte y a la gente comprada (no toda) con unas tarjetitas cuyo dinero no sirve para sacar de la pobreza a los beneficiarios.
El maestro Aquiles concluyó su discurso con esta emotiva alocución: “lo que nosotros tenemos que rescatar de Tlacaélel es esto último que yo dije. Sobre todo los jóvenes. ¿Para qué tienen su vida los jóvenes? Se lo tienen que preguntar, ¿qué van a hacer de su vida los jóvenes? ¿A quién le van a entregar su esfuerzo? ¿A los ricachos que como sanguijuelas le están chupando la sangre todo el tiempo a la gente trabajadora? ¿A ellos les van a servir? ¿Se van a volver drogadictos y marihuanos? ¿Se van a ir a Estados Unidos (EE. UU.) a dejar allá su esfuerzo abandonando aquí a su pueblo, que los necesita?... el país no les da oportunidad, entonces van a dejar su vida a EE. UU., y México se está descapitalizando de hombres y mujeres que pueden ser grandes, tal y como la gente que va a trabajar allá. Yo llamo a los jóvenes a que la piensen, a que traten de hacerse como Tlacaélel, que entiendan que dar la vida por los demás es mejor que quitarle la vida a los demás para uno vivir rico.
“Como dijo Einstein, mucha gente siempre piensa qué le podrán dar sus semejantes, (pero) poca gente piensa qué le podré dar yo a mi pueblo, a mi gente; qué le podría dar (uno)... Pensamos en qué nos pueden dar a nosotros, pero no en qué podemos dar. Pensemos entonces en qué podemos dar, compañeros. El que vive para los demás está seguro que cuando muera va a sobrevivir…
“Los hombres que se mueren, las mujeres que se mueren físicamente, cuando sobreviven en el corazón y en la mente de sus semejantes, no se mueren del todo. Permanecen vivos en el recuerdo de sus semejantes. Y mientras más noble y más honda y más profunda (sea) su obra, más profundo y más noble y más hondo, es el recuerdo que dejan en sus semejantes.
“¿De qué nos vamos a acordar de una gente que nunca hizo nada? ¿De qué nos vamos a acordar? En cambio, de Tlacaélel, cada vez que veamos uno de sus videos, nos vamos a acordar, aunque no queramos. Dejemos huella en la vida, compañeros. Y la mejor manera de dejar huella en la vida, nos la está diciendo el compañero Tlacaélel.
“Vine a despedirme de él. Vine a dejarlo en su última morada, porque conocí a Tlacaélel, lo valoré, trabajé con él y era mi obligación… venir a despedirme de él y a decirle en efecto, Tlacaélel, en Antorcha seguirás vivo mientras haya un antorchista vivo”.
Descansa en paz, querido Tlaca, que entre nosotros seguirás vivo.
[1] (5) ESTÉNTOR POLÍTICO Miguel Ángel Casique... - Miguel Ángel Casique | Facebook
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Escrito por Brasil Acosta Peña
Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.