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Algunos sostienen que la política en el mundo entero se encuentra dividida en dos posibilidades supuestamente únicas que aparentemente se excluyen entre sí: populistas o tecnócratas. La disyuntiva parece ineludible aquí también. No hace mucho, un expresidente de México puso el grito en el cielo en relación con cierta “ola de gobernantes populistas e ineptos” en Latinoamérica, en contraste con “liderazgos decididos y capaces”. El mal resulta necesario en ambos casos. Y las masas tienen que aceptar el do ut des inexorable. Gobernantes populistas “incapaces”, o bien liderazgos “capaces antipopulares”. Escila o Caribdis.
La inminente encrucijada de 2024 parece actualizar, en el caso mexicano, la vieja disyuntiva que Daniel Cosío Villegas formuló mucho tiempo atrás en una larga entrevista: prosperidad material o libertad política. Cosío Villegas explicó ahí que la solución de los grandes problemas de México se encontraba en saber conjugar un binomio imprescindible: democracia y crecimiento económico. A su juicio, el porfiriato había significado una suerte de proyecto unilateral que había sacrificado el factor democrático en aras del crecimiento económico. Los gobiernos posrevolucionarios habían seguido, en cambio, el camino de privilegiar la democracia en detrimento del crecimiento económico. Se trataba de conjuntar progreso económico y democracia.
Por supuesto que el análisis de Cosío Villegas representa una aproximación racionalista o iluminista a un problema mucho más complejo que no puede resolver un rey filósofo bienintencionado. Algunas investigaciones recientes revelan, sin embargo, que la disyuntiva espuria permanece vigente. Populistas o tecnócratas. Un informe de la Universidad de Cambridge contrapuso no hace mucho a “líderes tecnócratas” con “líderes populistas”.
Neoliberalismo y populismo son vistos, por tanto, como dos fenómenos antagónicos y mutuamente excluyentes: el populismo se encuentra en las antípodas del neoliberalismo. Constituyen en realidad dos momentos mutuamente complementarios. El neoliberalismo es ante todo un programa intelectual que incluye ideas sobre la sociedad, la economía, el derecho, etc. La más conocida de todas es la idea neoliberal de la economía. De ahí que se considere que el neoliberalismo es sólo un credo económico.
Pero no se planteó como un nuevo programa económico nada más, se presentó también como una nueva racionalidad política; el neoliberalismo no sólo es un programa económico, es también un programa político; como programa político persiguió en general el objetivo de “frenar, y contrarrestar, el colectivismo en aspectos muy concretos”, de contrarrestar las tendencias colectivistas que predominaron en el Siglo XX. La racionalidad política neoliberal consiste, grosso modo, en una política antipopulista.
La “razón” política populista representa el trasunto necesario de la “razón” política neoliberal. El político populista constituye la transfiguración también necesaria del tecnócrata neoliberal. Ambas figuras, aparentemente tan opuestas y divergentes, convergen en cuanto se examinan sus concepciones de la economía y la política. Sustentan ambas “el punto de vista de la sociedad civil” que dijera Carlos Marx: “la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad”.
Los populistas sólo han tenido odio por la época neoliberal sin comprender la solución de continuidad que representan en relación con el propio neoliberalismo. El populismo tiene, por consiguiente, una visión puramente negativa del periodo neoliberal. Se articula como una respuesta política que enraiza en los problemas estructurales más característicos de la sociedad contemporánea. El neoliberalismo rompió vínculos políticos y sociales, atomizando, disgregando el tejido social. El populismo permitió entonces la prestidigitación de “construir pueblo”, imbricando los hilos que el neoliberalismo destejió. El populismo practica, no obstante, la antigua psicología de masas: la vieja política de masas que no reconoce la necesidad de la preparación ideológica de la clase y de las propias masas.
Populismo y tecnocracia son en realidad dos opciones que se formulan en México sobre la base de la misma clase social: la burguesía nacional. La disyuntiva es falsa y desvía la atención del verdadero problema de que los trabajadores de México carecen de una representación política propia. La falsa disyuntiva entre populismo y tecnocracia soterra un problema mucho más importante: la necesidad indispensable, y cada vez más impostergable, de contar con una organización política independiente que represente los intereses históricos de las propias masas. Una “tercera opción” aparece, entre tanto, en el horizonte: una candidatura ciudadana que no responda a los partidos tradicionales de la “vieja política”. Una trampa que sólo puede engañar a los mismos incautos que alguna vez creyeron en la malhadada “tercera vía”.
El 15 de junio de 2020 se publicó en la Gaceta UNAM el acuerdo por el que se suspendieron las actividades antes referidas.
El PRI en el Congreso CDMX sostendrá una reunión con Alejandro Moreno, para definir la postura para ratificar o no a la Fiscal Ernestina Godoy.
Los mexicanos estamos mejor informados gracias a las redes sociales, y Morena será considerado como protagonista de uno de los episodios más negros de la historia de México debido a sus pésimos resultados en los rubros social, económico y político.
En diciembre de 2021, el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, envió al Congreso del Estado su proyecto de paquete fiscal para este 2022, sin embargo, no contempló las necesidades del pueblo yucateco.
Los enternecedores lomitos y michis suelen ser los principales sujetos de atracción en las primeras planas de los medios impresos, incluso evadiendo los graves problemas que afectan a las mayorías.
Desde el inicio del sexenio de AMLO la cantidad de tratamientos contra el cáncer financiados con recursos públicos ha disminuido drásticamente hasta llegar a cero en 2021.
La próxima semana habrá manifestaciones en la mañanera de AMLO y en las capitales de todos los estados para exigir justicia. Además, más de 6 mil Antorchistas protestarán el próximo 6 de junio.
Este sector del electorado ha crecido más desde el año 2020.
González Sánchez destacó la necesidad de que el Estado brinde educación, salud y seguridad de excelencia, además de reconocer el valor de las empresas para construir un país.
Campos Murillo fue acusado en 2011 por el Departamento de Justicia de EE. UU. por tráfico de mujeres en la costa Este.
No habrá un mundo seguro para ellas mientras el capitalismo patriarcal mantenga las mismas reglas y las siga explotando y envileciendo al igual que a los trabajadores varones.
En su Segundo Informe de Gobierno de su quinto año de trabajo, Valentín Martínez Castillo, Presidente municipal de Ozumba, afirmó que no se ha detenido el trabajo en cuanto a educación, ya que “cuanto más educadas las personas, mejores son las comunidades a las que pertenecen.
Cientos de organizados en el Movimiento Antorchista de Hidalgo acudieron a las inmediaciones de la Penitenciaria y Juzgado del estado para exigir la liberación de Domingo Ortega Butrón, líder social encarcelado desde el pasado 17 de junio.
La ola de malos resultados ha crecido de manera constante y difícilmente se puede ver un acierto del gobierno morenista de Puebla. La amenaza, represión y persecución políticas las ha convertido en sus mejores herramientas para mantenerse en el poder.
Movimientos sociales de diferentes partes de Brasil llegan a Curitiba, capital del estado de Paraná, para expresar su respaldo y también para dar la bienvenida el antiguo presidente y líder del Partido de los Trabajadores.
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Escrito por Miguel Alejandro Pérez
Maestro en Historia por la UNAM.