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Recientemente, la plataforma de streaming Netflix estrenó el documental de Jeff Orlowski El dilema de las redes sociales, que busca desentrañar las repercusiones perniciosas que está teniendo en la vida social el uso de las redes sociales. Para lograr su propósito, Orlowski da voz a varios exempleados de los gigantes de la industria de las telecomunicaciones que manejan ese negocio. Me parece interesante que este realizador haya escogido a personas que conocen el negocio desde sus entrañas mismas, pues fueron los artífices del mismo, lo cual nos permite conocer más de cerca los objetivos, los métodos y hasta las intenciones subyacentes de los amos del negocio más lucrativo del planeta en la actualidad.
Algo maravilloso, a decir de algunos de los entrevistados, se vislumbraba cuando las redes sociales aparecieron en la industria de las telecomunicaciones. Por ejemplo, en Facebook era admirable ver cómo, a través de esa red, se podían lograr cosas como encontrar familiares o amigos ilocalizables; como se podía obtener, por ejemplo, la donación de órganos para salvar vidas o mejorar las condiciones de salud de enfermos graves, etc. Sin embargo, nos dicen esos exempleados de las grandes compañías que manejan las redes sociales, pronto se pudo advertir la “otra cara de la moneda”.
Y se hace obligatoria la pregunta: ¿cuál es el problema de las redes sociales? Y entonces el documental nos describe algunos –los más importantes– de los efectos nocivos que ha generado el empleo de las redes sociales. Menciona entre los más notorios la adicción que ha generado en miles de millones de seres humanos el uso de los dispositivos electrónicos, a tal grado que existe un debate mundial sobre la pregunta ¿las redes sociales están generando depresión en los niños? Alguno de los entrevistados nos indica que en los últimos años, en Estados Unidos y otros países de “primer mundo”, las cirugías estéticas se han vuelto tan populares en los adolescentes, que los cirujanos han acuñado el nombre de un nuevo síndrome: “dismorfia de Snapchat”, la cual consiste en que los adolescentes y jóvenes quieren operarse para verse como en las selfies con filtros.
Pero no es solo un resultado espontáneo lo que está produciendo la utilización de las redes sociales; en realidad, los que manejan las redes sociales en todo el mundo persiguen un objetivo: “modelar las conciencias”. Y en esta tarea no importa si se echa mano de las “noticias falsas” (pone el ejemplo de cómo se puede manipular política e ideológicamente a los usuarios de Internet cuando se les dice que “comer comida china te puede contagiar de Covid-19”). Con estas formas pasamos de la era de la información a la era de la desinformación, dice alguno de los entrevistados por Orlowski.
Y esas nuevas herramientas mediáticas son utilizadas para “corroer el tejido social” (en esta parte del documental se hace énfasis en lo que probablemente le esté inquietando más a los dueños de las compañías de redes sociales y a los mismos gobiernos, pues “es preocupante” la utilidad política que se le da a las redes sociales por parte de los ciudadanos; la preocupación es precisamente porque esa forma de comunicación permita la conexión de millones de inconformes con la forma de gobernar o por las malas decisiones de pésimos gobernantes; en esto, Orlowski ve un mal; pero yo pienso, amigo lector, que en algo puede ser benéfico para las causas justas, aunque el realizador solo vea el aspecto negativo, lo cual puede ser algo intencionado.
El dilema de las redes sociales aborda el hecho de cómo el producto que las compañías “procesan” para lograr la obtención de fabulosas ganancias somos los mismos seres humanos.
En la propuesta del Conacyt que ha circulado entre la comunidad, identificamos tres graves problemas: la confusión entre gobierno y Estado, la centralización de las decisiones y la falta de referencia al financiamiento estable.
La intención es lograr un lente de material blando que logre un acercamiento, en un primer prototipo, de 32 por ciento con respecto a la visualización normal.
¡La carrera comienza! La marca cuyos autos alcanzan los 340 kilómetros por hora está en riesgo. Esto en el reciente estreno de la película Ferrari, de Michael Mann.
Marx añade: “… por más que la mayor fuente de suicidios corresponda principalmente a la miseria, los encontramos en todas las clases, entre los ociosos ricos tanto como entre artistas y políticos”.
Este sistema de producción agrícola forma un hábitat para la biodiversidad acuática de la zona y brinda un paraje paisajístico para residentes y turistas.
Las levaduras pertenecen a un tipo de hongos muy pequeños que únicamente podemos observar con ayuda de un microscopio.
Otras mujeres matemáticas también fueron importantes en la antigua Grecia; por ejemplo Aspacia de Alejandría (470-410 a. C.), pareja de Pericles.
Los médicos podrían comenzar a recibir la vacuna a finales de mes, dijo la viceprimera ministra, Tatyana Golikova, en la reunión.
El dilema de las redes sociales aborda el hecho de cómo el producto que las compañías “procesan” para lograr la obtención de fabulosas ganancias somos los mismos seres humanos.
Si la incidencia de plagas y enfermedades no acaba con los bosques, sí reduce significativamente su actividad fotosintética. En los tiempos que corren esto contribuye al calentamiento global.
La bacteria P. luminiscens actuó sobre las heridas de los soldados como un como un antibiótico muy eficaz, lo que explica por qué las heridas fluorescentes sanaban más rápido que las heridas sin la bacteria fluorescente. Seguramente, esta bacteria salvó la vida de varios soldados, ¿cómo pasó?
Saihanba, combinación de chino y mongol, es el nombre del bosque artificial más grande del mundo. Su objetivo, proteger a Beijing, azotada por tormentas de arena debido a la desertificación de sus alrededores.
Las cícadas son plantas únicas, sobrevivientes de casi 280 millones de años, compartieron espacio y tiempo con los dinosaurios y se consideran fósiles vivientes.
AMLO olvida que el desarrollo económico de un país está directamente relacionado con las inversiones en la investigación y la producción de ciencia y tecnología.
Los trabajos que pueden contribuir a un incremento en el riesgo de sufrir demencia destacan los que están relacionados con funciones mecánicas o procesos automatizados.
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA