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Soberanía alimentaria: fracaso de la 4T que Sheinbaum no detendrá
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó, el pasado 14 de abril, que México tiene “autosuficiencia y soberanía” alimentaria.
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La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó, el pasado 14 de abril, que México tiene “autosuficiencia y soberanía” alimentaria y que la importación de maíz amarillo –que en Estados Unidos (EE. UU.) se usa para alimentar ganado– se debe a la sequía que afecta a entidades como Durango, Sinaloa y Sonora. También dijo que va a crear un programa para aumentar la producción del maíz en el sur y sureste de la República. Sin embargo, tanto este anuncio como sus afirmaciones arriba citadas carecen de veracidad, porque la mayoría de los mexicanos consume maíz forrajero y ninguno de los nutritivos y saludables granos que desde hace miles de años se producían para elaborar tortillas, gorditas y tamales. 

Pero no es extraño que en sus “discursos de saliva” la señora de Palacio Nacional siga diciendo mentiras para demostrar que gobierna bien, que en el país no pasa nada y que la “soberanía alimentaria” está garantizada, ya que de su antecesor no sólo heredó la Presidencia y el partido Morena, sino también la tendencia a soñar y a desconocer la realidad de un país en el que el costo de los insumos va al alza, el precio de las cosechas a la baja, la sequía se extiende, la migración de campesinos aumenta, el apoyo gubernamental a la producción básica es insuficiente y todo esto juega en contra del programa morenista “cosechando soberanía”.

Y esto ocurre, además, cuando se ha lanzado la alerta de que la producción de granos y oleaginosas tendrá su peor caída de los últimos 25 años ya que habrá una reducción de 8.4 millones de toneladas, porque en lugar de las 40.8 millones que se produjeron en 2021 este año sólo se producirán 32.4 millones de toneladas de trigo, maíz y frijol, que forman parte de la dieta alimentaria básica de la mayoría de los mexicanos. Otro dato relevante es que durante el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la superficie destinada a cultivos agrícolas se redujo en dos millones 191 mil hectáreas.

Un estudio reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que el consumo nacional de alimentos producidos en el país (porcentaje identificado como coeficiente de autosuficiencia alimentaria) se redujo del 75 al 69.5 por ciento; que el consumo de productos agrícolas bajó del 65 por ciento en 2019 al 60.7 por ciento en 2022 y que se incrementó la dependencia alimentaria con el extranjero tanto en verduras, cereales, frutas y hortalizas, como en carnes, huevo, leche y sus derivados: por lo que el coeficiente de autosuficiencia pecuaria pasó de 85.8 por ciento en 2018 a 80.6 por ciento en 2022. ¿Se requieren más pruebas para demostrar el fracaso de la soberanía alimentaria?

Para rematar: información de productores agropecuarios revela que en 2024 se importaron 46.7 millones de toneladas métricas de granos y oleaginosas, un aumento histórico del 16.2 por ciento con respecto a 2023; en ese mismo periodo, la compra de maíz extranjero fue de 23.6 millones de toneladas (incremento del 20.3 por ciento; igual sucedió con el trigo (10.5), el frijol (32), el arroz (25.8), pasta y aceite de soya (35 y 41.8 por ciento).

El anuncio de Sheinbaum de que habrá una fuerte inversión en el campo no es más que un discurso dirigido para atraer votos, similar al de los apoyos monetarios de los programas asistencialistas; toda vez que su gobierno, igual que el de su antecesor, no se preocupa por crear infraestructura agrícola, de dotar a los campesinos con semillas mejoradas y no brinda la seguridad física que los productores agropecuarios necesitan para evitar que el crimen organizado los extorsione cuando cosechan y transportan sus productos. 

Cuando Morena asumió el poder prometió “soberanía alimentaria”, promesa incumplida debida a la falta de infraestructura hídrica, a la ausencia de avances tecnológicos en la producción agropecuaria sustentable; a las corruptelas que hundieron a Segalmex y al aumento en la importación de productos agrícolas, imparable desde que llegó a Palacio Nacional. Por estas fallas, por la sequía en varias regiones del país, la crisis arancelaria y los evidentes síntomas de recesión, las cosas pintan peor para el gobierno de Sheinbaum con su “segundo piso”.

Por el momento, querido lector, es todo. 


Escrito por Miguel Ángel Casique

Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).


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