Cargando, por favor espere...
Periodista y Directora Editorial de buzos de la noticia.
El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2021 y México no fue la excepción, las mujeres y colectivos de todo el país organizaron manifestaciones y jornadas de lucha en las principales ciudades de los estados, 14 según reportó la prensa, y en la Ciudad de México.
Las mujeres gritaron “¡basta!” contra los miles de feminicidios que se registran año con año y que van al alza en el país; gritaron “¡basta!” a las agresiones que se han agudizado contra las de su género, sobre todo durante la pandemia; gritaron “¡basta!” contra la sordera gubernamental, que no ha hecho más que agredirlas en vez de escuchar sus demandas; gritaron “¡basta!” a la falta de apoyo y a la eliminación de programas destinados a atender a madres solteras, a mujeres violentadas, apoyos para el hogar.
No es para menos. El hartazgo femenil se ha radicalizado en los últimos tres años con las administraciones de la Cuarta Transformación, por ello se las critica por pintar paredes, vandalizar esculturas y avenidas, se las señala y juzga por responder agresivamente a las vallas de las policías. No justifico su actuar, pero creo que es sano, necesario y urgente preguntarnos por qué su lucha se ha radicalizado. Veamos los datos.
En el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto se registraron 891 feminicidios, pero para el primer año de administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, los asesinatos de mujeres crecieron a 966 feminicidios, para 2020 los casos aumentaron a 969, más de dos asesinatos por día en promedio. De enero a octubre de 2021, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 842 feminicidios en el país, y todavía falta el registro dos meses para cerrar el año. Durante este tiempo, las entidades más violentas contra las mujeres, fueron Estado de México, Veracruz Jalisco y Ciudad de México.
Pero éste ni siquiera es el dato más alarmante, sino el presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), quien aseguró que entre 2015 y 2020, mil 962 niñas fueron asesinadas en México, es decir, durante cinco años, una niña fue asesinada a diario en México, ¡una por día! Es una tragedia que en un país que está dentro de las primeras economías del mundo, no se puedan destinar recursos, implementar programas, activar alertas para garantizar el principal derecho humano, que es el de vivir.
De hecho, la administración que se catalogó de feminista eliminó al menos 11 programas federales que tenían que ver con el cuidado, la atención, apoyo y defensa de este sector. No solo eliminó las estancias infantiles y albergues para mujeres violentadas, sino otros que incidían en el mejoramiento o reconstrucción del tejido social.
Además, recortó el presupuesto para otros programas dirigidos a este sector, entre ellos el de Promoción del respeto a los derechos humanos y atención a víctimas del delito, Políticas de Igualdad de Género en el Sector Educativo, Programa para el Monitoreo y Evaluación sobre la Política en Materia de Igualdad de Género, el de Apoyo Económico a Viudas de Veteranos de la Revolución Mexicana, programa para la atención de niñas, niños y adolescentes, entre otros.
Estando así las cosas, no es de extrañar que en esta administración los feminicidios y la violencia vayan al alza, si el propio Presidente y sus jefes de estados han mandado a reprimir a las mujeres que se han atrevido a manifestar su inconformidad y las principales avenidas del país. Ni siquiera es necesario hacer un recuento, basta con registrar el asesinato de Marisol Cuadras, una jovencita de apenas 18 años, que fue acribillada mientras se manifestaba contra la violencia contra la mujer en Guaymas, Sonora.
Marisol fue la víctima de un atentado contra el Secretario de Seguridad de Guaymas, según ha asegurado la autoridad, sin embargo, no deja de registrarse lo fácil que es matar a una mujer que precisamente se manifestaba contra el asesinato de mujeres. La pregunta es si su exigencia fue atendida, si su grito fue escuchado, si su muerte removió la conciencia de las autoridades, si su terrible asesinato cimbró a las estructuras gubernamentales. La respuesta es no; hasta ahora su asesinato -como el de miles de mujeres- no ha recibido la justicia que le corresponde. ¡Qué ironía, que coraje, que impotencia!
El IMSS publicó este miércoles su reporte mensual de empleo, en el cual informa que, en julio de 2020 se perdieron 3 mil 907 puestos de trabajo.
"Declaramos formalmente desde Palacio Nacional el fin de la política neoliberal, aparejada esa política con su política económica", dijo López Obrador desde Palacio Nacional.
Por lo pronto, las televisoras recibirán 450 millones de pesos por su servicio "sin fin de lucro" como dijo el mandatario mexicano López Obrador.
El diputado federal Rubén Moreira aseguró que la desaparición de los órganos autónomos de nada sirve si se utilizan los recursos en pago de pensiones y jubilaciones más justas porque es muy poco dinero.
Esa fuerza juvenil tiene que organizarse y luchar si quiere otro futuro. No tiene otra alternativa.
Hoy, la historia se repite, pero ninguno de los desastres registrados este año en esta entidad, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Chiapas, sirvió de argumento para evitar la desaparición del Fonden.
Coordinadores parlamentarios consideraron insuficientes las medidas anunciadas por el Gobierno de México para atender el coronavirus.
Francisco Rivas, director del Observatorio señaló que subieron 7 de los 13 delitos que registran.
El mandatario hizo este anuncio con una defensa al creciente rol de las fuerzas armadas en la seguridad pública de México, que tuvo los dos años más violentos de su historia en los primeros dos del sexenio de López Obrador.
Ignorados por el gobierno morenista, pacientes y personal médico de los hospitales públicos de Veracruz se hallan en grave riesgo sanitario.
Serán recibidos por la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y el nuevo fiscal de Guerrero el próximo 16 de abril.
México corre hoy el riesgo no solo de iniciar un sexenio perdido, sino de retroceder varios lustros.
En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.
El abasto esta garantizado, sobre todo de aquellos productos de mayor demanda en estos días por el coronavirus.
Ahora sabemos que la persistencia y ahondamiento de esa desigualdad ya no se explica por factores naturales sino por razones en el fondo económicas. O, dicho brevemente, por razones estrictamente humanas.
Toma protesta nuevo director de la DICEA en Chapingo
Más de 8 millones mueren al año por tabaco en el mundo
México sin soberanía energética y Pemex endeudada
Elección de Veracruz está marcada por violencia y tensión
Brote de gripe aviar encarece el pollo en México
Gaseros alistan paro nacional a 4 años de Gas Bienestar sin utilidades
Escrito por Adamina Márquez Díaz
Directora editorial de buzos. Egresada de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UNAM.