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El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) comenzó a abrirse paso entre los tres partidos más fuertes de la última década –el Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD)– con el antifaz de una organización política de “izquierda” y la promoción del actual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien desde la sucesión de 2012 empezó a capitalizar el hartazgo político de miles de electores y militantes de otros credos partidistas a quienes atrajo el discurso progresista y la “bonita idea” de una “Cuarta Transformación” (4T).
Pero entonces, la creación de ese instituto político todavía estaba muy cercana a la elección presidencial de 2012 y los acuerdos de ese nivel, tanto nacionales como internacionales, aún no podían darle el triunfo, porque Morena era una partido recién creado y necesitaba más “amarres” políticos con los grupos de poder regionales y los electores, que no estuvieran suficientemente manipulados –sí, aunque se escuche feo decirlo y leerlo– para decidir en una sola campaña de propaganda.
Ésta fue la razón por la que, hasta 2018, los autores de los acuerdos y amarres políticos de Morena lograron meter a AMLO a la Presidencia de la República como si fuera un Caballo de Troya y, con él, a muchos candidatos a diputados, gobernadores y presidentes municipales que, a pesar de que ni en su casa los conocían, pudieron ganar su elección con solo colarse a la sombra del “Mesías”.
Ha pasado ya un año y medio de ese suceso y, hoy, la vida de los mexicanos se ha vuelto mucho más complicada: los millones de pobres y desamparados del país se hallan en la desesperación por la falta de empleos y alimentos; las exitosas banderas de Morena andan en el suelo y la máscara de “izquierda” de AMLO se ha caído, y él mismo la está pisoteando a cada momento. AMLO no es un buen gobernante y Morena está muy lejos de ser una entidad política real o siquiera un partido oficial ejemplar con respecto a sus responsabilidades como partido en el poder.
Las recientes “discrepancias” entre AMLO y el líder de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, sobre las atribuciones que propuso dar al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para que investigue el patrimonio de los mexicanos y el gobierno aplique una política fiscal progresiva que incluya tasas más altas de impuestos para los más ricos, tiene algo más de fondo. La propuesta fiscal, dicho sea de paso, no es mala, pero su promoción en estos momentos y sin el respaldo social adecuado, es inoportuna.
La descalificación de AMLO a la propuesta de Ramírez Cuéllar –muy a su estilo– y la airada repuesta de éste, demuestran que Morena sigue sin rumbo; que cada quien tiene su feudo y que las tribus no se ponen de acuerdo para impulsar políticas públicas favorables a los mexicanos, sean ricos o pobres. En su respuesta a AMLO, Ramírez Cuéllar fue directo, especialmente cuando expuso que llegó a la presidencia de Morena para “lograr el Estado de bienestar. Yo no estoy aquí de florero ni de barandal de pleitos internos”.
Morena está autodestruyéndose, y muy pronto será un hecho su muerte política; AMLO anunció su próximo fin apenas llegar a Palacio Nacional: “ya no hay partido de Estado”, dijo, mientras exigía a los miembros de su gabinete que no se involucraran en asuntos partidistas. Hoy, cuando ha transcurrido la cuarta parte del sexenio, el Presidente no tiene claro qué hará en 2021, un año eminentemente electoral. No solo ha intentado desmarcarse de Morena, al menos en cuatro ocasiones ha tenido que advertir que si Morena “se corrompe”, la abandonará.
Morena ayudó en la movilización de los 30 millones de votos con que AMLO ganó la elección en 2018, y su declaración indirecta de que dicho partido ya no le sirve para gobernar fue un grave error político; si se consuma ese alejamiento, el Presidente se hallará en riesgo, porque las elecciones “están a la vuelta de la esquina”. Los líderes y políticos con inteligencia y alto compromiso social saben muy bien que para una organización de masas es indispensable para cumplir con los objetivos económicos y sociales que se prometen a la sociedad.
AMLO sigue creyendo que, como ya tiene el “poder absoluto”, puede caminar solo a 2021; pero Morena y sus líderes saben que no representan ni abanderan las necesidades más apremiantes de los mexicanos; es más, se asegura que muchos militantes morenistas, decepcionados, ya buscan nuevas opciones políticas, convencidos de que Morena y AMLO quedaron enanos frente a la complejidad de los grandes problemas del país.
La realidad está educando a los más de 130 millones de mexicanos y ya no creen en las mentiras de Morena y su “Mesías”. Hoy, el pueblo mexicano ha creado una fuerza social muy grande, de cuyas bases surgirán los líderes que se necesitan. Por el momento, querido lector, es todo.
En México no estamos viviendo un periodo sexenal de amor: todo lo contrario, el desamor y el odio son motivados por el Presidente de la República todos los días como parte de una estrategia mediática para aparecer como el “paladín del pueblo”.
En su novela El otoño del patriarca, el escritor Gabriel García Márquez, cuenta la historia de un dictador eternizado en el poder que a medida que lo alcanza la edad aumenta su maltrato a los ciudadanos y se vuelve cada vez más sanguinario.
“El que quiera llevar cubrebocas lo puede hacer, se protege uno con el cubrebocas, pero acuérdense desde que inició la pandemia, pero desde antes, nosotros estamos en contra del autoritarismo".
El Jefe del Ejecutivo aseguró que las obras de Palenque son “parte del desarrollo para la comunidad”.
No, México no camina hacia el socialismo en este proceso de la “Cuarta Transformación” (4T) bajo la presidencia de AMLO.
El monto total de la deuda es de 62 mil 442 millones de pesos correspondientes a 21 entidades federativas.
En su libro 2018, La Salida, Decadencia y Renacimiento de México, publicado por editorial Planeta en 2017, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) nos relata en palabras llanas su visión de país y de gobierno.
Entre las estructuras que corren riesgo por la construcción del Tren Maya está la antigua red conformada por más de mil cavernas excavadas por el agua en el suave lecho de piedra caliza de la región durante millones de años.
López Obrador está “festejando una política que es de suyo la mayor política neoliberal que un país puede adoptar”.
Durante su recorrido, los anarquistas causaron diversos destrozos, pintaron muros, ventanas, rompieron vidrios en comercios y edificios de gobierno
Las entidades con mayor número de personas halladas son Ciudad de México, Jalisco y Estado de México.
El programa contempla más de 100 millones de dólares. Se van a incorporar a un programa similar para Centroamérica
En resumen, el intento de Morena por controlar las autoridades tiene un claro fin: que la gente no proteste ante la falta de obras en las comunidades; por eso las protestan son reprimidas con la policía; aquellos texcocanos que no estén de acuerdo.
Por su parte, las terciarias ascendieron 0.4 por ciento, en tanto que las primarias disminuyeron 5.9 por ciento.
Una vez aprobada en el Senado, la veintena de reformas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) provocará más daños que beneficios socioeconómicos a millones de mexicanos.
Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).