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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció, el 13 de mayo, un plan nacional para la reapertura económica en tres confusas etapas. No desaprovechó la oportunidad para utilizar sus frases irrelevantes y vacías, que inundan su gobierno: “el regreso a la nueva normalidad”. La primera etapa inició el 18 de mayo y es para los 269 municipios de la “esperanza”, mientras que los lugares de la “desesperanza” deberán preparar las condiciones entre ese día y el 1° de junio para poner fin a la cuarentena; en esta fecha se iniciará la tercera etapa, y cada región regresará a la normalidad, dependiendo del color de un semáforo. Extraña que estas medidas sean opcionales y dependan de que los municipios y los gobernadores decidan implementarlas o condicionarlas. De esto se lee que el titular del Ejecutivo federal está rebasando límites y que hay rebelión abierta contra sus decisiones, que se dan en el periodo más crítico de la pandemia, o bien porque es una forma con la que pretende evadirse de la responsabilidad por su mal manejo de la misma, en la que destaca el ocultamiento de la información, ya que las cifras oficiales de contagios y defunciones son falsas, y diversos analistas locales e internacionales han puesto al descubierto. La mancuerna subsecretario de Salud-Presidente ha perdido credibilidad porque la pandemia no “está domada”, no hemos llegado a la cima de la curva, no la hemos “aplanado” y, según los cálculos de los matemáticos, los contagiados son más de un millón de personas y los muertos son miles más que los reportados.
El regreso a la “nueva normalidad” se produce a ciegas porque se desconoce el número real de contagios; las pruebas para detectar la enfermedad se aplican hasta que el enfermo acude al hospital y muchas veces no hay tiempo para eso. Se dejaron pasar momentos cruciales porque, en lugar de “salir a cazar el virus”, se esperó a que éste nos alcanzara en casa. Se ha jugado con la vida de miles de familias que hoy lloran a sus muertos. Los mentados municipios de la “esperanza” están libres de contagio no porque hayan adoptado las medidas sanitarias, o por el apoyo del gobierno, sino porque son lugares remotos –muchos en el estado de Oaxaca– donde lo que prevalece es la desesperanza, la miseria y el olvido de las autoridades. El regreso a la “nueva normalidad” obedece a dos motivos: el primero, a la presión del gobierno de Estados Unidos (EE. UU.), nación interesada en que no se rompa la cadena de suministros de las transnacionales gringas, cuyas partes se fabrican en México y, el segundo, porque la economía nacional se derrumba debido al nulo apoyo del Gobierno Federal a las empresas y a los trabajadores.
Todo esto está pasando en un país donde el hitleriano virus pareciera diseñado por una mente criminal que daña de manera selectiva a los más débiles, los enfermos, los viejos y los más pobres. La pasividad del gobierno lo hace responsable de las muertes que pudieron haberse evitado. Atrás quedó el lema de “primero los pobres” y, en los hechos, éstos llevan la peor parte. Se calcula que, por lo menos, se perderán 10 millones de empleos formales y si a esta cifra agregamos los 32 millones que hay en la informalidad –que fueron obligados a dejar las calles y algunos hoy se arriesgan a torear al coronavirus y a las autoridades– y los dos millones de desempleados reconocidos oficialmente, la cifra es descomunal. Si hacemos cuentas, la economía mexicana depende básicamente de menos de 14 millones de trabajadores que han logrado mantenerse estables.
La pandemia exhibió la fragilidad de la economía y la incapacidad del gobierno actual. Los hogares humildes son abandonados a su suerte, sin trabajo, en casa y sin dinero; el hambre es lo único seguro. Este gobierno será el responsable de que más de que 10 millones de mexicanos pasen a engrosar las filas de los desposeídos y que la pobreza aumente aceleradamente. Ante este escenario, un AMLO cínicamente previsor sabe que si los pobres aumentan, el orden social está en riesgo. Si antes criticaba la militarización, hoy no ha dudado en poner al Ejército en las calles. Los militares como garrote y contención de los pobres; y para los delincuentes, abrazos. En el México de la desesperanza, lo único que queda a las mayorías afectadas es una gran alianza nacional que termine con esta tragedia. Ha llegado la hora de unir todos los esfuerzos para que por la vía democrática y legal se ponga un freno a la llamada “Cuarta Transformación” (4T) antes de que la “nueva normalidad” nos alcance a todos.
La Cepal reportó que aún hay regiones de AL donde la pobreza supera el 60 por ciento de la población.
No creo que la imagen prejuiciada que nuestros detractores se han formado del Movimiento Antorchista Nacional
Más de 44 millones de estadounidenses pasaron hambre en el último año, entre ellos 1 de cada 5 niños, indica un informe del Departamento de Agricultura de los EE.UU.
México padece un rezago de 14 millones de viviendas como consecuencia de la pobreza, reportó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL)
Aseguró que también se ha acrecentado la pérdida de empleos y no se ha logrado estabilizar la inflación ni la economía del país.
Éste es el retrato de un gobierno desastroso que, debido a errores de concepción sobre los problemas de la realidad, los mexicanos deberán pagar más en los próximos años.
Los olvidados es un filme sin concesión alguna a la moral dominante, a la hipocresía de esa misma moral podrida del orden social existente.
El imperio quita a sus propios ciudadanos lo poco que antes les daba, perdiendo así apoyo social en su propio país y creando inconformidad.
La agraviante pobreza y el desempleo se expanden y la riqueza se concentra en unas cuantas fortunas.
El gobierno municipal lleva como consigna “no atender las demandas de los tuxtlecos, como el compromiso de ayudar en el drenaje que hoy se nos fue negada” justificó.
“Desde 2020, los cinco hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas. Durante el mismo período, casi cinco mil millones de personas en todo el mundo se han empobrecido", señala la Oxfam.
En ninguna época y en ninguna parte del mundo ha habido pobres sin que, al mismo tiempo, y como obligada consecuencia, exista una minoría de ricos a los que todo les sobra.
El mundo de la plusvalía está en su última etapa, se ahoga en su propia riqueza.
A tres años de iniciado el gobierno actual, los datos socioeconómicos disponibles no son esperanzadores, sino todo lo contrario.
Las tortillas de maíz nixtamalizado aportan gran cantidad de calcio porque el nixtamal se prepara con cal.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA