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En México, la inflación crece vertiginosamente y, aunque como concepto no está presente en la vida de los mexicanos, para la mayoría es una loza pesada que cargan todos los días. El jefe, la jefa de familia, o quien tiene la responsabilidad económica de comprar la despensa semanal, nota que los precios de los productos básicos subieron aceleradamente desde los primeros meses del año 2022; y que con su salario es cada vez más difícil satisfacer las necesidades del hogar. La inflación es “el aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una economía a lo largo del tiempo”, afirma el Banco de México (Banxico).
El problema no es menor si consideramos que gran parte de la población está en el sector informal de la economía y su nivel de ingresos es limitado. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en enero de 2022 la población económicamente activa (PEA), es decir las personas en edad de trabajar, fue de 57.7 millones: 55.5 millones se ocuparon, 2.2 millones no pudieron hacerlo; y 30.5 millones (el 54.8 por ciento) lo hicieron en el sector informal. Es decir, más de la mitad de la población que trabaja lo hace en el sector informal, donde los ingresos son insuficientes para hacer frente al gasto de la canasta alimentaria.
Al término del cuarto trimestre de 2021, el aumento de los precios de los productos básicos fue la causa por la que llegó a 51.6 millones el número de mexicanos, en cuyos hogares los ingresos laborales no eran suficientes para adquirir la canasta alimenticia. La inflación ha crecido por arriba de lo esperado por Banxico desde septiembre de 2021; y en febrero de 2022 se ubicó en el 7.28 por ciento anual acumulado. Lo más preocupante es que sus dos variables siguen creciendo, pues la inflación subyacente llegó al 6.59 por ciento y la no subyacente al 9.34 ciento. La primera mide el alza de los bienes y servicios no volátiles (sus precios no varían con facilidad) y la segunda el de los volátiles. Esto puede indicar que el alza de los precios no solo es coyuntural sino una tendencia de mayor alcance.
En febrero, la inflación impactó en bienes y servicios vitales para las personas: alimentos y energéticos. La electricidad subió el 6.89 por ciento, la gasolina magna (de mayor uso) el 5.57 por ciento y el gas LP el (-)1.83 por ciento. Los alimentos que más aumentaron fueron limón, pollo, carne de res, tortilla y leche. Gran parte de estos incrementos se debieron a la interrupción en las cadenas de suministro generada por la pandemia; y en marzo se ha mantenido debido a que el conflicto en Ucrania provocó el alza del petróleo y el gas, ya que tanto aquel país como Rusia son productores y exportadores de granos. Además, México importa el 30 por ciento de los fertilizantes de Rusia utilizados para su producción agrícola.
La mayoría de los analistas coinciden en que la situación es crítica y advierten que si no atiende la debilidad de la economía mexicana para hacer frente a estos embates coyunturales y a otros factores importantes —dependencia productiva de la economía mundial (particularmente de Estados Unidos); debilidad del mercado interno, mercado laboral precario, dependencia hacia el sistema financiero mundial— el problema de la inflación llegará a niveles aun más alarmantes.
Se puede enfrentar a la inflación con una economía mejor estructurada y desarrollada, meta de la que ya casi nadie habla; y en la que el Gobierno Federal brilla por su ausencia como promotor del desarrollo. Todos sufrirán el infierno de la inflación, pero aún más los 51.6 millones de mexicanos cuyos ingresos no les alcanzan para comer.
Los mexicanos gastarán entre 500 y cuatro mil pesos para celebrar a sus mamás
Especialistas estiman que la inflación en México subió 7.73% en la primera mitad de diciembre, según un sondeo realizado por Reuters.
Las medicinas dermatológicas y cardiovasculares también presentaron alzas significativas.
Las investigaciones e informes de organismos especializados recogidos en el Reporte Especial permiten concluir que el plan antinflacionario de la 4T se convirtió en discurso, propaganda y promesas.
Los mexicanos estamos pagando las consecuencias de un mal gobierno, uno que despilfarra millones de pesos en una consulta de "revocación" que no expresa la voluntad mayoritaria y sigue en campaña en lugar de ponerse a gobernar.
“Nos interesa su bienestar”, repiten día tras día las empresas, para ganar clientes; nos interesan sus sueños, dicen los fabricantes de colchones; su salud es nuestro motivo, dicen las farmacéuticas.
El costo del jitomate supera los 80 pesos el kilo y la cebolla oscila entre los 40 y 50 pesos.
En febrero el aumento general de precios fue de 7.2%, pero la canasta básica sube el doble respecto a 2021. Sobre la causa, EE.UU. acusa a Rusia y la "guerra" en Ucrania. Pero éste es un manejo falaz; la inflación mundial viene de antes.
Los datos son contundentes. En la economía no hay crecimiento, incluso organismos nacionales e internacionales (FMI, OCDE y Banxico) coinciden en que éste no será suficiente para que México recupere el que tuvo antes de la pandemia.
En enero México se alejó aún más de la meta de Banxico relacionada con la inflación, cuyo objetivo es que se registre en 3 por ciento +/- un punto porcentual.
A casi un mes de la puesta en marcha del plan antiinflacionario de López Obrador, el aumento de precio de la canasta básica dada a conocer por el GCMA revela el fracaso del llamado Pacic.
A dos meses haber puesto en marcha el Paquete Pacic, Bimbo aumentó el precio de la mayoría de sus productos, lo que evidencia que el plan contra la inflación del gobierno federal es ya insostenible.
El Presidente propuso un supuesto plan contra la inflación; en realidad es solo una lista de buenas intenciones que no atacan las causas internas del fenómeno. Aquí “los pobres son primero”, pero en sacrificarse.
Casi tres meses de que se anunció el llamado PACIC que supuestamente estabilizaría los precios, sin embargo, resulta todo lo contrario; hoy día 22 productos han aumentado su precio incluso por arriba de la inflación oficial de 8.6%.
Humillado, el invasor occidental de Afganistán admite: “Es tiempo de terminar la guerra interminableˮ. Sin solución militar a los problemas políticos y de seguridad en aquel país, Joseph Biden cumple plan de Donald Trump y retira sus tropas.
Escrito por Rogelio García Macedonio
Licenciado en Economía por la UNAM.