El fin de las tarifas eléctricas de temporada cálida y el encarecimiento de algunos alimentos impulsaron los precios al consumidor.
Cargando, por favor espere...
¿Qué significa que el ingreso real de la población, o de una parte de ella, aumente? Que con el dinero que obtiene en un periodo determinado –digamos un año– alcanza para comprar más bienes y servicios que antes. Para calcularlo se necesitan dos magnitudes: por un lado, el ingreso monetario; por el otro, los precios de las mercancías que los hogares consumen.
A primera vista, parece un cálculo elemental. Pero no lo es: ¿cómo medir el aumento de los precios, cuando en una economía moderna existen cientos de miles, cuando no millones, de mercancías distintas?
La respuesta está en los índices de precios. La inflación, entendida como el incremento “generalizado” de los precios, se mide a través de un índice que agrega los precios de las diferentes mercancías. El más conocido es el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que se centra en los productos que adquieren los hogares para su consumo.
Aunque suene complejo, la lógica de los índices de precios es relativamente simple: son, sencillamente, un promedio. Pero no se trata de un promedio aritmético, sino de un promedio ponderado. Es decir, se les da más peso a los productos que son más relevantes en el consumo de las familias.
De esa forma, la enorme diversidad en los precios de las mercancías se condensa en una sola cifra. Ésta es la gran virtud de los índices de precios. Pero esa virtud es también su mayor limitación. Al resumir miles de precios en un solo número, desaparece la enorme heterogeneidad que caracteriza al consumo. La canasta de bienes consumida por los hogares varía enormemente entre regiones y con el nivel de ingreso; el precio de un mismo producto varía entre regiones y, muchas veces, entre comercios en la misma ciudad; lo que en el nombre es el mismo producto varía en calidad y contenido según la ciudad, la tienda, etc. Todo esto queda borrado en la cifra única del IPC.
Pero, ¿qué tan relevantes son estas diferencias para medir la evolución del ingreso real? ¿No son, acaso, matices que al final no cambian el panorama general? La investigación económica más reciente demuestra que no, que estos detalles pueden marcar una diferencia sustancial.
El caso de Estados Unidos lo ilustra con claridad. En los últimos años, los indicadores oficiales mostraban una situación económica envidiable: desempleo en mínimos históricos y salarios reales al alza, en particular entre los trabajadores de menores ingresos. Sin embargo, en paralelo se reportaba el crecimiento de problemas como la inseguridad alimentaria, el deterioro de la salud financiera de los hogares y la percepción de que cada vez más personas vivían “al día”, sin capacidad de ahorro.
La contradicción alcanzó su máxima expresión en noviembre del año pasado, cuando los estadounidenses votaron en masa por Donald Trump, castigando al partido gobernante. ¿Cómo era posible, si la economía lucía tan bien en las estadísticas?
La respuesta comenzó a clarificarse gracias a estudios recientes que calculan tasas de inflación en alimentos a nivel de los hogares. Utilizando datos de compras efectivas en supermercados, se descubrió que la inflación en alimentos fue, para la gran mayoría de los hogares, mucho mayor que la reportada oficialmente. El economista Evan Wasner, por ejemplo, encontró que mientras los indicadores oficiales mostraban que los salarios reales crecían, la capacidad de compra de alimentos había disminuido para la mayoría de los hogares entre 2021 y 2023. En términos de alimentos, los salarios sólo recuperaron el nivel prepandemia hasta finales de ese último año.
Este hallazgo contribuye a resolver la paradoja. El promedio oficial de inflación alimentaria ocultaba el hecho de que buena parte de la población enfrentaba precios de los alimentos más altos y, por lo tanto, un menor ingreso real.
El asunto tiene implicaciones profundas. Los indicadores y estadísticas se convierten en armas en la disputa entre distintos bandos políticos. Se interpretan de forma sesgada, se manipulan o incluso se falsifican. En vez de ayudarnos a entender mejor la realidad, con frecuencia terminan siendo instrumentos para confundir a la población.
Por su importancia política, los indicadores sobre pobreza son, quizás, los más sujetos a este tipo de manipulación en todo el mundo. En México, a partir de los últimos resultados en torno a la medición de la pobreza, diversos investigadores han comenzado a examinar con lupa la forma en que se registra y calcula el ingreso de los hogares. Sin embargo, en México aún no se ha procedido a la segunda etapa, que es la de poner la lupa en la medición de la inflación efectivamente enfrentada por los hogares. Avanzar en esta dirección es indispensable para tener un panorama más fidedigno sobre las condiciones de vida de los mexicanos.
El fin de las tarifas eléctricas de temporada cálida y el encarecimiento de algunos alimentos impulsaron los precios al consumidor.
La economía mexicana enfrenta su tercera contracción consecutiva, según datos preliminares.
El país se apoya en granos provenientes de Estados Unidos y Sudáfrica para cubrir su demanda interna.
El espacio para financiar sectores prioritarios como salud, educación y seguridad será limitado: México Evalúa.
La fintech británica llega con respaldo oficial, lista para competir directamente con Nu y otros bancos tradicionales.
La movilidad social en México sigue atada al origen familiar: la educación y la inclusión financiera son factores clave para romper el ciclo de la desigualdad.
A medida que el capitalismo se desarrolló y expandió globalmente, los sistemas monetario y financiero fueron adquiriendo un rol cada vez más relevante en el funcionamiento del sistema capitalista.
Rediseñar el apoyo a Pemex, establecer un marco de sostenibilidad de deuda y reasignar fondos en salud, son sólo algunas de las recomendaciones del centro de análisis.
La carne de res, alimentos preparados y productos personales encabezaron las variaciones mensuales.
Mokyr, Aghion y Howitt fueron galardonados por su contribución a la comprensión del impacto de la innovación en la economía.
Productos agropecuarios y energéticos empujan alza de precios; chile serrano, tomate verde y cebolla registran los mayores incrementos
Uno de los cambios más anunciados en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2026 es la implementación de los llamados impuestos “saludables”.
A partir de enero de 2026, todos los clientes deberán tener un MTU definido o se les asignará un límite automático.
Indica a los ahorradores como recuperar su capital.
La región debe reformar sus políticas de desarrollo productivo, centrarse en la innovación, la colaboración multinivel y la creación de empresas productivas, aseguró la CEPAL.
Reportan presencia de gusanos ‘cola de rata’ en Veracruz tras inundaciones
AMLO destinó millones en publicidad oficial para Televisa y La Jornada
¡Ojo! Saldrá de circulación billete de 20 pesos
CDMX tardará 62 años en erradicar la pobreza, según ONG
Reportan cifras altas de violencia letal en 17 estados
Cierre de Compas dejará sin empleo a más de 3,600 trabajadores en Aguascalientes
Escrito por Jesús Lara
Licenciado en Economía por El Colegio de México. Doctorante en Economía en la Universidad de Massachusetts Amherst de EE.UU.