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Desigualdad y pobreza, modelo económico que debe terminar
Organizaciones como Oxfam o las Naciones Unidas (ONU) casi siempre aciertan en sus estudios económicos o análisis políticos y en muchas ocasiones logran proyectar soluciones posibles.
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A principios de febrero, el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam en inglés) México difundió su informe Beneficios en Fuga, con datos importantes para los mexicanos porque se cuestiona la desigualdad del modelo económico nacional: el despojo y la extracción de recursos en beneficio de pocas familias; además, la directora ejecutiva Alexandra Haas denunció que el actual gobierno no controla la salida o las ganancias monetarias de este ejercicio; y aunque caracterizó a la economía mexicana como “grande y desarrollada”, no se nota una redistribución de la riqueza adecuada.

Ya antes explicamos que organizaciones como Oxfam o las Naciones Unidas (ONU) casi siempre aciertan en sus estudios económicos o análisis políticos y en muchas ocasiones logran proyectar soluciones posibles; sin embargo, todo se ha quedado en buenos deseos y recomendaciones ante algunos gobernantes porque son quienes deciden sobre sus países, y casi nunca implementan seriamente proyectos o políticas contra los problemas concretos de la población. El informe reciente de Oxfam México no especifica alguna excepción.

Denuncia que en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se consolidaron nuevos multimillonarios y la cifra pasó de 10 a 22, cuya riqueza evidenciaría el supuesto avance de “primero los pobres” ostentado por Morena y la “Cuarta Transformación” (4T), sobre todo la falsedad con que están atacando la pobreza y la miseria. Más bien se trata de que México actualmente es una réplica de los malos gobernantes de antaño, porque el único interés radica en conservar el poder político y económico en un pequeño grupo.

Beneficios en fuga señala que durante el sexenio de AMLO las fortunas de los multimillonarios mexicanos fueron constantes, porque pasaron de 153 mil millones a 154 mil millones de dólares (mdd) entre 2018 y 2025; y refiere que Carlos Slim es el hombre más rico de México y de América Latina, con una fortuna de 76.6 mil mdd; le siguen Germán Larrea, con 27.1 mil mdd, y Alejandro Válleres, con 7.9 mil mdd; y añade que, en ese mismo periodo, se agregan 14 millonarios que no figuraban en la lista; de ellos, ocho son herederos.

Uno de los aspectos relevantes en el modelo económico mexicano es que facilita el saqueo de recursos a los milmillonarios y beneficia a pocos sobre el “sacrificio” (sic) y empobrecimiento de la mayoría; así califica y denuncia que las élites económicas “toman, transan, agandallan” y disfrazan sus acciones como “mérito”; por ejemplo, si los beneficios de los recursos naturales nacionales no llegan a la población, se le llama “extracción” (el disfraz). El informe destaca que la política económica gubernamental permite la privatización de las ganancias: “es la institucionalización del saqueo”. Y al plantear la solución, Alexandra Haas advierte que “Necesitamos un Estado fuerte y capaz de combatir esa dinámica perversa”. Pero la pregunta persiste: ¿cómo se combatirá y quiénes lo harán o cuál debe ser el llamado a los mexicanos? Ya no se puede avanzar más.

La banca, el sector financiero y las concesiones de agua son otros aspectos dignos de analizar. Sobre los dos primeros refiere que las ganancias de los bancos comerciales se han duplicado o triplicado en los últimos 20 años por el cobro de comisiones excesivas e intereses altos; así que los cinco bancos más importantes, entre 2019 y 2023, transfirieron la mitad de sus ganancias a matrices extranjeras. Y sobre las concesiones del agua, se compara el dato de dos mil autorizaciones en 1992 contra 530 mil en 2024, un exagerado crecimiento de permisos para explotar el líquido vital; mientras que uno de cada dos mexicanos no recibe agua diariamente y al menos unos 15 millones no reciben agua potable.

“En un contexto político y económico de gran incertidumbre, que enfrenta México”, explica el estudio, “debemos cuestionarnos qué modelo económico queremos para el bienestar de las mayorías, y no sólo de unos cuantos. Un modelo basado en la justicia económica debe poner a la naturaleza, a las comunidades y las personas en el centro de las decisiones sobre el valor del trabajo, la redistribución por medio del dinero público y la distribución de los ingresos y la riqueza”. La denuncia de Oxfam no es nueva; desigualdad, pobreza y marginación obedecen al caduco modelo económico que debe ser cambiado por otro, donde los gobernantes, también de nuevo tipo, prioricen a las mayorías y no cedan a la riqueza concentrada de unos cuantos sujetos. La tarea está ahí, sólo falta quién la haga posible. Por el momento, querido lector, es todo. 

 


Escrito por Miguel Ángel Casique

Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).


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